Marta Sols Segura Vecina de La Central, de turrialba
La frecuencia con que ocurrieron sismos leves durante los meses de mayo y junio cerca de los volcanes Turrialba e Irazú alertaron a los geólogos de la Red Sismológica Nacional (RSN) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La inquietud surgió, pues determinaron que dos fallas tectónicas, la Ariete y la Elia, localizadas a ambos lados del macizo del Turrialba, están generando microsismos (temblores con una magnitud menor a 2 grados).
Wilfredo Rojas, de la RSN, dijo que la Ariete causa por semana cinco microsismos. Empero, la principal preocupación es si estas fallas tienen algún contacto con el magma del Turrialba.
“Hasta ahora no tenemos pruebas del contacto o de que el magma se mueva”, dijo Mario Fernández, también de la RSN.
El nexo podría darse, pues se presume que la cámara magmática del volcán Turrialba está a una profundidad de cuatro kilómetros, mientras que las fallas Ariete y Elia se sumergen en la tierra hasta una profundidad de entre ocho y cinco kilómetros.
“El problema está en que ocurra un sismo debido al rompimiento en una falla y ese esfuerzo altere el comportamiento del magma, o a la inversa: que la presión del magma, por la cercanía, altere la falla y ocurra un temblor”, coincidieron en señalar Rojas y Fernández.
Mario Fernández explicó que en la región, aparte de las fallas Ariete y Elia, hay otras que en el pasado causaron temblores. Mencionó las fallas Río Sucio, Lara y el sistema Hondura-Patria. Todas muestran indicios de actividad.
Incluso, el pasado 25 de junio se produjeron tres temblores, unos 20 kilómetros al sureste del volcán Turrialba, y fueron ubicados en Tres Equis de Turrialba.
Tanto el Observatorio Vulcanológico y Sismológica de Costa Rica (Ovsicori) como la RSN descartaron cualquier relación entre esas sacudidas y la actividad volcánica.
Los vecinos de la zona dicen estar tranquilos, pues no perciben cambios. Uno de ellos, Héctor Jiménez Jiménez, de Pacayas de Alvarado, afirmó que no ha sentido muchos de los sismos, pero resaltó que el 25 de junio, segundos antes del sismo, escuchó “un estruendo similar al que hace un camión al aproximarse” y luego sintió el temblor. Para los expertos de la RSN, esto ocurre cuando la persona se encuentra muy cerca del epicentro.