Príncipe Enrique y Meghan Markle: La historia de una renuncia llena de traiciones, racismo y escándalos sexuales

Los Duques de Sussex iniciarán una vida independiente y alejada de la realeza. La decisión no sorprende, ya que desde que hicieron pública su relación, se han convertido en la comidilla de los tabloides británicos

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La princesa Diana siempre lo supo, al menos durante los 12 años que estuvo a su lado. Verlo crecer era descubrir mucho de sí misma en él, algo que le hacía sentir miedo y felicidad por igual, ningún sentimiento era capaz de superar al otro.

“William (Guillermo) es muy parecido a su papá, más tradicional y racional. Pero Harry (Enrique)… él es como yo, es el rebelde de la familia”, aseguró en una entrevista que cedió a la BBC en 1995, dos años antes de fallecer como consecuencia de un accidente de tránsito.

Sus palabras hoy suenan a profecía, pero la realidad es que no existe un corazón que sea capaz de traicionar a su dueño, y menos el de una madre. No en vano ella siempre intentó mantener una relación más cercana con su hijo más pequeño.

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“Mi hijo mayor se convertirá en rey en algún momento, pero Enrique no lo hará, así que mi trabajo es impedir que él sienta menospreciado por eso. Es importante que él sienta que es parte de esta familia y del trabajo que realiza, pero siempre debe tener presente que el amor y la felicidad siempre van primero”, dijo Lady Di a la filial televisiva de la BBC.

Este deseo parece haberse cumplido, al menos después de la declaración hecha por Enrique, de 35 años, y su esposa, Meghan Markle, de 38, el pasado 8 de enero, en la que anunciaban al mundo su decisión de separarse de la Familia Real como miembros senior y comenzar a trabajar para ser independientes económicamente.

La noticia, que fue publicada por los propios Duques de Sussex en su cuenta oficial de Instagram, cayó como un balde agua fría en la monarquía británica, pues vino a confirmar una serie de rumores que crecieron a finales del 2019 cuando la joven pareja decidió pasar Año Nuevo en Canadá y romper con la tradición de hacerlo junto a la Reina Isabel II.

“Después de muchos meses de reflexión y discusiones internas, hemos elegido hacer una transición este año para comenzar a forjar un nuevo papel progresivo dentro de esta institución. Tenemos la intención de dar un paso atrás como miembros ‘senior’ de la Familia Real y trabajar para ser financieramente independientes, mientras continuamos apoyando plenamente a su Majestad la Reina”, se puede leer en el comunicado oficial replicado en todo el mundo.

Nuevo capítulo

Considerada como una decisión sin precedentes en la historia moderna, son muchas las dudas y cuestionamientos que se han generado a raíz de que el príncipe Enrique y Meghan Markle también confirmaran que pasarán su tiempo entre el Reino Unido y Canadá, además de que dentro de sus planes está trabajar en su propia fundación de caridad y de la cual no se ha revelado mayor detalle.

En medio de tantas preguntas, a las que solo el tiempo dará respuesta, es un hecho que luego de la reunión que sostuvieron la Reina Isabel II, su hijo Carlos, además de los príncipes Guillermo y Enrique, la realeza está dispuesta a descubrir la mejor forma de iniciar con la transición hacia la independencia.

Medios como The Sun afirman que la popularidad de la que gozó en un inicio la joven pareja, y a la que muchos le endosaron la labor “de imprimir aires de cambio a la monarquía británica” tras su matrimonio en el 2018, se verá afectada por su separación de la monarquía.

Para muchos resulta un acto de hipocresía que los Duques de Sussex hablen de no recibir más fondos públicos como parte de su trabajo oficial, pero que de igual forma “disfrutan de seguir viajando a Canadá y Estados Unidos en aviones privados como beneficios de su posición".

Hay quienes afirman que recomenzar será sencillo, ya que se estima que la fortuna actual del príncipe Enrique asciende a los casi $29 millones de dólares, a los cuales hay que sumar $7 millones de dólares de su esposa Meghan, que ha recibido por su carrera como actriz en series como Suits, y de los cuales ha invertido una parte en bienes raíces.

