Página Negra: Dustin Diamond creció y no lo salvó ni la campana

De buen corazón, pero mala cabeza para los negocios, desperdició la oportunidad de ser una figura televisiva; acabó en la cárcel, filmó una cinta porno y vive sin oficio ni beneficio.

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Borrón y cuenta nueva. Olvidarse de las miserias y salir del pozo de la desgracia es el aliciente que –hace unos años– impulsa los tristes días de quien fuera un larguirucho adolescente, con cuello de jirafa y pelo esponjoso.

Para los milenaristas o “centenialls”, quienes merodean por esta página, es bueno recordarles sobre Dustin Diamond, quien a los 12 años actuó en Salvado por la campana, una exitosa teleserie ambientada en el ficticio colegio Bayside.

Entre 1989 y 1993 encarnó a Samuel “Screech” Powers, el escudero de Zack Morris –Mark–Paul Gosselaar– el líder de la pandilla formada por: Mario López –Slater–; Lark Voorhies –Lisa–; Tiffani Thiessen –Kelly– y Elizabeth Berkley –Jessie–.

Resulta que “Screech” era un nerd, torpe como él solo, pero bueno para cargar con el saco de culpas de Zack. El lado inteligente no lo usó en la vida real, pero demostró un notable grado de estupidez.

Después de las cuatro temporadas y 86 episodios de la comedia, la existencia de Dustin naufragó entre Escila y Caribdis, o en vernáculo de las drogas a los escándalos, hasta acabar con sus huecesitos en la cárcel.

La noche de Navidad del 2014, con 37 años, montó una tángana en un bar –junto con su novia Amanda Schutz– y apuñaló a un parroquiano, causa por la cual lo condenaron a cuatro meses de prisión y 15 de libertad condicional.

Ese fue el corolario a una seguidilla de problemas, motivado por el fin de su fugaz carrera artística, el desempleo y la incapacidad para comprender que solo fue un producto comercial que funcionó, vendió y quedó obsoleto.

Años maravillosos

A los diez años interpretó a “Screech”, en Buenos días, Señorita Bliss; una producción del Canal Disney que circuló entre 1988 y 1989. Después fue reciclada en Salvados por la campana, con el mismo elenco.

En el cartel promocional se ve a Dustin con cara de niño bueno; en realidad lo era, recibió educación en una escuela luterana y su padre –Mark– lo había apoyado en sus inicios televisivos en Aquellos maravillosos años.

El crespo Dustin nació en California, el 7 de enero de 1977; en su juventud trabajó como maniquí viviente en una tienda, le gustaba el ajedrez y las computadoras.

Alto, flaco, nariz como la de Elmo y desgarbado obtuvo la cinta negra en karate y tocó la batería en una banda llamada Salty the Pocketknife. Los lectores de la revista Stuff ubicaron a Dustin, en el tercer lugar, como el niño actor al que más les gustaría darle un puñetazo en la cara.

Los chismosos de la prensa anunciaron que Peacok, la plataforma de streaming de NBC, lanzaría –en el 2020– la serie con los actores originales; algunos habrían firmado el contrato y otros –como Dustin– ni señas de interés.

El círculo de la vida

Todo se complicó y Diamond quedó en la lipidia, tanto que organizó una campaña para recaudar fondos y pagar el alquiler de la casa.

Pero las desgracias nunca llegan solas y, en un intento por volver a la pantalla a como fuera, dejó a un lado su imagen de niño friki y protagonizó una cinta pornográfica: Salvado por el olor.

Algo parecido hizo Elizabeth Berkley, la Jesse Spano, quien salió en traje de Eva y montó escenas de sexo explícito en Showgirls, que harían enrojecer a una meretriz.

Si ya era detestable por sus escándalos con las drogas, el licor y poses de divo, clavó una pica en Flandes con una presunta autobiografía titulada, para variar, Detrás de la campana.

En el libro, que parecía más un libelo, destapaba la cloaca de las producciones televisivas y exhibía sin asco los trapos sucios de sus colegas de reparto, acusándolos de marginarlo y tratarlo como al hijo de la criada.

A su amigo Mario López lo trató de vigoréxico, a Mark Paul Gosselaar de ególatra; abundó en detalles sobre el lenguaje pasado de tono, las relaciones sexuales tras bastidores y los tríos –pero no musicales– entre la “troupé”.

La presa favorita eran las figurantes, quienes por $40 diarios trabajaban en lo que fuera, con tal de tener la oportunidad de salir en escena y algún día labrarse una carrera artística.

Los desmadres juveniles fueron el lado oscuro de su imagen, pues Dustin posee un corazón generoso. Su novia Jennifer sufrió un aborto espontáneo en diciembre del 2004, y estableció una fundación de cuidados infantiles.

Crecer nunca es bueno en Hollywood y tras la cancelación de la serie, en 1993, Diamond acabó en papeles mediocres, presentaciones de stand up comedy en bares de malvivir y líos por aquí y por allá; hoy, es solo un recuerdo gris.

Toque de queda

Slater, el rompecorazones. De todos es quien manejó mejor sus conexiones y buen aspecto; Mario López es uno de los rostros más conocidos de la televisión gringa y pudo reciclarse con éxito en algunos papeles mediocres.

Zack, el caradura. Sigue en la actuación y tiene trabajo regular, pero nada extraordinario. Mark-Paul Gosselaar no le habla a Dustin desde hace 25 años.

Kelly, la guapa. Personificó a la malvada Valerie Malone en BH 90210, o Sensación de vivir. Tiffani-Amber Thiessen logró un hueco en el cine en un filme de Woody Allen.