Los ’famosos’ ticos se casan con Cristoforis, el ensamble que inyecta magia a sus bodas

Federico Céspedes y Paola Flores son los fundadores de Cristoforis Music & Entertainment, una empresa nacional que mezcla música, arte plásticas, efectos especiales y hasta acróbatas para complacer a su exigente clientela. Hoy, ellos son los arquitectos de varios de los ‘live shows’ más prestigiosos del país.

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¿Qué tienen en común el futbolista Joel Campbell, el presentador Mauricio Hoffman y la modelo María González (la exRecreo Grande)?

Pues que además de “famosos” y faranduleros, el ensamble artístico Cristoforis Music & Entertainment le inyectó música, distinción y mucho estilo a sus elegantes bodas.

Es que desde hace once años, Cristoforis es el performance por excelencia de los eventos privados de más prestigio en Costa Rica. Además de Campbell, Hoffman y González, el grupo amenizó el ‘sí para siempre’ del futbolista Marco Ureña y pronto hará mismo en las nupcias de Montserrat del Castillo, la presentadora de De boca en boca.

También estuvieron en la boda de una famosísima cantante estadounidense que, en secreto, se casó hace unos años en las costas de Costa Rica. Su nombre no se puede revelar, pues precisamente por su relevancia, un estricto contrato de confidencialidad impide tal infidencia.

El caso es que Cristoforis no para de avanzar. Se trata de una empresa familiar costarricense que nació chiquita, se rebusteció con los años y al final se hizo tan grande que su fama cruzó fronteras.

Hasta la romántica París y la cosmopolita ciudad de Nueva York, han sido testigos de sus finos acordes, energía escénica y también de sus prominentes locuras.

Es que ir a un montaje de Cristoforis suele convertirse en una experiencia surreal. Tiene la música de base, es cierto, pero la producción de cada evento involucra también vestuario exclusivo para cada ocasión, efectos especiales, bailarines, ambientación, luces, acróbatas y mucho toque personalizado.

Básicamente, los de Cristoforis hacen lo que el cliente y su propia creatividad se les venga en gana.

¿Desea una boda al estilo indú, asiático, italiano, español o mejor mexicano? Listo, Cristoforis se la hace. O prefiere usted una auténtica fiesta country, tal como en los rurales y tradicionales pueblos del sur de Estados Unidos. Listo, pues Cristoforis también se la hace.

Los esposos Federico Céspedes y Paola Flores son los fundadores de este emprendimiento nacional que hoy día emplea a más de 50 profesionales entre los cuales hay artistas, comunicadores, pintores y técnicos. Con talentos de primera línea, desde el 2008 la empresa no solo ameniza bodas, sino que organiza live shows temáticos o eventos empresariales inspirados en espectáculos internacionales vistos alrededor de todo el mundo.

“Desde que éramos novios viajábamos mucho y vimos espectáculos de Broadway impresionantes. Eso nos maravillaba y siempre pensamos lo bueno que sería hacer cosas de esa calidad, o al menos que se le parecieran”, expresó Flores, quien es la encargada de gestionar y mercadear la empresa.

“Y bueno, cómo no mencionar al Circo del Sol. No no nos hemos perdido ni un show de ellos y nos ha inspirado muchísimo”, agrega Flores.

Federico, por su parte, no se atreve comparar al Circo del Sol con Cristoforis, pues sabe que sería un sacrilegio. Pero sí está seguro de compartir algo con el famoso espectáculo canadiense: “Tenemos la misma pasión, de eso estoy seguro”, expresa sonriente.

Pero antes de que Cristoforis fuera Cristoforis, mucha agua tuvo que pasar bajo el puente. Unas zapatillas de ballet, las teclas de un piano y aquellas mariposas juveniles que revoletean cuando se está enamorado, tuvieron que ver con esta epopeya empresarial.

Cristoforis, en esencia, empezó en la universidad con un sutil cruce de miradas.

El poder de ‘una carita feliz’

Federico es pianista y Paola una sonriente bailarina.

Son esposos desde hace 13 años y todavían recuerdan aquellos días en que el amor, pero sobre todo el arte, los unió en épocas juveniles.

“Estábamos en la Universidad Latina, estudiando publicidad. Éramos unos carajillos, con muchas ilusiones, pero él y yo hicimos click de inmediato. Esa vena artística que nos apasionaba a ambos, hizo la diferencia”, recordó Paola Flores, quien desde muy chiquita practicó ballet clásico.

Pero Federico fue un poco más específico. Rememoró el día que una clásica exposición universitaria, del curso Introducción a la Publicidad, se convirtió en el prólogo de su idilio.