Precisamente, cuando se abren las apuestas sobre a qué se dedicará ahora la pareja, muchos inclinan la balanza a que será la estadounidense quien dará el primer paso y retomará su carrera en la industria del entretenimiento, incluso se habla de que ya firmó un contrato con Disney para prestar su voz en uno de los próximos proyectos de cine animado de esta compañía.

En el caso del príncipe, hay quienes auguran que se dedicará a seguir promoviendo su labor en The Invictus Game, actividad deportiva para miembros de la fuerza armada que han sido heridos y que buscan recuperarse, no solo a nivel físico sino también a nivel emocional.

“Enrique y Meghan son celebridades reconocidas a nivel mundial. Meghan ya era famosa antes de casarse con Enrique y él se va a volver aún más famoso cuando su padre –y después su hermano– se conviertan en reyes de Inglaterra”, expresó la profesora de historia Kate Williams a BBC News, por lo que ve muy difícil su transición a la vida “normal” que desean.

¿Trato igualitario?

En octubre del año pasado, la cadena televisiva ITV estrenó el documental Harry & Meghan: An African Journey, en el que los Duques de Sussex mostraron los primeros indicios de que no se sentían muy cómodos con el trabajo que estaban realizando como parte de la realeza, en especial con el acoso mediático que han estado viviendo desde hace casi dos años.

Esta producción audiovisual muestra a la pareja en la gira de 10 días que realizó por países como Malaui y Sudáfrica, y en la que hablaron desde cómo la relación entre Guillermo y Enrique no se encuentra en su mejor momento y lo complicado que ha sido para Meghan unirse a la monarquía y convertirse en madre de Archie Harrison Mountbatten-Windsor, quien ya tiene ocho meses.

A través de las breves entrevistas cedidas al periodista de Tom Bradby, quedó en evidencia que los jóvenes se sienten, literalmente, atacados por los tabloides británicos, quienes pasaron de idolatrar a la actriz estadounidense a criticarla y, incluso, responsabilizarla de las tensiones dentro de la realeza británica.

Periódicos como The Sun y Daily Express sustentan sus argumentos en hechos como la renuncia de las tres asistentes personales de Meghan en menos de dos años, la remodelación de más de $3 millones de dólares de su casa Frogmore Cottage y que fue pagada con fondos públicos, por tan solo mencionar algunos.

Momentos especiales como el bautizo de su hijo Archie, a quien decidieron no ponerle un título nobiliario para que la custodia total estuviera en sus manos y no en las de la reina, fue otro de los momentos que generó controversia, luego de que se rompiera la tradición de ser una actividad abierta para la prensa y el público. Los duques se excusaron y manifestaron que deseaban que esto sucediera en la estricta intimidad.

“(Los fans) no quieren una foto artística del pie de Archie a los tres días. Son imágenes muy estilizadas. La gente solo quiere ver a Harry, a Meghan, al bebé con su camisón y a los padrinos, eso es todo. Es lo tradicional. No hay nada malo con ser tradicional cuando se trata de un bebé real”, publicó el Daily Mirror luego del nacimiento del niño, quien es el sétimo en la línea de sucesión.

Por su parte, medios como Buzzfeed han mostrado la otra cara de la moneda, particularmente en lo relacionado con el desigual trato mediático que hay entre Meghan y Kate Middleton, esta última esposa del príncipe Guillermo y futuro rey del Reino Unido.

En varios titulares de notas publicadas por el Daily Mail, Daily Mirror, The Evening Standard, The Telegraph, The Times y The Sun se muestra una constante comparación entre ambas mujeres, en situaciones tan cotidianas como la forma en la que vivieron su embarazo, la relación la reina Isabel II y hasta la decisión de emprender negocios lejos de la monarquía para cuidar y proteger su imagen.

