Juan Pablo II: a 15 años de la partida del Papa que marcó a Costa Rica

El 2 de abril se conmemoran 15 años desde el fallecimiento de Karol Wojtyla, el obispo de Roma que visitó nuestro país, el santo que obró un milagro para una tica.

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“Totus tuus”. “Soy todo tuyo”, así fue como Juan Pablo II aceptó su trabajo como Papa cuando fue presentado ante la multitud que abarrotaba Roma el día de su elección como Santo Padre de la iglesia católica. Una frase corta pero con gran significado, ya que con esas palabras consagró su labor y responsabilidad a la Virgen María, a quien le profesaba una profunda fe; pero también esas palabras se pueden entender, desde lo posible, como un ofrecimiento al pueblo católico que veía con esperanza una nueva etapa de la iglesia, de la fe, la religión y hasta de la sociedad. Al final Juan Pablo II se sintió así, como si fuera de todos, cercano. Fue el Papa amigo.

“Y he aquí que los eminentísimos cardenales han designado un nuevo Obispo de Roma. Lo han llamado de un país lejano, lejano pero muy cercano siempre por la comunión en la fe y tradición cristiana. He sentido miedo al recibir esta designación, pero lo he hecho con espíritu de obediencia a nuestro señor Jesucristo y con confianza plena en su madre María santísima (...) Y así me presento a todos vosotros para confesar nuestra fe común, nuestra esperanza y nuestra confianza en la Madre de Cristo y de la Iglesia; y también para comenzar de nuevo el camino de la historia y de la Iglesia, con la ayuda de Dios y con la ayuda de los hombres”, este fue el primer discurso y bendición de fieles de Wojtyla el lunes 16 de octubre de 1978.

Karol Wojtyla, un hombre común de Polonia, huérfano de padres, apasionado por las artes, estudiante de escuelas públicas en un país comunista, seminarista clandestino, amante de los deportes y tan guapo como un actor de cine; él fue quien durante casi 27 años fue el líder de los católicos, el heredero de la silla de Pedro.

En el 15.° aniversario del fallecimiento de Juan Pablo II, el mundo y la sociedad han cambiado radicalmente, pero muchas de sus enseñanzas siguen en pie. Incluso, la relación de Costa Rica con la historia del Sumo Pontífice que murió el 2 de abril del 2005 está íntimamente ligada ya que en nuestro país se dio uno de los milagros que llevaron a Juan Pablo II a ser canonizado como santo.

Su pontificado (el segundo más largo de la historia, solo detrás de Pio XI que duró cerca de 32 años), se destacó por una lucha intensa contra el comunismo, el marxismo, por sus viajes por todo el mundo, por visitar países con problemáticas sociales y la búsqueda del ecumenismo; así como también por su defensa de la vida, sus posiciones en contra del aborto y la anticoncepción artificial, los escándalos sexuales de obispos acusados por pederastia y hasta las oscuras finanzas del Vaticano.

“Personalmente creo que el legado de Juan Pablo II ha sido la apertura de la iglesia al mundo, obviamente habrá otras coyunturas que lo permitieron como el avance tecnológico de los medios de comunicación; pero por ejemplo las visitas a los países y el encuentro con los gobernantes fuera de Roma, o las audiencias papales en las que hablaba no solo en italiano sino en muchos idiomas, eso dio una importancia para que el Papa fuera realmente reconocido fuera de Roma”, explicó monseñor Daniel Blanco Méndez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San José, quien fungió como juez en el caso del milagro que se le atribuyó a Juan Pablo II en Costa Rica.

Un Papa, un hombre común

De acuerdo con una biografía suya publicada en el canal History, Karol Wojtyla vivió una vida dura. Cuando era niño un niño de ocho años su madre falleció, solo cuatro años después fue su hermano, quien estudiaba medicina y se contagió de fiebre escarlata, el que murió.

Así fue como creció solo al lado de su padre, un oficial del ejército polaco. En la adolescencia destacó por su amor por los deportes, era portero, practicaba esquí y montañismo y tenía un gran don de líder; también probó suerte en las artes y se convirtió en un gran actor de teatro. Sus amigos lo apodaban Lolec.

Fue el primer Papa que no desarrolló sus estudios religiosos en un centro especializado, él estudió en universidad pública y hasta trabajó tallando piedra en una cantera o hacía mandados en una farmacia, añadió la biografía de History.

“Se dio cuenta de que para hacer el mundo mejor necesitaba ser sacerdote. Estudió en un seminario clandestino”, aseguró el programa.

