Cañas. "Yo quiero que hagan barandas ahí, si hubiera habido barandas esto no hubiera pasado. Ya son varias familias las que han perdido a alguien ahí".
Este fue el llamado que hizo la tarde de este martes Karol Michelle Hidalgo Briceño, mientras participaba en la vela de sus dos pequeños, de dos y siete años, al tiempo que esperaba noticias de la búsqueda de su compañero, Rafael Guido Mata.
Los niños fallecieron cuando el vehículo en que viajaban la familia cayó al canal de riego de Cañas, Guanacaste, donde se ubica una estructura sin barreras protectoras en los ingresos y sin barandas.
La tragedia se registró a eso de las 6:20 p. m. del lunes cuando regresaban de la comunidad de Bebedero, adonde la madre, de 24 años, fue con sus hijos a visitar a una tía enferma.
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Guido, de 28 años, había ido a recogerla en un carro prestado, y al momento del accidente regresaban a Cañas.
Aparentemente, una distracción sería la causa de que Guido, de 28 años, perdiera el control del vehículo Mitsubishi Lancer y se saliera de la vía poco antes de entrar al puente.
Fue la corriente la que volcó el carro, del cual los adultos lograron salir pero también fueron arrastrados.
"Salimos del carro, en el mismo canal, pero el agua nos arrastró. A mí me rescataron aguas abajo. Rafael trató de ayudarme, me dio la mano, de repente me solté, él estaba cansado, se hundió y no lo vi más", recordó este martes en las afueras del templo evangélico Betesda, en barrio San Martín, de Cañas.
Los menores quedaron dentro del vehículo y aunque los trasladaron a un centro médico, ahí fallecieron. Los funerales serán a las 10 a. m. de este miércoles.
Según la versión que manejaban las autoridades, fue el dueño de un tráiler el que sacó rápidamente el carro del agua, para descubrir que los niños estaban dentro del automotor.
“Personas que estaban en la zona dicen que los padres salieron del vehículo, el señor rescata a la señora y entre los dos empiezan a buscar a los niños creyendo que se habían ido corriente abajo y no se dan cuenta que los niños están dentro del vehículo. Un muchacho arrimó un tráiler que amarraron al carro con una cadena y lo jalaron y fue donde los bomberos pudieron entrar y sacar los cuerpos de los niños”, relató el oficial de tránsito Alejandro Trejos, encargado de atender el caso.
Para vecinos de este poblado, el accidente aumentó su preocupación, pues no es el primero y temen que no sea el último.
Así lo manifestó Luis Manuel Hernández, vecino de la zona, quien aseguró que las condiciones de esa calle han provocado otros accidentes años atrás.
“No sabemos qué pasó esta vez, pero lo deteriorado de la calle hace que la gente se vaya al canal y no hay nada que lo detenga a uno”, indicó.
Se trata de una vía de asfalto de la ruta nacional 923, muy transitada pues conecta con empresas agrícolas.
José Antonio Brenes, otro lugareño, cuenta que él fue uno de los accidentados en esa carretera. El suceso ocurrió en enero del 2016 y allí falleció uno de sus hijos.
"Lo mío fue que un camión de transportes de pescado irrespetó un alto y me colisionó. El carro fue a dar al canal llantas arriba. Perdí un hijo y otros dos sobrevivieron, por dicha. Yo le pido a la Municipalidad que arreglen el puente porque está dañado y aquí es muy transitado", detalló.
Según el oficial de Tránsito, el problema en este puente es, como en muchos otros, la falta de dispositivos de seguridad.
“En este caso, prácticamente no tiene baranda, está totalmente destruida. No tiene ninguna barrera protectora en los lados del canal, pese a que es una zona de muchos accidentes. Serviría al menos para frenar un poco el índice de los carros que caen al canal. Otros compañeros le han contado de haber atendido varios casos ahí", añadió.
Una reconciliación
El último pariente en ver a la familia afectada con vida fue Juan Manuel Varilla, cuñado del desaparecido. Él se los encontró unos 20 minutos antes del hecho.
Según recordó, Guido le contó que venían de Bebedero.
“Yo andaba en bicicleta y me los encontré sin pensar jamás que sería la última vez que los vería (...) Fue desgarrador", indicó.
Según Varilla, luego del accidente la mujer le contó que la tragedia sobrevino cuando el niño de 7 años le hizo una consulta al chofer, quien es su padrastro. Para responderle, el hombre volvió a ver hacia los asientos traseros y perdió el control del vehículo.
Al pariente, le extrañó al enterarse del accidente pues cree que Guido conocía bien la ruta.
De acuerdo con el oficial de tránsito, el conductor no aparece registrado como portador de licencia de conducir. Además, el Mitsubishi no tenía marchamo ni revisión vehicular al día.
Aparentemente, el automotor no pertenía a Guido sino que un allegado se lo prestaba.
Según parientes, la pareja tenía cinco años de relación. Rafael Guido era padre del menor de los niños y además tenía otro hijo de una relación anterior.
Aunque estaban separados, últimamente parecía que había intenciones de regresar juntos. Supuestamente, tenían planeado un paseo a la playa para este martes.
"Karol y Rafael estaban viviendo separados, pero, como estaban en un proceso de reconciliación, se visitaban mucho. Ella vivía en Jabillo de Cañas y, él, en barrio Unión (de la misma zona). Para ir de una comunidad a otra se debe pasar por ese puente", explicó Varilla.
Rafael Guido no tenía trabajo actualmente y su último empleo fue como pistero en una estación de servicio. Ella era ama de casa.
Intensa búsqueda
Desde horas tempranas de este martes, socorristas y familiares retomaron la búsqueda de Rafael Guido Mata en el canal de riego, sin que hasta avanzadas horas de la tarde se tuviera algún resultado.
"Hemos contado con la ayuda de otras sedes de Guanacaste asi como de la Fuerza Pública que realizaban labores sobre el canal del sur", dijo el socorrista Juan Manuel Matarrita.
En el operativo también participaban cuatro buzos locales, de entre 16 y 25 años, quienes a puro pulmón, solo con una mascarilla, se sumergen en el canal. Uno de ellos encontró el celular de la víctima muy cerca de donde quedó el vehículo.
Luis Rojas, uno de los buzos, explicó que la búsqueda se concentra en dos kilómetros.
"También buscamos cerca de las compuertas (del canal), pero no aparece", mencionó.
Ante estas circunstancias, la Cruz Roja y la Fuerza Pública consideraban solicitar al Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara) que cierren las compuertas del canal para bajar el nivel del agua y facilitar la tarea.
No obstante, no es posible bajarlo demasiado porque el agua del canal abastece industrias importantes de la zona como una gran exportadora de tilapias, arroceras e ingenios.
A pesar del difícil panorama, Juan Manuel Barilla dice que aún están esperanzados de encontrarlo con vida, aunque, también teme que eso no pase por la presencia de cocodrilos.
"No queremos esperar lo peor, pero nos da miedo no encontrarlo vivo", expresó.