Tres integrantes de una misma familia fueron arrestados este jueves por la Policía Judicial, como sospechosos del crimen de un taxista informal, quien presentaba múltiples heridas de arma blanca en el cuello y abdomen.
Se trata de una abuela de 54 años, su hija de 34 y un nieto de 19 años apellidados Blanco Bonilla, confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El arresto de los familiares ocurrió a las 6 a. m. luego de que los agentes judiciales allanaron una casa en Barrio Nuevo de Pejibaye de Pérez Zeledón. Allí se ubicó diversa evidencia relacionada con el caso, pero no se conoció de que tipo.
La víctima fue el taxista Rodolfo Mora Sandoval (62), a quien los sospechosos le solicitaron, el domingo 10 de noviembre, un servicio informal hacia la comunidad de Laguna, en San Pedro de Pérez Zeledón.
Lo abordaron en el mismo barrio donde fueron arrestados los tres allegados.
El mismo día, a eso de las 4:40 p. m. se divisó un vehículo quemado en un precipicio que da a un río en Pejibaye, unos 40 kilómetros al sur de San Isidro; sin embargo, no se halló ningún cuerpo.
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Un día después, mientras los agentes realizaban un segundo rastreo en el sitio donde cayó el carro, les avisaron del hallazgo del cuerpo del taxista en Quebrada Honda, a unos seis kilómetros al sur de San Isidro.
Entre el punto donde quedó el automóvil y la calle de tierra donde apareció el cuerpo hay unos 34 kilómetros.
Édgar Ramírez, Fiscal adjunto de Pérez Zeledón, afirmó el día del levantamiento del cadáver, que el cuerpo además de heridas, tenía un golpe con objeto contuso en la cabeza.
Añadió que el carro fue quemado con acelerantes para ocultar posibles evidencias.
De momento, se desconocen las posibles causas del crimen.