“Yo no se por qué, pero esa vez el profe hizo grupos para exponer y me puso a mí como una especie de jurado de las mismas presentaciones. Entonces, en una ocasión, ella estaba a la par mía y me pasó un papel que decía: “tratar bien”, con una carita feliz al lado, como para que yo no la acribillara mucho. Eso me hizo mucha gracia y siempre nos acordamos de eso", narró Federico.

Pero otros pasajes iban a marcar los derroteros de esta historia. Federico y Paola estaban destinados a entenderse bien, muy bien.

“Cuando me tocó exponer a mí, nuestro grupo tenía una complicación logística, por lo que le pedimos al profe el favor de cambiar el orden de las presentaciones. Él dijo que no, que ya todo estaba organizado, a no ser que yo negociara con el otro grupo que estaba antes para que cambiaran, pero que no creía porque –esas mujeres (las del otro grupo) eran muy complicadas–”, recordó.

“En ese grupo estaba Paola. Yo me fui a negociar con ella y como en media hora estaba de vuelta en el aula diciéndole al profe que no había problema, que ellas sí habían aceptado cambiar el orden por nosotros. El profe se quedó sorprendido”, agregó.

Y así todo fue cuajando. Se gustaron, se hicieros novios y Paola comenzó a acompañar a Federico a sus presentaciones de piano, pues desde ese entonces sus oficios sobre las teclas eran requeridos para animar todo tipo de evento.

La cosa es que estaban hechos el uno para el otro, y ya cuando decidieron casarse, comenzaron a planear como podrían hacer algo juntos, procurando sacarle el jugo a sus notables talentos.

Fue así que un día nació Cristoforis, en honor al músico italiano Bartolomeo Cristofori. Él fue, según lo certifica la historia, el inventor del piano.

“Para nosotros fue muy significativo ese nombre, pues iba a la perfección con el instrumento que Federico tocaba. Además, luego descubrimos que en latín ‘Cristofori’ quiere decir –quien lleva en sí mismo a Cristo–”, explicó Paola.

No es que Cristoforis sea un grupo de música cristiana, o algo parecido, más la pareja aprecia mucho la acción de Dios en sus vidas.

“Somos católicos. Sabemos que sin Dios no podríamos hacer nada”, acotó Federico sin agregar más detalles.

Con esa convicción Cristoforis comenzó a crecer. Federico comenzó a notar que los clientes ya no solo le pedían que tocara el piano, sino que incorporara una voz o cualquier otro instrumento a la velada.

Entonces ¡bingo!, Paola, quien además de publicista posee un gran olfato para los negocios, tuvo la visión de diversificar estratégicamente la oferta y planear nuevas formas de complacer a sus clientes.

El cambio fue radical. Siempre seguiría siendo Cristoforis, pero un Cristoforis revolucionado.

Una década de crecimiento

En 11 años de aventuras a Cristoforis le ha pasado de todo.

Fueron testigos de una novia que se cayó a una piscina dos minutos antes de casarse, en Villa Caletas, y también ‘sudaron a chorros’ el día en que el viento les jugó una mala pasada e hizo volar todas sus partituras en media ceremonia.

Pero esos son simplemente detallitos. Curiosas anécdotas dentro de un libro de retos y riesgosas maniobras de reinvención empresarial.

En que en algún momento de su historia Cristoforis dejó de ser el ensamble bonito que tocaba en bodas. No es que dejó el negocio de los matrimonios, para nada, solo que ampliaron su espectro y se transformaron en un apetecido productor de experiencias.

“Nos salimos de lo tradicional para dar una experiencia envolvente y muy dinámica a nuestros clientes”, dijo Federico.

“Eso fue difícil, incluso con los músicos que contratamos al principio, porque convencerlos de tocar sin partituras, rompiendo el paradigma tradicional, o de que necesitamos que toquen pero que además se bajen de la tarima y comiencen a interactuar con la gente, fue complicado al principio", agregó.

Pero lo más apasionante de Cristoforis son sus procesos de creación.

Básicamente –como si se tratara un reality show de esos que se ven en Netflix–, los clientes se reúnen con los chicos de Cristoforis para contarles su sueño. Ellos los escuchan, les hacen sugerencias y llegan a acuerdos.

Luego todo queda en manos de Cristoforis, que en un determinado plazo deberá hacer realidad todo lo que su cliente desea para el evento.

