La Navidad en un orfanato de África llega en maletas desde Costa Rica

Los integrantes del proyecto Maletas con Propósito se alistan por tercer año consecutivo para cruzar el Atlántico con decenas de piezas de equipaje llenas de regalos donados por costarricenses. En Guinea Bisáu, 120 niños les esperan.

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Los niños de un orfanato ubicado en un lejano país en África saben que en el último mes del año ocurre algo extraordinario. Ellos no creen en Santa Claus, ni en la fantasía que vende la publicidad en época navideña. Lo único que saben, e importa, es que hay gente que viaja desde América para que ellos tengan una fiesta en Nochebuena.

La noche en la que llegan esas personas, los 120 niños (entre los 0 y 15 años) no les ven, pues a esa hora en su hogar no hay luz y todos deben de estar dormidos. Los pequeños ignoran que esos amigos llegan con unas 17 maletas repletas de regalos y dinero para comprar manzanas, gaseosas y carne para que los chicos tengan una fiesta especial, una en la que el menú es tan extraordinario que rara vez en el resto del año pueden probar algo similar.

Las personas que por una noche hacen más que felices a pequeños del orfanato Casa Emanuel (fundado por la costarricense Isabel Johanning), en el pequeño y subdesarrollado país de Guinea Bisáu, son cuatro costarricenses que aprovechan su viaje de ocio en fin de año para también ayudar.

Ellos son dos parejas de esposos jóvenes: Asly Anchía y Dorian Fernández y sus amigos Daiana Corrales y Luis Felipe Tellez. Los cuatro conforman Maletas con Propósito, iniciativa que existe con la finalidad de una vez al año llevar amor, solidaridad, dedicación, juguetes, confites y comida rica a estos niños que viven ahí porque sus padres fallecieron, porque no los pueden cuidar o hasta porque son considerados una maldición para la familia.

Amor a primera vista

Asly y Dorian visitaron por primera vez a los niños en diciembre del 2017. Fueron porque allá estaba Mónica Espinoza, una costarricense que llegó como misionera a colaborar con los niños, y quien hoy está en Costa Rica con dos niños que adoptó, sus hijos Maia y Luca Espinoza.

Para visitar el lugar, la pareja debía llegar con un proyecto e idearon hacer una fiesta de Navidad.

“Llegamos y nuestras vidas cambiaron para siempre. Vemos personas que, a pesar de tener tanta necesidad, son felices con tan poco. Los niños no solo valoran la fiesta, para ellos es importante que estemos ahí y compartamos, que los abracemos”, contó Asly, de 29 años.

Al regresar a Costa Rica luego de sus vacaciones y de su paso por el orfanato, Asly y su esposo Dorian sentían que tenían que volver a África, así que le comentaron a sus amigos Daiana y Luis Felipe y los invitaron a participar. Poco después compraron los tiquetes e invirtieron casi 10 meses en planear la fiesta y recaudar dinero para llevar regalos y ropa para cada niño.

Los cuatro se financian los boletos, pues resaltan que no son misioneros, sino personas que en medio de su viaje aprovechan unos días para visitar a los niños y celebrarlos.

En el 2018, además de la fiesta y los regalos, los costarricenses lograron, con la ayuda de donaciones, recolectar $12.000 que sirvieron para la actividad y además para comprar leche para un año, carne que rindió varios días después del festejo y hasta pañales para los bebés o pequeños que tienen alguna discapacidad.

Asly cuenta que tiene contacto con una joven brasileña que está ayudando en el orfanato y que a través de ella los niños le envían mensajes de WhatsApp diciendo que “ya quieren que lleguen sus amigos”.

“A uno esto (de ayudar) lo fortalece como ser humano. Mi esposo y yo quedamos con la cuenta en ceros porque acabamos de construir casa e invertimos nuestros ahorros. Aun no podíamos confirmarle a los niños que íbamos a ir (este año). De repente mi esposo recibió un bono y pudimos comprar los boletos. Fue un milagro. Este año vamos a volver y esperamos hacer más que el año pasado”, agregó Asly, especialista en marketing.

En la fiesta los pequeños reciben un regalo, un juego completo de ropa, una bota con dulces, comida y dos gaseosas. Las bebidas son uno de los presentes que más atesoran los chicos. La primera botella la consumen en pequeños sorbos y la otra la guardan en la bota para asegurar que podrán extender la experiencia.

Para acudir a la fiesta, los niños eligen su ropa favorita.

Esta experiencia cambió la vida y la perspectiva de Asly.