“Habíamos tenido muchos papas italianos con una formación de la Europa católica, eran seminaristas desde muy pequeños, muchos eran de una escuela más diplomática; sin embargo él tuvo que estudiar en medio de la situación del comunismo, hizo una secundaria normal como cualquier otro muchacho y en la universidad sintió el llamado al sacerdocio. Hizo un seminario clandestino que lo obligó a tener contacto con personas que no eran del ambiente de la iglesia y además antes de ser obispo en Cracovia trabajó en parroquias con diferentes grupos juveniles y fue profesor universitario en un país comunista”, narró Blanco.

De la mano de su mentor, el cardenal polaco Stefan Wyszynski, tenía la tarea de tratar con las autoridades comunistas. Eran una dupla fuerte ya que las autoridades los veían como al bueno y al malo; desde el punto de vista de los comunistas, Karol al ser un hombre más joven tenía una mente más abierta para negociar con ellos, afirma History.

Siempre guiado por Wyszynski, el camino de Karol lo fue llevando a Roma. Fue consagrado como obispo auxiliar de Cracovia en 1958 y en 1965 tras haber participado activamente en diferentes discusiones y encuentros como el Concilio Vaticano II; fue nombrado vicario capitular y luego arzobispo de Cracovia.

En 1978 tras la repentina muerte de Juan Pablo I, luego de solo 33 días de pontificado, se llevó a cabo un cónclave de dos días en el cual Wojtyla resultaría el nuevo sucesor de Pedro, a sus 58 años. Durante su tiempo como obispo de Roma, Juan Pablo II realizó 146 visitas pastorales en Italia, visitó 317 de las 332 parroquias de Roma e hizo 104 viajes apostólicos por el mundo, según se registra en la página oficial del Vaticano.

El Papa Juan Pablo II celebró 147 ceremonias de beatificación, en las cuales proclamó 1.338 beatos, y 51 de canonización, con un total de 482 santos, agrega el sitio.

Habemus Papam

Fue el primer Papa polaco, el primero que fue obrero y el primero que sufrió de un atentado en contra de su vida. El intento de asesinato fue cometido por Mehmet Ali Agca, quien le disparó cuatro veces al pontífice mientras este ingresaba a la plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano. Era el 13 de mayo de 1981.

En su labor se dedicó a intermediar también por situaciones políticas y sociales en países con problemáticas en estos ámbitos. De acuerdo con el medio español ABC, Juan Pablo II consiguió evitar una guerra entre Argentina y Chile y viajó a Sarajevo para intentar frentar los asesinatos en los Balcanes. Además, se opuso a las dos guerras del Golfo Pérsico.

"Se volcó en llevar a la práctica el Concilio Vaticano II, que fue siempre su faro. Instituyó el Domingo de la Divina Misericordia. Reformó la Curia vaticana, promulgó un catecismo de la iglesia católica y un nuevo Código de Derecho Canónico. El Papa filósofo escribió 14 encíclicas, entre las que destacan piedras miliares como Redemptor Hominis, Laborem Excercens, Evangelium Vitae o Fides et Ratio. Escribió la famosa Carta a las mujeres, lo mismo que la Carta a los enfermos y otros documentos excepcionales, explicó ABC, en un reportaje que tituló El legado de Juan Pablo II: El Papa de la familia y de los jóvenes, publicado en el 2016.

Por su amor a la familia y a los jóvenes, Juan Pablo II instauró dos grandes encuentros que al día de hoy siguen vigentes: el Encuentro Mundial de las Familias y su querida Jornada Mundial de la Juventud. También estrechó relaciones con representantes y profesantes de otras religiones; muchos lo admiran.

Sufrió un atentado contra su vida y perdonó al perpetrador. Juan Pablo II superó enfermedades durante su papado, padeció de un intenso Parkinson hasta su muerte.

Un milagro en Costa Rica

En 1983 la región centroamerica vivía tiempos convulsos y precisamente el Papa, con sus intenciones pacifistas, vino al país.

El Papa peregrino, como se le conoció, realizó su viaje apostólico a Centroamérica en marzo de ese año. Estuvo en Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras y Belice, pero también incluyó a Portugal y Haití en el recorrido.

“Siempre fue muy cercano a los lugares con algún tipo de dificultad como conflictos bélicos, políticos y económicos. Cuando vino, Centroamérica ardía en tiempos difíciles y aunque ciertamente Costa Rica no, el Papa decidió visitar la región. El Papa escogió Costa Rica como sede, se iba a los otros países pero regresaba a dormir aquí y a estar en la Nunciatura como su lugar de estadía. Para Centroamérica fue un momento especial porque con su visita se inició toda una situación de diálogo en medio de las guerras que a la postre culminaría con el plan de paz que se da en 1986 de la mano del presidente Óscar Arias; el Papa ayudó mucho en esto. Que el Papa decidiera estar en Costa Rica nos puso en los ojos del mundo como un oasis de paz”, afirmó monseñor Blanco.

