Monoloco: la salsa picante tica que viajará al mundial del chile

La historia de cómo Pierdealmas, una salsa creada en una cocina en San Pedro, llegará hasta uno de los programas más vistos en YouTube, es tan complicada como probar dos gotitas del maravilloso Pierdealmas sin sudar.

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Si hubiera una especie de mundial fútbol pero con las salsas más picantes mejor logradas del mundo, de seguro se parecerían mucho al programa Hot Ones de YouTube, visto por millones de personas en el mundo.

Cientos de celebridades han sido entrevistadas por Sean Evans, mientras les sirven platos de alitas picantes que poco a poco van subiendo su intensidad. Esas enchiladas en media entrevista nos han dejado momentos de lujo: desde las expresiones faciales de la modelo y actriz Cara Delevigne, los chistes del actor Paul Rudd o los gritos del actor Terry Crews.

En medio de las celebridades, los chiles se han vuelto famosos, también. La salsa Valentina de México se popularizó como un chile para principiantes y el Reaper Sauce (que tiene a la parca en su etiqueta) es la salsa legendaria que puso a sudar y a escupir improperios a celebridades como Gordon Ramsey y Shaquille O'Neal.

Hot Ones le ofrece diez tipos de chiles a sus comensales famosos y tradicionalmente el Reaper Sauce es el noveno chile en la lista. Pero ahora, una salsa tica llegó para quitarle ese puesto.

“Nuestra nueva número 9 es el Pierdealmas de Monoloco, nuestra primera salsa de Costa Rica”, contó emocionado Sean Evans, el anfitrión del programa en un video el 18 de junio.

“Esta salsa te va a tirar de una rama y te va a dejar boca abajo en el suelo del bosque tropical. Su gran sabor crítico y picor viene de chiles panameños, chiles fantasma, ajo, especias y limón. Es una salsa fantástica, muy compleja, ¡y muy picante!”, explicó Evans.

No extraña nada que la novena salsa tenga el nombre “Pierdealmas” pues según el sitio de Monoloco es “muy muy muy picante” y quizá su producto más temido. El primer episodio en el que una celebridad se enfrentará al Pierdealmas se publicó en YouTube el 25 de junio y tuvo como protagonista al comediante Tom Segura.

En el pequeño local de San Pedro donde se hace la salsa Monoloco, una salsa con ingredientes naturales costarricenses, su creador no cabe de la emoción.

“Siento que es un reconocimiento al trabajo que hemos hecho durante nueve años, que ha sido todo un caminar, superchiva, llenos de aprendizajes y de cosas. Estamos hablando de una salsa que nunca ha salido en tele, en radio ni hemos pagado pautas por salir en ningún lado. Entonces eso es lo mejor, ¡llegamos a uno de los programas más vistos en YouTube ahí sin buscarlos a ellos!”, contó Pablo Jiménez, dueño de Chile Monoloco.

“Queremos que cuando la gente compre Monoloco sepa que vamos a apoyar a agricultores locales y que una parte de ese dinero también va para la protección de los monitos. Imaginate que la noticia de Hot Ones la recibí mientras limpiaba el piso de unas jaulas de un refugio donde me fui de voluntario y yo ahí barriendo contentísimo”, agregó Jiménez.

Su dueño confiesa sin ambages que si no les hubieran invitado al programa Hot Ones en setiembre del año pasado, quizá la marca ya no existiría y la empresa habría desaparecido por los embates de la pandemia del covid-19. Sin embargo, aquí están, listos para seguir enchilando.

Llegando al mundial

Por supuesto que llegar hasta “el Mundial del chile” no fue fácil. Pablo Jiménez recordó que durante los últimos cinco años han ido y venido correos de parte de la producción del programa.

“Hace unos cinco años nos escribieron y les enviamos algunas botellas, pero no pasó nada. Luego les volvimos a mandar un poco de salsas y otra vez nada. La tercera vez ya fue más seria, fue en setiembre y nos dijeron ‘¿ustedes tienen permisos para venderse aquí en Estados Unidos?’ y justo habíamos sacado el permiso de la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos). F ue mucha suerte porque ya no están dando esos permisos por el tema del coronavirus, entramos apenas”, contó Pablo Jiménez.

En medio de la conversación telefónica Pablo sigue trabajando y atendiendo público en un local 75 metros al este de Plaza Roosevelt, en San Pedro. En un garaje armó un espacio para vender salsas picantes (de su marca Monoloco y de otras nacionales) y, mientras atiende esta entrevista, sigue dando algunas órdenes a la cocina, donde preparan un cargamento de salsas para Estados Unidos.

