Una de sus ventajas es la proteína de soya, que puede reducir los lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos), retrasar la pérdida de hueso, aliviar síntomas menopáusicos (calores, resequedad vaginal), y prevenir cáncer de mama y próstata.
Además, muchas marcas de leche de soya vienen fortificadas con calcio y logran sustituir bien a la leche de vaca como fuente de este mineral.
Según la página Medlineplus, la intolerancia a la lactosa se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente de una enzima llamada lactasa. Estas enzimas ayudan al cuerpo a absorber los alimentos.
La intolerancia a la lactosa no es peligrosa, pero sí molesta. Puede causar cólicos abdominales, diarrea, frecuente presencia de gases (flatulencia), náuseas e inflamación abdominal. Su aparición suele darse a partir de los 20 años de edad; no obstante, algunos niños la presentan desde bebés.
Los síntomas suelen aparecen entre 30 minutos y dos horas después de ingerir productos con leche de vaca, mas no todos los lácteos están igual de cargados de lactosa. La leche en polvo y la leche condensada son las que contienen los mayores niveles.
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