Costurera arrollada por el tren amaba a su perro y a dos gatos que tenía como mascotas

Vecinos recuerdan paseos frecuentes con el can; era pensionada y laboró como instructora de costura en el INA

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Dinorah Yolanda Brenes Pérez, de 67 años, quien falleció este miércoles horas después de ser arrollada por el tren, en San José, tenía un especial afecto por sus mascotas.

Con ella murió su perro, un french poodle que también fue golpedo por el ferrocarril de pasajeros que iba de Sabana hacia la estación de Pacífico en San José. El accidente se registró a las 4:40 p. m en el cruce de la tienda Yamuni, en barrio Corazón de Jesús.

De acuerdo con Odeth Zúñiga Sandoval, vecina y una de las mejores amigas de la fallecida, además del perro, tenía dos gatos.

Doña Yolanda, como le decían, tenía varios años de tener al perro y nunca lo dejaba andar solo en la calle.

Solía llevarlo a pasear por el barrio y lo llevaba regularmente al veterinario, recordó Carlos Rodríguez, otro lugareño.

Este miércoles , sin embargo, la mujer quiso ampliar el paso hacia el parque María Auxiliadora, pero unos 300 metros antes de llegar ocurrió el accidente.

Ella no acostumbraba llevarse el perro lejos, era muy coqueta, cosía muy lindo y le gustaba mucho tomar café con las vecinas, afirmó otra conocida.

Francisco Sánchez, trabajador de una empresa cercana y testigo de la tragedia no se explica cómo la mujer y su mascota intentaron cruzar la vía si el tren venía pitando e incluso los carros estaban detenidos en el cruce.

“El tren pitó y ella siguió caminando. Fue algo impactante. Ella iba como en otro mundo y de repente se sorprendió al ver la máquina encima, pero ya era muy tarde", recordó.

Algunos vecinos afirmaron que la mujer tomaba algunos medicamentos que a veces le causaba cierta somnolencia.

“Ya no necesitará depender de tratamientos médicos, ni tendrá preocupación alguna, porque ha llegado a la meta”, comentó Mayela Mora, una de sus amigas, en su perfil de Facebook.

Ayudaba en iglesia

La noticia, dice Rodríguez, causó conmoción entre los vecinos, pues ella era muy sociable y le gustaba conversar con todos. Además, era parte de un grupo que oraba en la capilla del barrio. Se reunían tres veces por semana para rezar el rosario y evangelizar, explicó su vecina Odeth.

La fallecida era pensionada y trabajó como instructora de costura en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) que queda a escasos 200 metros de donde el tren la arrolló.

Era oriunda de Zarcero, Alajuela, pero se desde que se casó, hace 28 años, vivía en barrio Corazón de Jesús.

El esposo, Rafael Calderón, es profesor de Artes Industriales. La hija de ambos, de 26 años, es estudiante universitaria.

Golpes letales

La mujer fue trasladada por cruzrojistas en condición delicada al Hospital San Juan de Dios, donde se produjo el deceso a eso de las 9 p. m.

El médico Miguel Ángel Villalobos, jefe de Emergencias de ese centro, afirmó que la paciente llegó en estado de shock, con traumas en cráneo, tórax, abdomen y extremidades.

Estaba con alteración de su conciencia e inestabilidad respiratoria por lo que se le tuvo que intubar y, pese a los esfuerzos, perdió la vida.

Según Francisco Sánchez, el testigo que el vio el accidente, la mujer no llevaba al perro de la correa y no sabe si fue que se le había soltado antes.

El animal quedó sin vida en la acera. De inmediato, llegaron choferes de autos que hacían el alto y personas de sitios cercanos que salieron a ver lo ocurrido.

El tren se detuvo más adelante. El último vagón quedó a unos diez metros de la mujer herida.

Extremar cuidados

Rubén Rodríguez, presidente de la Federación Canina de Costa Rica (Acan) afirma que la muerte de la adulta mayor y su perro en la vía férrea, llama a la reflexión sobre las reglas básicas de seguridad al pasear un perro.

Dice que siempre se debe llevar al perro con correa, nunca sueltos y que la correa debe ser proporcional al peso del animal y acorde con la talla del cuello para que no pueda escaparse.

La persona que lo saca debe usar zapatos con la suficiente tracción y resistencia para retenerlo con firmeza en caso de un imprevisto.

Considera vital enseñar al perro a caminar al costado de quien lo lleva.

Colaboró la periodista Patricia Recio