“Lo material no es lo más importante. Hay gente que no lo tiene y es feliz. Para mí poder ir y que sientan el amor a través de lo que hago le da un propósito a mi vida. Más allá de mi trabajo, de mi familia, de construir mi casa; lo importante es ayudarlos porque lo necesitan ahorita. Lo que le falta a la casa no es indispensable. En nuestra vida y matrimonio va primero ayudar a los demás y cumplir lo que Dios nos manda”, dice.

Entre los valores de Dorian, esposo de Asly, está el ayudar al prójimo. Antes de empezar con Maletas con Propósito, ellos apoyaron proyectos relacionados con adultos mayores y personas que estaban superando su adicción a las drogas.

Cuenta que desde que iniciaron la ayuda a los niños africanos, se enamoró de la causa. Aparte, desde que empezó con su esposa se habían planteado la idea de adoptar.

“Hacer esto va con mi propósito de vida. Nosotros vamos de viaje de ocio y uno de los objetivos es ir a ayudar a los niños. Eso sí, las finanzas son independientes: nada de lo que recaudamos es para nosotros”, agrega Dorian, quien trabaja como químico farmacéutico.

Este año, la visita al orfanato será de unos seis días. “Uno piensa que los chiquitos van a recibir un montón se cosas. Pero lo cierto es que uno es quien más recibe de ellos. Uno se siente pleno porque recibe un amor tan sincero a cambio de cosas que para uno son insignificantes y que para ellos inmensas. Estos niños nos hacen valorar la vida”, dijo Fernández, de 29 años.

En esta oportunidad, los amigos salen de viaje la segunda semana de diciembre, y por supuesto, llevan más maletas de lo normal. La última vez cargaron 17.

Gratitud

Cuando a Daiana Corrales le plantearon la idea de ir de vacaciones y destinar varios días del itinerario para hacerle una fiesta a niños huérfanos de Guinea Bisáu, pensó que ni ella ni su esposo Luis Felipe Tellez estaban preparados para ver esa realidad.

Aun así aceptaron ser parte de la experiencia y luego de vivirla quieren continuar con este proyecto “por el resto de sus vidas”.

“Asly y Dorian nos dijeron que visitar el lugar nos llenaría de gratitud. Le pusimos nombre al proyecto y le hicimos redes sociales. Queríamos que la gente viera que no hay que ser misionero para poder viajar y durante las vacaciones dedicar tiempo a la gente que lo necesita”, cuenta Daiana, relacionista pública.

Antes de llegar hasta Guinea Bisáu, los cuatro amigos pasearán por Europa, junto a todas las maletas que puedan llevar, pues su promesa es empacar en ellas todo lo que alcance.

En diciembre pasado viajaron con casi 20 valijas. Durante sus paseos las guardaban en las habitaciones y allí se acomodaban, pero, ¿cómo fue la odisea al pasarlas por los aeropuertos?

Daiana dice que no encuentran explicación, pues cuando les preguntaban por su llamativa carga ellos contaban acerca del proyecto y no tuvieron que pagar extras por el exceso de equipaje ni una vez, aun llevando sobrepeso. Luego de su visita, las maletas, muchas donadas, las dejan en el orfanato para que allí les den uso.

Este año van a dedicar seis días de sus vacaciones a los niños (del 20 al 26 de diciembre). Además de la fiesta de Navidad, ellos ofrecerán talleres a los chicos enfocados en temas de identidad y sexualidad.

“Es para que las chicas entiendan que nadie las va a amar o definir por lo que hagan con su cuerpo. Esto lo hacemos con enfoque bíblico”, contó Daiana.

Varias veces a los amigos les han cuestionado “por qué ir hasta África para ayudar”. Para ellos su propósito es muy claro.

“Allá no hay hospitales. Los niños mueren de diarrea o deshidratación. La esperanza de vida de los guinenses es de 40 años.

"Todos tenemos llamados diferentes. Hay quienes ayudan perritos, otros juntan basura en playa y hay quienes cuidamos a niños en un orfanato. El punto es que las personas ayuden a quienes lo necesiten”, aseguró semanas antes de emprender un viaje junto a Asly, Dorian y Luis Felipe; periplo al que irán cargados de cariño para más de 120 niños que cuentan los días para tener su fiesta de Navidad.

Recuadro:

Para ayudas:

Los miembros del proyecto solicitan colaboraciones a partir de $20, o bien, quien lo prefiera puede convertirse en padrino de un niño aportando $130, dinero que cubriría el pago de un año de leche. Si desea colaborar con la fiesta de los niños, puede visitar la página de Facebook Maletas con Propósito, llamar al 7139-8049 o escribir al correo: info@maletasconproposito.org