Monoloco fue hecha por un fanático del chile para los otros fanáticos y hasta los ateos. Es común verlo en pizzerías en San Pedro y San José centro y en las mesas de muchos comensales que aprecian el chile de buen sabor.

Cuando lo invitaron formalmente a participar en el programa Hot Ones apenas se leían las primeras noticias del coronavirus en el mundo, pero todo el proceso de llegar hasta ahí estuvo marcado por la pandemia.

“Aparte de hacer la temporada había que tener producto en Estados Unidos. Nos contactó una empresa de allá interesada, pero teníamos que hacer todo nosotros. Tuvimos una Semana Santa caótica: para lograrlo había que correr a hacer una nueva etiqueta con el fin de que fuera lo más ‘monoloca’ posible pero en inglés, que fuera graciosa, irreverente y que tuviera todos los datos y bueno que fuera aprobado por el FDA. Había que correr a la UCR para que nos ayudaran con la tabla nutricional y a preparar un encargo de 10.000 salsas. Teníamos que mandar todo nosotros, hacer nuestra exportación en una fecha muy tallada y todo estar listo para el 24 de abril”, recordó Jiménez.

Había muchas dudas, pero de alguna extraña forma el coronavirus le ayudó a tomar la decisión. Por un lado, Monoloco se dejó de vender en hoteles y aeropuertos porque el turismo paró del todo. Monoloco emplea a siete personas y todas mantuvieron su salario, pero cortar de golpe sus ingresos más grandes preocupó a su dueño. Había mucho en juego.

“No agradezco por el coronavirus, pero me ayudó en algo: lo que no pagaba en renta -que son como dos millones-, lo que no pagaba de caja y otros costos y eso, me dejó algo de plata para invertir. Antes del coronavirus mucha gente me ofreció la plata para hacer la exportación pero cuando empezó esto, todos se quitaron, y yo los entiendo.

“En todos los cursos de Procomer te dicen que para exportar tenés que dar el precio de la fábrica y te dicen ‘nunca se meta en la exportación, y no se mueva si usted paga la mitad’. ¡Yo estaba haciendo todo al revés! Yo exportaba y ellos me pagaban un mes después de llegado el envío. Me di cuenta de que estaba arriesgando toda la empresa sin un contrato firmado: era la palabra de unos maes allá en Estados que yo ni conozco. ¿Qué hago si no me pagan? ¡Qué voy a estar buscando en media pandemia a unos maes en Nueva York para cobrarles! Por dicha nos asesoramos con un abogado, un cuñado mío y nos dimos cuenta de que estaban en todas y sin deudas y nos arriesgamos”, narró Pablo Jiménez.

El cargamento finalmente llegó a Estados Unidos y la plata también llegó a Costa Rica. Mientras le anunció al público su aparición en Hot Ones, la gente de Monoloco estaba preparando su tercera exportación de Pierdealmas a Estados Unidos, pues aparentemente fue un éxito en varios mercados.

“Parece que en Texas ya se acabaron los Pierdealmas y el envío que estamos por hacer va directamente a saldar ese faltante. Realmente no me puedo imaginar todo lo que se viene gracias a aparecer en este programa”, dijo Pablo Jiménez.

En español

¿Pierdealmas? ¿Monoloco? Todas los sabores de esta marca tienen nombres y descripciones particulares, llenos de chistes y buen humor. Según Pablo Jiménez, es un esfuerzo por darle a la gente “algo que a mí me gustaría tener como fan del chile”. El nombre de la marca, dice, le saltó a la mente como un monillo travieso.

“El nombre Monoloco me brincó así de la nada y me encantó que fuera un nombre que no tuviera nada que ver con salsas picantes y que fuera un nombre que me permitiera jugar con la marca”, explicó Jiménez, quien es diseñador gráfico de profesión.

“Cuando la gente crea una marca no sé por qué inmediatamente quiere ponerle un nombre en inglés, pensando en venderle a Estados Unidos. Pero nosotros no. Quisimos primero venderle al primo, al tío, al vecino y cuando ellos se convencieran de que el producto es bueno, crecer naturalmente, sin saltarnos pasos”, explicó.

La historia de cómo Pablo Jiménez dejó de trabajar en una empresa transnacional como diseñador gráfico para dedicarse full a hacer salsas picantes es otra épica de la que solo una persona tan “monoloca” podría salir viva.

Hace diez años Pablo tenía un trabajo de oficina y una particular afición al chile picante.

