A propósito de estos días de fiesta que recién terminan y de otros festejos populares que recién empiezan, hablaremos un poco de la “resaca”, aunque en Costa Rica le decimos “goma”, probablemente porque resulta ser “una pega”. Cualquiera que la haya vivido, sabe lo terrible que puede resultar esta condición:
Aceptación: Cuando uno “está de goma”, no hay nada peor que le pregunten si en efecto se encuentra en ese estado. La mayoría lo negará rotundamente y algunos hasta se molestarán por la pregunta. Mejor es decir que se debe a un dolor de cabeza u otro malestar. Nadie admite que ayer “se pegó la tanda” y hoy no sirve.
Pero eso sí: basta con que alguien pida un favor, para que uno se llene de aire los pulmones para anunciar que está de goma.
Excusas: Nadie acepta que el cuerpo ya no sirve como antes, y que la goma fue causada porque el hígado está pidiendo tregua porque no da más. Es cuando emergen toda clase de excusas.
“Es que ayer combiné mucho”. / “A mí, ese tipo de licor no me cae bien”. / “Mae, yo creo que el limón del sexto shot estaba malo”. / “No cené, por eso me pegó tan rápido”. / “Tomé muy rápido”. / “Seguro fue algo del almuerzo que me cayó mal”.
Lugares no aptos para la goma: Estar de goma en cualquier lado es feo, eso es obvio; pero hay lugares donde la cosa resulta mucho peor, por ejemplo:
Todos los sitios donde pegue el sol. / Durante un examen, para el que, de fijo, no estudió. / En una fiesta, donde todo el mundo está pasándola bien y uno haciendo caras. / En casa ajena: nada peor que levantarse y saber que le toca irse hasta la casa de uno. Y peor si dejó el carro en otro lado y no tiene cómo moverse hasta allá. / Haciendo trabajos manuales, porque hasta engrapar hojas se vuelve difícil.
Lugares aptos para la goma: Sin duda, algunos sitios hacen más llevadera esa difícil condición. Veamos algunos:
Una piscina, ojalá privada, no esas de hotel en vacaciones que son puros orines de carajillo. / Debajo de las cobijas, con full aire acondicionado y buenas películas para entretenerse. / En el supermercado: uno ni usa carrito, nada más se va comiendo lo que se encuentra y llega a la caja con los envoltorios. / En la ducha, porque nada mejor que ponerse champú bien frío en la cabeza para aliviar el dolor.
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El aspecto físico: Hay gente que, cuando está de goma, adquiere apariencia de monstruo. Los ojos se les ponen rojos y andan cara de que tuvieron doce asaltos contra Hanna Gabriel. El aliento es como ácido de batería con marañón. Como que se ponen a sudar el guaro de la noche anterior, guaro que ha sido filtrado por un hígado que funciona a medias, y pasado por un estómago que todavía tiene media hamburguesa por procesar. ¡Sea bárbaro!
Huele terrible, y ni hablemos de otros olores que se escapan, como gas mostaza por el trasero. El que me diga que estando de goma consiguió novia, ¡lo invito a un ceviche!
La goma moral. ¡Solo mencionar el nombre da escalofríos! A más de uno se le vienen recuerdos ingratos con solo recordarlo. Uno siempre sabe lo que hizo, pero por aliviar la conciencia, “se hace el maje” . La goma moral es como ir a comer y luego mandarse el laxante: eso termina de “pasearse en todo”.
Remedios para la goma: Resulta que todo el mundo tiene la solución; más de uno jura que conoce la receta infalible para curar la goma.
Pero, seamos honestos, ¡nadie la tiene! Son solo remedios que lo hacen a uno sentirse mejor un rato. Todos hemos probado la sopa de mariscos, el ceviche, la gaseosa fría, el pollo frito, el juguito de tomate y hasta la michelada. Nada la cura , ¡pero es tan rico tratar!
Detrás de una goma fea, se encuentra una noche inolvidable. Si usted amanece de goma, sintiéndose como un miserable, lo más probable es que la noche anterior se sintiera como un emperador romano en el apogeo de su reinado.
Lo importante es tener en cuenta que los años no pasan en vano y hay que extremar los cuidados.
Claro. Admitámoslo: una goma dura un día; los recuerdos de una buena fiesta son de por vida.
Feliz semana y un mejor fin de semana.