“En ese momento comienza la planeación, que dependiendo lo que nos pidan implica muchísimo trabajo y mucha presión. Pero lo hacemos porque nos encanta ver a la gente feliz, celebrando, guardando recuerdos en el pensamiento y en el corazón”, asegura Paola, quien junto con Federico han procreados dos pequeñas hijas.

“En tres meses, minímo, planeamos bodas o eventos de todo tipo que incluyen montajes que van desde el diseño del escenario, hasta la música y los vestuarios. Por eso es que tenemos en nuestro equipo costureras, pintores, arreglistas musicales y artistas plásticos, es un gran trabajo articulado”, agregó.

Así, por ejemplo, hace un tiempo pudieron recrear una boda indú en nuestro país. Fue una experiencia inolvidable para Cristoforis, empezando por que no podían tener contacto visual con la futura esposa.

“Eso fue raro, uno como latino está acostumbrado a interactuar con los novios y ahí jamás”, recordó Federico.

Pero guardar la compostura no fue lo más complicado. Al ser una cultura tan distinta, obligó a Cristoforis a estudiar detenidamente aspectos de ambientación, protocolo y música.

“Comenzamos a estudiar mucho. Buscamos lo que íbamos a tocar, los vestuarios de los músicos y a buscar instrumentos autóctonos que nos ayudaran a dar el sonido, con el propósito de que los invitados internacionales se sintieran como en su país”, recordó Federico.

“No siempre se pueden tener los instrumentos tradicionales que se requieren, por lo que buscamos el sonido de un tambor tradicional indio y lo grabamos. Por medio de un sistema digital incorporamos su sonido el día del evento y todo salió muy bien”, agregó.

De esta forma Cristoforis ha podido montar fiestas temáticas de varios estilos. En el Hotel Real Intercontinental, por ejemplo, tuvieron a cargo para fin de año un show mexicano de gran colorido. En en escena mezclaron música ranchera tradicional con la incorporación de catrinas, decoración alusiva y estructuras simuladas.

“Incluso, para incorporar a los niños, hicimos máscaras y disfraces inspirados en la película Coco, fue muy bonito para ellos", expresó Paola.

Precisamente de ese show sacará provecho la presentadora Montserrat del Castillo, que en noviembre se casará con su novio mexicano.

“Obvio que habrá mucho de eso en mi boda por el origen de mi novio, aunque a nivel musical también habrá muchas sorpresas, no quiero adelantar mucho", reveló Del Castillo, quien dijo sentirse impresionada con el trabajo de Cristoforis.

“Para mí fue una gran sorpresa conocer a Cristoforis, ya que lo que ellos hacen en Costa Rica solo se ve Estados Unidos u otros países. Nunca imaginé que acá pudiera exitir algo así. Se han esmerado por traer experiencias innovadoras y siempre dan la milla extra”, agregó.

Y a la cuenta de montajes se suman experiencias italianas, españoles, inglesas y estadounidenses. Además música de ópera, electrónica, flamenca, rock, reggae, hip hop, y todos los géneros que usted se pueda imaginar también son materia de Cristoforis.

“El día que montamos un show country fue increíble. Conseguimos, para empezar, un cantante que hablara perfecto inglés y que estuviera dispuesto a cantar el estilo. Fue un reto, porque acá en el país no hay músicos que toquen ese género”, recordó Federico.

“Lo bueno fue que cuando vinieron inspeccionar el show nos preguntaron que de qué parte de Estados Unidos era el grupo. Eso nos hizo saber que lo habíamos hecho muy bien", agregó orgulloso.

En otros live shows no se extrañe si Cristoforis le sorprende con malabaristas aéros, show con luces de neón, animatronics gigantes, simulación de cyborgs y tambores de agua con percusionistas vestidos de luces LED.

“Ahí nos vamos inventando cosas y perfeccionándolas. En este show de luces LED, como lleva electricidad y agua incluida en los tambores, al principio me jaló y también a otras personas. Pero poco a poco ya lo hemos hecho más seguro”, confesó Federico, que ahorita mismo está pensando cómo hacer que su piano se mueva en el escenario a control remoto.

“Eso del piano, por ejemplo, ya estamos terminando el modelo, y pronto lo podremos usar”, adelantó.

Y Daniela Solera, una tica que se casó con un joven italiano el año pasado, no olvidará cómo gracias a Cristoforis su boda se transformó en un auténtico carnaval veneciano.

“El vestuario era de esos carnavales, y no solo eso, durante el coctel se utilizó un acordeón para ir sintiendo el ambiente. Luego empezó la música en vivo con un dúo cantando música italiana", narró Solera.