“El duque y la duquesa de Sussex no solo ‘retrocedieron’ sorprendentemente como miembros de alto rango de la familia real esta semana, sino que le dieron a los medios de comunicación del Reino Unido un gran ‘jódete’ durante años de lo que se ha dicho fue una parcial e injusta cobertura”, escribió Buzzfeed dos días después del anuncio de dejar su rol como miembros senior de la realeza.

Recuerdo doloroso

Si algo quedó claro luego del estreno del documental Harry & Meghan: An African Journey es que el príncipe Enrique no solo siguió los pasos de su madre en cuanto a la labor humanitaria que lideró en iniciativas como la protección de niños con VIH y la educación de niños de África, sino también en priorizar a su familia ante todo.

En una de las conversaciones que sostuvo con el periodista Tom Bradby, quien hace poco menos de 20 años también realizó un trabajo especial con el duque en este continente, el joven explicó que no desea volver a vivir un momento tan difícil como el de la muerte de su madre, quien dejó de ser vista como un ser humano y se convirtió en el mejor producto a vender por los medios de comunicación.

“Creo que ser parte de esta familia, en este papel, en este trabajo, cada vez que veo una cámara, cada vez que oigo un clic, cada vez que veo un flash... me lleva de vuelta al momento de la muerte de mi madre; en ese aspecto es el peor recordatorio de su vida, en oposición al mejor”, dijo Enrique en una de las entrevistas del documental.

Convertirse en esposo y padre lo llevan a centrarse en el rol más importante que ha asumido hasta ahora en su vida, según ha reiterado en muchas ocasiones: proteger a su familia y evitar que sean víctimas de ataque y acoso por parte de la prensa.

Esto se lo ha tomado tan en serio que apoyó a su esposa en la demanda que interpuso en contra del tabloide The Mail on Sunday, por haber publicado en febrero del 2019 una carta privada que le había enviado Meghan a su padre, quien actualmente vive en México.

“He visto lo que sucede cuando alguien que amo se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no son tratados o vistos como una persona real. Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa ser víctima de las mismas fuerzas poderosas”, escribió Enrique en un comunicado de prensa en el que anunciaban la medida, que él no consideró que fuera la más segura, pero sí la más correcta.

Desde que cedieron su primera entrevista tras anunciar su compromiso, la pareja ha manifestado en distintas ocasiones que para ellos nunca será negociable el tener que acostumbrarse al acoso de la prensa, y mucho menos por “noticias que son totalmente falsas e infundadas”.

La duquesa de Sussex también habló en el documental de ITV sobre lo complicado que ha sido para ella asumir su rol como parte de la realeza, además de ser víctima de racismo por parte de la prensa británica que se centró en que “su sangre no era pura”, ya que es descendiente de una mujer afroestadounidense y de un hombre blanco de ascendencia irlandesa.

“Cualquier mujer –especialmente cuando está embarazada– es realmente vulnerable, así que fue un reto y luego cuando tienes un recién nacido... ¿sabes?... Especialmente como mujer, es mucho. Y gracias por preguntar, porque no muchas personas me han preguntado si estoy bien”, le comentó Meghan a Tom Bradby.

Partiendo de las declaraciones de los duques en Harry & Meghan: An African Journey no genera tanta sorpresa el anuncio de la nueva vida que ambos quieren emprender junto a su hijo Archie, al que intentan educar de la misma forma que lo hizo la princesa Diana de Gales con Guillermo y Enrique.

“Quiero que mis hijos entiendan que son personas comunes como todos, solo que ellos tuvieron la suerte de que en sus vidas se le presenten más oportunidades, muchas de las cuales no deberán dejar pasar. Esto no los hace más especiales, sino que los vuelve más comprometidos con lo que desean en sus vidas”, declaró Lady Di a la BBC.

Reinado con tropiezos

En medio de la incertidumbre que generó el anuncio del príncipe Enrique y Meghan, mucho se especuló sobre la reacción que tendría la Reina Isabel II al analizar la decisión de su nieto, con quien siempre ha tenido una relación muy cercana y llena de complicidad.

