Un indigente ingresó a emergencias en el Hospital Regional Alto Vale, de Río du Sul, en Brasil por una complicación de salud.
Hace unas semanas, aquella madrugada estaba fría pero, al igual que muchos pacientes, el hombre estuvo acompañado en todo momento por su familia: cuatro perros que se quedaron en la puerta del centro médico esperando que a su amo le dieran la salida.
El momento fue tan emotivo que ni los pacientes ni los enfermeros que se encontraban en el hospital pudieron ignorar la escena.
“Verlos así, esperando en la puerta, solo muestra lo mucho que son bien cuidados y amados. ¡Ay!, si todos fueran así, si no hubiera maldad, malos tratos”, dijo la enfermera de turno, Chris Mamprim en sus redes sociales al ver la escena.
Los canes nunca rompieron las reglas y se quedaron justo en la entrada principal del hospital siguiendo los movimientos de su dueño, a quien esperaron con paciencia.
El amor entre ellos es reciproco. Durante las horas que el indigente tuvo que pasar en el hospital, la gente se acercó para compartirle de su comida con él, sin embargo, aunque probó algunos alimentos, guardó gran parte para después darle a sus cuatro amigos.
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“Una persona simple, sin lujo, que depende de la ayuda para vencer el hambre, el frío, los dolores, las maldades del mundo, tiene a su lado a los mejores compañeros y el trato es recíproco. Intercambio de amor, cariño, calor, comprensión, una persona que nos confesó que deja de comer para alimentarlos. No sé cómo es su vida, porque está en la calle, y no me importa ni lo juzgo, pero admiro el respeto y el amor que tiene por sus mascotas”, agregó la enfermera.
El hombre ya está recuperado por completo y ahora solo puede pensar en lo afortunado que es y lo feliz que lo hace saber que tiene a sus mejores amigos en las buenas y en las malas: sus cuatro perros.