De camino a la Medicatura Forense en San Joaquín de Flores, a eso de las 10:30 a. m. de este miércoles, Valerie Campos Peña, la compañera sentimental de Kevin Arroyo Salazar, policía fallecido durante una persecución en Santa Eulalia de Atenas, no asimilaba todavía la muerte de su ser querido.
“Nosotros siempre hablábamos y sabíamos que era un trabajo bastante riesgoso, pero jamás, jamás me imaginé o pensé que esto iba a llegar tan rápido”, dijo vía telefónica.
Recordó que la última vez que se comunicaron fue por mensaje de texto a eso de las 6:40 p. m. Estaban hablando del hijo mayor de ambos, de cinco años, y en eso él tuvo que salir a atender el robo de un vehículo a una mujer en Grecia.
No supo más de él hasta que dos patrullas llegaron en la noche a la casa donde ella vivía con Kevin y los dos hijos de ambos, en Naranjo, y le informaron lo ocurrido. El joven oficial apenas tenía 27 años.
En medio de la conmoción, esta mañana salió con una hermanastra a recoger el cuerpo y comenzar los preparativos para el funeral. La viuda es ama de casa y se dedica a cuidar a los niños.
Indicó que Kevin tenía mejor relación con el papá que con su madre y los cuatro hermanastros por parte de madre. En los días libres, a menudo iba a ayudarle a su padre en las labores de jornalero en Cirrí de Naranjo. El resto del tiempo disfrutaba al máximo con sus hijos, porque le gustaba pasar en familia y salir a comer pizza.
Añadió que Kevin amaba lo que hacía y que la ilusión era aprender un poco más para luego entrar a la Policía Judicial.
Era oficial de la Fuerza Pública de Grecia desde hace cinco años. Había terminado el quinto en el Colegio de Candelaria, en Naranjo, luego comenzó otros estudios, pero tuvo que suspenderlos para dedicarse a trabajar y sacar adelante a su familia.
“Teníamos planeado cerrar la casa, hacerle muro y portones para asegurarla un poco más. También queríamos darle buena educación a los hijos para que tuvieran un futuro mejor”, acotó Valerie, muy conmovida.
Al momento del accidente, Kevín iba de acompañante en la patrulla que cayó al guindo donde también se fue el Toyota Prado que robaron los delincuentes en Grecia.
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Con fracturas y golpes
En patrulla accidentada, además de Kevin Arroyo, iban dos oficiales de apellidos Argüello Boza, de 36 años y Hernández Carrillo, de 29 años, conductor, los cuales están delicados pero estables en el Hospital San Rafael de Alajuela y en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) en La Uruca, respectivamente. Ambos son cubiertos por la póliza policial para la recuperación de las fracturas y golpes que presentan.
Así lo informó el jefe policial de Grecia, Carlos Jiménez, quien dijo que Arroyo, el fallecido, había laborado primero en el Grupo de Apoyo Operacional de la Fuerza Pública (GAO) y luego pasó a la delegación de Grecia, donde desde hace un año colaboraba con los diversos operativos.
Lamentó lo ocurrido y dijo que el funeral del compañero será este jueves a las 2 p. m. en la iglesia de San Roque de Naranjo.
Sobre la patrulla accidentada, dijo que la extrajeron del precipicio en la tarde para efectos del seguro, pero quedó inservible, lo mismo que el Toyota Prado del 2023, valorado en más de ¢43 millones que está nombre de Autos Bohisa y que fue robado a una mujer.
El jefe policial dijo que el sujeto que quedó prensado en el carro robado y que no pudo escapar, como lo hicieron dos cómplices, es de apellidos Díaz Espinoza. El hombre quedó ante la Fiscalía a la espera de medidas cautelares. Afirmó que Díaz tiene antecedentes por robo de vehículos y se presume que sería parte de una organización dedicada a ese tipo de delitos en los cantones del occidente de Alajuela.
Este es el segundo caso del año en que un oficial de la Fuerza Pública muere en el cumplimiento del deber. En una acción similar perdió la vida el 11 de enero Yerlin Valverde Castillo, oficial de 36 años, que iba a bordo de una patrulla y tuvo un accidente en el distrito Merced de San José, en avenida 5, calle 12.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, envió condolencias a la familia de Arroyo y dijo que su muerte en el accidente surgió mientras se empleaba a fondo en la lucha contra bandas criminales que intentan robar la paz a los costarricenses.