La sexualidad femenina por siglos ha estado rodeada de prejuicios, secretos y mitos. Una sexualidad oculta, que por años ponía al placer como un pecado lleno de culpa. Hay temas en silencio que no se conversan porque siguen siendo considerados poco apropiados o íntimos. Uno de ellos es la masturbación o autoplacer, que, a pesar de estar lleno de tabúes, esa muralla se está derrumbando porque el autoplacer femenino se ha hecho visible y las nuevas generaciones de mujeres están creciendo con una mentalidad mucho más abierta, mujeres conscientes de ese poder de autoconocimiento de su cuerpo y mente.
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Fotografía de Shutterstock. (B-D-S Piotr Marcinski/Shutterstock)
Concluí que este artículo no sería sobre sus múltiples beneficios y que no habría una guía, porque las experiencias y la percepción de placer es individual e infinita. No hay reglas, no hay formas correctas, solo el impulso de conocer, explorar y disfrutar del cuerpo.
Alcanzar el orgasmo es importante, pero el placentero recorrido hasta él, lo es mucho más. ¿La única clave? Conocerse a una misma. Es la vía de entrada en la cual podemos desarrollar una sexualidad más adelante en pareja.
Acá hablaremos de lo que incomoda y que a la vez nos hace libres, porque inclusive el sexo ya se desvincula de la reproducción, tenemos más en mente el derecho al placer sexual, a disfrutar informadas, sin miedo y sin culpa. Todavía hay mil preguntas sobre el tema y falta mucho camino por recorrer, pero si comprendemos que el placer solo depende de nosotras, y que es el resultado de un equilibrio de cuerpo y mente, el camino es mucho más claro y divertido, para todas, no importa la edad.
“Hay un tema muy marcado en cuanto a la libertad y el merecimiento sexual a nivel social o sociocultural, que dice que son las mujeres jóvenes las que conectan con la sexualidad, belleza y seducción, pero eso está muy lejos de la realidad, las mujeres adultas y adultas mayores, tienen toda la opción de seguir conectando con su sexualidad, autoconocimiento, belleza, sensualidad y exuberancia. No es algo impuesto por la sociedad, no hay nada para evitar el autoplacer y no hay nada tampoco para evitar vivir la sexualidad a lo largo de la vida”, explicó la sexóloga Marianela Arias.
Desafiando los mitos
El autoplacer es un acto saludable de amor propio y como es propio, cada quién es responsable de su placer.
Este recorrido permite conocer qué se siente bien y qué no, a dónde y cómo. Este poder de conocimiento y conciencia permite tener una respuesta sexual cuando se quiera compartir con alguien más. ¿Por qué? Porque no se puede pretender que la otra persona sepa qué hacer, nadie lee mentes. Ese poder no se puede ceder, se puede guiar y comunicar, para alcanzar un orgasmo y no esperar a que nos lo “den”.
En 1988, la uróloga Hellen O’Conell descubrió la anatomía completa del clítoris: el único órgano humano diseñado para proporcionar placer y que además tiene más terminaciones nerviosas que el pene.
Con este dato ya tenemos un punto a favor, sin embargo, el verdadero secreto es lograr tener un equilibrio con nuestro cuerpo y mente, en donde muchas veces nos saboteamos y hacemos “telarañas” que nos impiden el disfrute máximo del autoplacer.
La activista Isabella Frappier comenta sobre los tres bloqueos de placer más comunes.
-Estereotipos de belleza: nos seguimos enfrentando a este reto gigante, sobre cómo debería lucir nuestro cuerpo. Pero recuerda, todos los cuerpos son hermosos.
-Limitación propia: durante el placer nos atrapamos en nuestra cabeza, limitándonos de la expresión completa del placer.
-Después de ti: poner el placer de la pareja por delante. Tu placer siempre debe ser prioridad.
“El autoplacer es un camino al autoconocimiento de la vulva, nuestro clítoris y vagina, que son los órganos que conectan con el placer sexual. Es ir poco a poco y sin expectativas, no hay prisa. Es un camino súper bonito de exploración que tiene diferentes vertientes y oportunidades”, mencionó Arias.
¿Han escuchado sobre romantizar tu vida? Hacer esas actividades que nos llenan y nos hacen felices, cuando estamos solas. ¿Y si llevamos ese romanticismo al autoplacer? Recordemos que no hay reglas, un manual, una guía o un orden, podemos sorprendernos y amarnos en nuestro propio espacio. Tener una cita con nuestro cuerpo y mente.
Piense en apagar las luces, encender unas velas y escuchar música relajante, para entrar en ambiente. Si tiene lubricante, se puede convertir en su mejor aliado. Deje volar su imaginación, recuerde algún encuentro sexual, cree escenarios y fantasee. Respire hondo, es su cuerpo, permítase descubrirlo, acariciarlo o pellizcarlo (igual con amor) en las zonas erógenas como pezones, orejas o entrepierna. Tómese su tiempo, no hay prisa, comparaciones ni expectativas.
“Podemos abrir las oportunidades y potenciarlo con el uso de juguetes sexuales, mezclar la estimulación con la compañía de una llamada telefónica o una videollamada, leer poesía erótica y la exploración de fantasía. En cada persona el placer y la experiencia será diferente, por lo que debemos ser fieles a nuestro estilo, a lo que para nosotras significa placer y satisfacción”, dijo la sexóloga.
Desafiemos los mitos, exploremos sin prejuicios, sin miedo, sin pensar que mi placer se ve igual al de mi pareja o al de una amiga cuando me contó. Ir a nuestro propio paso y conocernos lo suficientemente bien para saber de qué manera nos sentimos cómodas y amadas.
Mitos y verdades de la masturbación
Mito: Es solo para personas solteras o no comprometidas.
Realidad: Es una forma saludable de explorar y conocer el propio cuerpo y la sexualidad, independientemente de la situación sentimental de una persona.
Mito: Puede ser adictivo y afectar negativamente la vida sexual.
Realidad: El autoplacer puede mejorar la salud mental y el bienestar general, lo que puede tener un impacto positivo en la vida sexual, si se realiza de manera segura y responsable.
Mito: Es una forma de evadir el sexo con una pareja.
Realidad: Podría ser una forma de evadir si ya no sienten deseo por su pareja o no desean conectar en este ámbito, por lo que este impulso sexual lo alivia teniendo estos momentos. Sin embargo, puede también mejorar la relación de la pareja porque genera espacios para poder comunicar, tener una nueva manera de explorarse, potencializar las opciones para estimularse mutuamente.
Mito: Puede reducir el libido.
Realidad: Al contrario, puede mantener a la persona activa sexualmente, fantaseando y viviendo opciones nuevas con su cuerpo.
Fuente: Marianela Arias | Sexóloga y Psicóloga (@sexologamarianelaarias)