Finalmente, luego de la reunión que sostuvo la monarca con él, y a la que también asistieron el príncipe Carlos de Gales y su hijo Guillermo, el lunes 13 de enero se llegó al acuerdo de que lo apoyarían y que respetan su intención de vivir de forma más independiente.

“Aunque hubiéramos preferido que siguieran trabajando como miembros de la familia real a tiempo completo, respetamos y entendemos su deseo de vivir una vida más independiente como familia sin dejar de ser una parte valiosa de mi familia. Harry y Meghan han dejado en claro que no quieren depender de fondos públicos en sus nuevas vidas”, manifestó la reina en un comunicado de prensa emitido por el Palacio de Buckingham.

Con esto se confirma la gran experiencia de Isabel II en el manejo de crisis, y cuya capacidad ha sido puesta a prueba desde su ascenso al trono, luego de que su padre, el rey Jorge VI, falleciera mientras ostentaba la corona.

Precisamente, el único antecedente que se tiene de una situación similar a la de Enrique fue la que protagonizó Eduardo VIII y tío de la actual reina, quien renunció al trono británico en el año 1936 para poder casarse con Wallis Simpson, una estadounidense que se había divorciado en dos ocasiones y que para aquel entonces era rechazada por la iglesia anglicana.

Algo similar sucedió con su hermana menor, la princesa Margarita, conocida como la princesa rebelde. La monarca siempre intentó mantenerla a raya en más de una ocasión, pues muchas veces ha tambaleado las tradiciones y protocolos. Uno de los momentos más tensos vividos hasta el momento entre ambas fue cuando la princesa contrajo matrimonio en 1960 con Antony Armstrong-Jones, fotógrafo de moda y de cine, y con el que acaparó la atención de la prensa con escándalos de infidelidad y agresiones.

Sin embargo, uno de los años más difíciles del reinado de Isabel fue 1992, cuando su hijo Carlos de Gales se separó de Diana después de 11 años de matrimonio, lleno de engaños, trastornos alimenticios y enfermedades mentales. Aprender a lidiar con el cariño que se granjeó la llamada princesa del pueblo ha sido uno de sus principales retos desde entonces.

Mención aparte merece el príncipe Andrés, el segundo hijo de la monarca, quien en 1996 se divorció de su esposa, Sarah Ferguson, luego de que se publicaran imágenes de ella en topless en una piscina en el sur de Francia y en la que aparecía junto a su asesor financiero, quien le lamía los dedos de los pies.

Por más difícil que resulte de creer, ha sido el Duque de York, de 59 años, el que le ha hecho vivir un infierno a su madre en estos últimos meses, luego de que saliera a la luz su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, quien se suicidó el año pasado en su celda luego de ser acusado de explotación sexual de menores.

A pesar de que intentó defenderse en una entrevista televisiva con la BBC en noviembre pasado, los argumentos del príncipe Andrés resultaron poco convincentes, por lo que la acusación que realizó Virgina Roberts afirmando que fue forzada a tener relaciones sexuales con él cuando era menor sigue generando repudio entre los británicos. Esta es la razón por la que en la actualidad mantiene un bajo perfil y no fue convocado a más actividades oficiales.

Con 93 años, la Reina Isabel II intenta seguir manteniendo a flote la monarquía británica y parece que desea hacerlo de la forma en la que lo imaginó en 1995 su aún nuera Diana de Gales. Según expresó la princesa en el programa Panorama de la BBC, era necesario que existiera más apertura hacia lo nuevo, generando una mayor comprensión sobre lo realmente importante.

“Entiendo que el cambio es aterrador para las personas, especialmente si no hay nada a lo que ir. Sí creo que hay algunas cosas que podrían cambiar, que aliviarían esta duda de si la monarquía tiene que cambiar para sobrevivir, porque no hacerlo complicaría la relación con sus seguidores. Creo que ambos podrían caminar de la mano, en lugar de estar tan distantes”, afirmó dos años antes de fallecer.