“Me la pasaba comprando salsas picantes por internet y aquí en Costa Rica donde pudiera probar y comprar, siempre lo hacía. Me gustaba el chile del restaurante Lubnan en Paseo Colón o el de una sodita de Tibás. Siempre tenía esas ganas de conocer más salsas y de enchilarme. Y ahí empecé a experimentar, a buscar recetas en internet, a buscar salsas que pudiera hacer yo”, contó Pablo.

Sus primeros recuerdos del chile son los chileros que hacía su abuelo o de jugar a ver quién aguantaba más tabasco en la lengua con sus hermanos.

“Siempre hay risas cuando uno come chile, siempre hay un bienestar, se liberan toxinas y te pone de buen humor. Las salsas te traen recuerdos y sé que hay gente que tiene buenos recuerdos con Monoloco”, aseguró el creador de la salsa.

En el 2011, Pablo fue despedido de su trabajo. Tenía ofertas para trabajar como diseñador en otros lugares pero él decidió tomar el dinero de las prestaciones e imaginarse una empresa de chile, porque ya le estaban picando las ganas de hacer otras cosas.

Así, nació la receta del XXX, el primer Monoloco, ese que Pablo quería que se viera como racumín. El sabor del XXX es bueno y el picante generoso, listo para ponerlo en una sopa o un arroz. Esa salsa fue su caballo de batalla por varios años y cómo no, si él escogía los chiles uno por uno y se encargaba de cocinar todo y hasta diseñó las etiquetas.

“La primera promoción que hice fue vender dos botellas de chile por ¢5.000 y las iba a repartir en moto. Mi idea es que la gente comprara una para ellos y regalara otra, que se generara un boca en boca. Yo me iba a bares a repartir garbanzos a la gente. Les ofrecía un plato de garbanzos y me decían ‘sí, claro’ y ahí les contaba de una nueva salsa picante nacional, Monoloco”, detalló Pablo.

El antojo fue tal que la marca fue creciendo, Pablo hizo nuevas recetas, como Vieja ‘e patio, un aceite de oliva picante o el famoso Pierdealmas una salsa con chile panameño y chile fantasma que se caracteriza por su buen sabor y por quemar como cautil.

Llegó un punto en que había que repartir tanto que ni la moto ni la cocina daban a basto.Tenía que repartir en 20 locaciones en un día y Pablo se dio cuenta de que era hora de crecer. Hoy Monoloco tiene tres cocineros -Axel, Mela y Raquel-, una gerenta de producción -Pamela Conejo, la primera chef que se sumó al proyecto- y también tiene colaboradores en redes sociales e ingeniería de procesos.

“Saber cuánto aceite, limón y chile van en una botellita nos ayuda a poder tomar decisiones, ver lo que podemos hacer con lo que tengamos”, aseguró Pablo.

A picar se ha dicho

Otra condición que les pidió el programa Hot Ones fue hacer la salsa 20% más picante. La novena salsa del programa debe ser un golpe certero, pero para el creador de Monoloco, era importante que la salsa conservara el buen sabor.

“Estamos después de una salsa que se llama the bomb que no me gusta mucho, porque es puro picar, el sabor seguro se les olvidó ponerlo y la tienen como para hacerle el bully al entrevistado. Nuestra salsa Pierdealmas es otra cosa”, dijo Pablo orgulloso.

La salsa con la receta original del Pierdealmas se puede comprar en el sitio web de Monoloco, misma página en la que se puede adquirir una suscripción para que le lleguen a su casas salsas, conservas y otros experimentos.

Por otro lado las invitaciones para exportar Monoloco llegan desde rincones insospechados.

“Me han dicho que si quiero exportar a Rusia, a Omán, incluso el año pasado enviamos a El Salvador. El tema del coronavirus ha limitado, pero creo que se vienen buenas cosas para la marca”, aseguró Pablo Jiménez.

Los humos no se le han subido al fundador de Monoloco, que espera seguir apoyando a los empresarios ticos y enchilando a todos en el camino.

“En YouTube los comentarios de cuando revelaron las salsas dicen desde ‘oe oe ticos’ hasta los extranjeros que están superemocionados porque reconocen la marca. Llegamos a un mundial y llegamos a la final. Todos los partidos que vengan de aquí en adelante son un vacilón: puede que se caguen en la salsa, que les guste, puede que los entrevistados cuenten sus historias de Costa Rica; no sabemos. Solo sé que vamos a enchilar y hacer llorar a mucha gente”, agregó Jiménez.