“Una cosa es que lo italianos que fueron a la boda quedaron encantados. Hasta cantaban con la banda y todo, entonces definitivamente se cumplió el objetivo”, agregó.

Soñar en grande

Una cosa lleva a la otra.

En varios eventos realizados en Costa Rica, en los que Cristoforis se ha lucido, no pocos extranjeros les han expresado una frase que les hincha el pecho de orgullo: “quiero que lleves esto a mi país”.

Por eso mismo es que un día Cristoforis animó una boda en París, Francia, y también prestó sus finos servicios en un evento privado en Nueva York. Eso solo por mencionar un par de casos, pues su agenda internacional se ha visto aumentada en los últimos años.

Federico y Paola, por ende, han visto cómo Cristoforis se ha quedado un poco pequeña ante las nuevas exigencias del mercado y han ideado nuevos planes para agrandar su compañía.

Por eso, en este 2019, la pareja lanzó al mercado dos divisiones hermanas de Cristoforis: Celebra y The Perfect Seven Productions.

Celebra es una empresa inspirada en shows infantiles que busca brindar entretenimiento a toda la familia, pero centrada en los más chicos de la casa.

Pero la apuesta más grande, sin duda, es ‘The Seven’, como ellos mismos lo llaman para acortar su nombre.

The Seven, básicamente, hará todo lo que Cristoforis ya hace, solo que buscando abarcar un mercado más amplio, orientado no solo a Costa Rica sino a Latinoamérica y Estados Unidos.

“Es similar a lo que ya hacemos, pero con la diferencia de que buscamos ofrecer espectáculos producidos e ideados por nosotros y hacer giras internacionales con ellos. Los haremos con implementos hidráulicos, músicos exclusivos para cada show y vestuario”, adelantó Federico.

“También vamos a trabajar management (representacción de artistas) y trabajar con ellos fuertemente. Ya tenemos varios artistas fuera de Costa Rica, que son de Ucrania, México, Los Ángeles y Nueva York. Es que hemos aprendido mucho de eso, moldeando al artista en materia de comunicación, vestuario y movimiento”, agregó.

Además, la compañía continuará proveyendo su piano a algunos de los artistas más prestigiosos que visitan el país. Pues sí, he aquí otra faceta de Cristoforis que involucra a figuras internacionales como Laura Pausini, Franco de Vita, Camila, Michael Bolton y Fito Páez, solo por mencionar algunos.

“Nuestro piano es digital, por lo que se puede programar según las necesidades de los artistas que vienen a dar conciertos a nuestro país. Por eso, desde hace tiempo hemos alquilado ese instrumento a grandes recitales y conocido mucha gente importante por ese mismo motivo”, narró Federico.

No olvidarán, por ejemplo, el día que conocieron al célebre pianista griego Yanni en el país, y a todos los músicos que lo acompañaban. El mismo piano, que pronto hasta se moverá en pleno show, se convirtió en la sensación de aquella velada.

Y es que el piano de Cristoforis, por si fuera poco, tiene varios disfraces. El instrumento se los pone según su ocasión.

“En el concierto de Yanni estrenamos una estructura que parece una orca. Así se ve el piano, como una orca y los estrenamos en el VIP de ese show. Es un estilo moderno que rompe con lo tradicional. A los músicos de Yanni les pareció superbonito, y hasta pasaban a tomarse fotos con el piano”, agregó Federico.

Al menos seis trajes tiene el piano de Cristoforis, los cuales son diseñados en Estados Unidos a la medida y con plantillas diseñadas en Costa Rica.

“Entonces sí, cualquier loquera que se nos ocurre con el piano la mandamos a hacer. De hecho ahorita estamos planeando uno nuevo, que es un modelo acrílico, con luz”, acotó entre risas Paola.

¿Le gustaría contratarlos?

Por todo lo que ofrecen tener los servicios de Cristoforis no suena nada barato.

Pero ojo, tanto Paola como Federico, insisten en que cualquiera podría contar con sus servicios.

“Existen formatos más sencillos, que de hecho hacemos muy seguido. Toques con solo un violín, una guitarra, sax o piano. Esos son mas accequibles”, comentó Federico.

“Lo que pasa es que claro, lo que sale en redes sociales son los formatos más grandes, los que más impresionan, pero también existen otros más cómodos”, finalizó.

Lo cierto es que Cristoforis, en el ámbito o formato que sea, no parará de transformar los sueños en realidad.

Y ahora lo hará más que nunca, pues con sus empresas hermanas -The Seven y Celebra-, la empresa se expande y se prepara para llevar el talento tico por todo el mundo.

Algunas videos de los shows de Cristoforis (Instagram):