Tras más de cinco décadas de exilio, la paz vuelve a volar sobre Colombia. Si bien su aterrizaje aún está en negociación, nunca antes se había estado tan cerca del fin de la histórica guerra protagonizada por las FARC y el Ejército Nacional.
El 2013 fue de esperanza, de diálogo. La historia lo recordará como el año en que se acordaron dos de los cinco puntos de la agenda para poner fin al conflicto bélico que ha provocado miles de muertos.
Analistas, representantes del presidente José Manuel Santos e integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) coinciden en que, a diferencia de los procesos de paz anteriores que han sido un fracaso, el actual –que dio inicio el 19 de noviembre del 2012– tiene las mejores posibilidades de alcanzar el éxito.
Proceso
La Habana ha sido el escenario de la mesa de negociación, un tenso estira y encoje, sobre todo porque mientras se desarrolla el diálogo, las matanzas continúan en las montañas colombianas. Al menos 61 militares y 75 guerrilleros murieron en combates a lo largo de este año, según cálculos de la agencia internacional de noticias AFP.
Con Cuba y Noruega como garantes del proceso, y Chile y Venezuela como acompañantes, las delegaciones de la guerrilla y del Gobierno colombiano consensuaron como primer punto, una reforma agraria y, como segundo, la participación política de los guerrilleros que dejen las armas.
Este último acuerdo incluye garantías para la oposición política, medidas para impulsar la participación ciudadana y contempla que, tras la firma del acuerdo final, se haga una revisión del sistema electoral.
“Lo que se acaba de lograr no tiene precedentes en materia de procesos de paz en Colombia. Es la primera vez que se avanza tanto y eso es un esfuerzo muy loable y un paso importantísimo”, manifestó Sandra Borda, experta en relaciones internacionales de la Universidad de los Andes, en Bogotá.
Por su parte, el analista costarricense Vladimir De la Cruz explicó que hay un contexto apropiado para que se concrete la paz en Colombia, pues, ya en Latinoamérica se han dado casos de grupos revolucionarios o sindicales que se han convertido en fuerzas electorales. Estas han logrado ser respetadas y han tenido éxito en las urnas, lo que representa una garantía para las FARC.
“La reconstitución democrática de los países latinoamericanos ha allanado el camino para que las fuerzas que planteaban salidas militares apuesten de nuevo a la democracia”, expresó.
Pendientes
Los tres temas pendientes en la agenda de negociación son: drogas ilícitas , la reparación a las víctimas y el abandono de las armas.
De la Cruz sostiene que el gran reto es asegurar la vida de quienes se reintegren a la actividad política y legal de la sociedad colombiana. Lo crucial es evitar que, en una u otra dirección, se cometan ajusticiamientos, es decir, que se cobren venganzas.