‘‘
En un período muy largo de tu vida, tenés un amigo de tu misma edad a mano para jugar y aprender durante la infancia, la adolescencia y hasta un poco de tiempo después de ser adulto”.
Lo malo:
“Las comparaciones. No podés evitar que la gente haga comentarios sobre quién es el más gordo, el más flaco, el bonito o el feo. Es imposible evitarlo, y eso no deja de generar algunas incomodidades”.’