El niño de cinco años que cayó a las aguas del río Tiribí el pasado domingo en la ciudadela López Mateos, en San Sebastián, fue encontrado ayer sin vida por un indigente, a eso de las 2:30 p. m.
El menor apareció debajo del puente de Alajuelita, ubicado 600 metros al sur de la rotonda del Rancho Guanacaste en San José.
El cadáver apareció cuando el indigente levantó una vieja lavadora lanzada al río, debajo de la cual estaba el cuerpo del menor, desaparecido desde hace cuatro días.
El indigente dio aviso a los vecinos, que se encargaron de alertar sobre el hallazgo a las autoridades, principalmente a la Fuerza Pública. Minutos después, la Cruz Roja sacó el cuerpo del niño hasta una loma, ubicada a unos 25 metros, y lo colocó dentro de una bolsa.
Personal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegó al sitio hacia las 3 p. m. para trasladar el cuerpo a la Morgue Judicial, en San Joaquín de Flores.
El niño apareció unos 700 metros, río abajo, del sitio en donde desapareció el domingo.
“Gracias a Dios, apareció mi bebé, ahora le daremos santa sepultura”, dijo el padre de la víctima, William Moya, quien llegó con su esposa al sitio del hallazgo.
Aunque unidades de la Cruz Roja trataron de encontrar al menor desde su desaparición, muchos vecinos se mostraron molestos porque, según ellos, este cuerpo de socorro no hizo todos los esfuerzos necesarios para localizarlo.
“Es una pena que la gente no considere el servicio de voluntariado que hicieron los 36 socorristas”, dijo Carlos Gutiérrez, jefe nacional de socorrismo.
Desaparición. El menor desapareció el domingo, a eso de las 3 p. m., cuando bajó al río sin permiso de su madre, en compañía de otro niño de diez años. Este último subió por el cañón hasta la casa de la familia de la víctima (en la urbanización Los Mojados) para dar aviso del hecho. “Él me pidió permiso para ir a la casa de un vecino. Al rato vino el otro niño a decirme que a mi hijo se lo había llevado el río”, dijo la madre tras la desaparición.