EscucharSan Isidro de Pérez Zeledón. Entre el asombro y la incertidumbre de los pobladores de San Isidro de Pérez Zeledón, ayer fueron indagados los 16 detenidos durante las acciones policiales del jueves en la zona sur del país. No obstante, todos guardaron silencio.
A ese grupo se unen otras cuatro personas apresadas en casas de habitación ubicadas en Desamparados y Aserrí, San José, allanadas simultáneamente con el operativo en San Isidro y en Chánguena de Buenos Aires.
Desde las 8 a.m. y hasta las 12 m. de ayer los capturados fueron llevados, en grupos de cuatro, ante Rándall Quesada, juez de Instrucción de Pérez Zeledón. A excepción de las dos mujeres, los restantes iban esposados, con las manos adelante y custodiados por dos agentes policiales. Los 16 son defendidos por el abogado Jorge Isaac Vargas Hernández.
Los acusados son los siguientes: los hermanos Gregorio -conocido como Goyo- Misael, Abel, Carlos y Manuel Vargas Hidalgo, el colombiano Marco Antonio Cortéz Romo y el panameño Roberto Concepción. También Blas Brenes Mora, Javier Reyes Mejía, Rafael Alvarez Girón, Elí Valverde Espinoza, José Luis Hernández R., Eliécer Chacón Montenegro, Yolanda Solano Mora, Nuria Vargas Mora y el jefe de la Guardia Rural de Palmar Norte, Gílbert Quirós Carranza. Entre ellos hay tres de nacionalidad nicaragüense y dos panameños.
"Esto es una patraña", fue la única expresión que se pudo obtener de Blas Brenes, uno de los imputados.
Las capturas se realizaron entre las 6 a.m. y las 12 m. del jueves durante la operación denominada Sabanillas Dos, en la que participaron el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Ministerio de Seguridad.
Además de los numerosos arrestos efectuados en San Isidro de Pérez Zeledón y en una finca en Chánguena de Buenos Aires de Puntarenas, se decomisaron 17 kilos de cocaína, 100.000 matas de marihuana y 30 kilos de picadura. Además, resultó muerto René Zeledón, de 19 años, hijo de uno de los presuntos cabecillas de la banda.
Acusados
Quince de los sospechosos -excepto Gílbert Quirós Carranza- enfrentan cargos por tráfico internacional de drogas, almacenamiento, transporte y distribución de cocaína y cultivo de marihuana.
Las acusaciones se extienden además contra René Zeledón Muñoz, padre del joven fallecido durante el enfrentamiento con la policía, quien permenece en fuga y con orden de captura junto con otro número indeterminado de colaboradores de la banda, de los que no se tienen identidades.
Por su parte, Quirós Carranza, jefe de la GAR en Palmar Norte, fue requerido por el delito de cohecho propio, aplicado al funcionario público "que recibiere una dádiva o cualquier otra ventaja o aceptare la promesa directa o indirecta de una retribución de esa naturaleza para hacer un acto contrario a sus deberes o para no hacer o para retardar un acto propio de sus funciones", según lo establece el artículo 339 del Código Penal.
Entretanto, el Juzgado de Instrucción de Desamparados requirió por tráfico y posesión de drogas a Johnny Cascante Rojas, Catherine María Gonzalo Rojas, Wílliam Garro Díaz y Ana Victoria Rojas Ramírez.
Las parejas habitaban dos casas en Aserrí y Desamparados, que, supuestamente, sirvieron de centros de acopio de la droga empacada en el sur del país. En una de las viviendas, no se especificó cuál, se encontraron 25 kilos de marihuana, y en otra, residuos de marihuana y cocaína. También fueron decomisados dos vehículos, romanas y otros implementos.
Los hombres permanecen en la Unidad de Admisión de San Sebastián, y ellas en el Buen Pastor. El Juzgado resuelve las solicitudes de excarcelación presentadas por los sospechosos.
Contactos
Ayer por la tarde fueron trasladados a las celdas judiciales de San José los cinco hermanos Vargas Hidalgo, el panameño Roberto Concepción y el colombiano Marco Antonio Cortez Romo. Todos permanecen incomunicados.
Según la Dirección de Control de Drogas, Misael Vargas y los dos extranjeros conformaban la cabeza de la organización. Cortez era, supuestamente, el hombre de mayores contactos con la banda colombiana que les suministraba la cocaína. En el orden era seguido por Concepción, quien facilitaba el trasiego por Panamá.
No obstante, su actividad no se quedó en el sur pues, según las investigaciones, la banda extiende sus influencias en San José, donde, además de los cuatro apresados, sospechan de otros integrantes que podrían ser detenidos en los próximos días.
Tampoco se descarta que este grupo suministrara la cocaína a la organización, supuestamente liderada por el empresario Ricardo Alem León, aunque por el momento es solo una presunción.
Los informes policiales agregan además que el grupo tenía al menos un año de operar con cocaína, pero por lo menos cuatro de cultivar y traficar marihuana. Ambos estupefacientes eran tanto para consumo interno como para exportación.
La acción policial se pudo realizar gracias a intervenciones telefónicas y a la infiltración de un agente que se hizo pasar por un guardia rural y fingió dejarse sobornar.
Colaboró en esta información Irene Vizcaíno, redactora de La Nación.
