Allison Bonilla regresa a casa

Globos y flores con forma de girasol, las flores preferidas de Allison, recibieron su cuerpo en Ujarrás, donde se realiza una vela con guardia de honor de la Hermandad de Jesús Nazareno

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Casi ocho meses después de haber sido asesinada, la joven Allison Bonilla Vásquez regresó a su casa, en Ujarrás de Paraíso, con una caravana que salió de la funeraria Valle de Paz en San José, escoltada por la empresa Seguridad Plus, que donó sus servicios a la familia doliente.

Junto a sus restos iban Yendry y Xiomara Vásquez, la madre de Allison y su tía, respectivamente.

Globos y flores con forma de girasol, las flores preferidas de Allison, recibieron su cuerpo en Ujarrás, donde se realiza una vela con guardia de honor de la Hermandad de Jesús Nazareno, la cual Allison integraba.

La joven paraiseña de 18 años fue secuestrada y, luego asesinada, el 4 de marzo del 2020. Ella regresaba de clases en el Colegio Nocturno de Cachí, a las 8:45 p. m., cuando fue capturada a algunos metros de su casa, donde su madre la esperaba, avisada por ella de que pronto llegaría.

Los funerales de la joven se realizarán este domingo, a las 11:30 a. m., en el santuario de la Virgen de Ujarrás, en Paraíso, en una ceremonia oficiada por el obispo de Cartago, Mario Enrique Quirós, oriundo de esa misma ciudad.

Los restos de la joven recibirán sepultura en el cementerio de Birrisito, a pocos kilómetros del centro de la ciudad paraiseña.

El funeral de la joven se transmitirá en vivo a través del Facebook de dicho templo católico, debido a la conmoción que el asesinato de Allison generó en todo el país y el constante clamor de su madre para que las fuerzas policiales y judiciales se enfocaran en su búsqueda.

El obispo cartaginés, a raíz del terrible asesinato de la joven, pidió encarecidamente y realizó oraciones “por el cese de la violencia y las agresiones hacia las mujeres en el país”.

El 28 de setiembre pasado, se empezaron hallar los restos de Allison, tirados por el asesino (o asesinos) en un botadero clandestino en San Jerónimo de Cachí, tal como había indicado un sujeto de apellido Sánchez Ureña, quien primero confesó ser el autor del crimen, pero luego se desdijo.

El indiciado cumple seis meses de prisión preventiva, está casado y es vecino del barrio Florencio del Castillo, el mismo donde vivía Allison.

El primer hallazgo de los restos de la joven lo hizo el rescatista Carlos Salvatierra, del Cuerpo de Voluntarios de Cartago, luego de que agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y de la Cruz Roja Costarricense habían fracasado en su búsqueda inicial.

Salvatierra recordó aquel instante: “Estaba solo en la margen del río Reventazón y sentí como una imperiosa llamada a orar; me hinqué y oré por hallarla, para que su madre y familia no siguieran sufriendo. Luego de orar, me levanté y mi mirada quedó fija sobre unas piedras que tapaban un pedazo de jacket; consulté por radio cómo era la prenda que vestía Allison y me ratificaron el color: negro. Así empezó todo lo que vino después”.