Además, Blanco reconoce que con su visita a nuestro país se dio un renacer para el pueblo costarricense y que a partir de ese año surgió un número muy grande de jóvenes que quisieron ser sacerdotes.

Su agenda acá estuvo muy apretada. Según informó La Nación durante dicha cobertura, Juan Pablo visitó el Seminario Central en Paso Ancho, durmió en la Nunciatura Apostólica, se reunió con la colonia polaca, visitó el Hospital Nacional de Niños y celebró una misa multitudinaria en La Sabana. A dicho encuentro asistieron más de 300.000 costarricenses y esa misma noche celebró un encuentro con jóvenes en el antiguo Estadio Nacional.

“El país se paralizó ese jueves. Vecinos de zonas rurales llegaron en autobuses y trenes hasta la capital; los hoteles capitalinos se llenaron a reventar y decenas de locales comerciales cerraron para asistir a las actividades”, afirmó La Nación.

“Vengo a compartir con vosotros esta fraterna experiencia humana y eclesial, y a deciros una palabra que estoy seguro tendrá un fuerte eco en vuestro corazón generoso: Cristo, el eternamente joven, os necesita y os convoca en la Iglesia, verdadera juventud del mundo (...) Cristo os llama a comprometeros en favor del bien, de la destrucción del egoísmo y del pecado en todas sus formas. Quiere que construyáis una sociedad en la que se cultiven los valores morales que Dios desea ver en el corazón y en la vida del hombre. Cristo os invita a ser hijos fieles de Dios, operadores de bien, de justicia, de hermandad, de amor, de honestidad y concordia. Cristo os alienta a llevar siempre en vuestro espíritu y en vuestras acciones la esencia del Evangelio: el amor a Dios y el amor al hombre”, fue parte del mensaje que Juan Pablo II le dio a los jóvenes en su encuentro.

“Más de 4.000 policías velaban por la seguridad y 600 periodistas daban cuenta de la celebración. Para cualquier eventualidad, 11 ticos habían acudido a la sede central de la Cruz Roja, en San José, a donar sangre tipo A negativo, la misma del Papa”, recordó la periodista Ivannia Varela en un reportaje de la Revista Proa con el cual se rememoraba la visita del Papa.

“Costa Rica es importante para la historia de Juan Pablo II. Él recordaba muy bien los nombres de los obispos, cuando alguien le decía que era de aquí, él preguntaba por ellos por su nombre; de hecho en los últimos años de su pontificado solo quedaban en el mundo dos obispos que participaron en el Concilio Vaticano II: él y monseñor Román Arrieta”, recordó monseñor Blanco.

Agregó además que el Papa siempre quiso volver pero por diferentes situaciones no pudo hacerlo; sin embargo, Costa Rica siempre estuvo en su corazón, tanto así que el milagro que permitió la canonización se dio en nuestro país. “Fue con la vida de una costarricense, ese es el signo claro de que Costa Rica estaba en el corazón de Juan Pablo II”, dijo Blanco.

Juan Pablo II fue canonizado el 5 de julio del 2013, junto a Juan XXIII, por el papa Francisco. El milagro que se le atribuye a Juan Pablo II lo recibió la costarricense Floribeth Mora, vecina de Dulce Nombre de Tres Ríos; la mujer asegura que ella oró para que el Papa intercediera por su salud.

Mora afirma que había sido sanada de un aneurisma cerebral luego de que durante una procesión le oró al Santo Padre. El caso llevó todo el proceso de investigación propio por parte de las autoridades católicas en nuestro país y luego llegó a manos del Vaticano.

Durante varios años investigadores de Roma visitaron Costa Rica, hubo investigaciones científicas y reuniones con altas autoridades del Vaticano lideradas por el papa Francisco. El cierre del caso resultó en la canonización de Juan Pablo II.

“Para mí siempre fue un santo. Me podrán decir que estoy loca, pero yo estaba en una cama, los médicos habían dicho que iba morir, oré con fe y Juan Pablo II intercedió por mí y me curó”, afirmó Floribeth Mora en entrevista con La Nación en 2014.

Sus pecados

El pontificado de Wojtyla no estuvo excento de problemas y pecados. Se le señaló por ser extremadamente conservador, por esconder acusaciones de pederastia en contra de obispos, por el oscuro manejo de las finanzas en el Vaticano, por oponerse al control de la natalidad y el aborto y hasta por su rechazo a las personas homosexuales.

“Para sus críticos, el Papa Juan Pablo II se negó a seguir el ritmo de las demandas de su rebaño o cualquiera de los cambios en el mundo moderno”, escribió la cadena CBS en un reportaje publicado a un día de la muerte del papa.

De acuerdo con CBS el conservadurismo del papa fue visto como el resultado de su formación en la Iglesia Católica polaca, movimiento que se mantuvo aislado de las tendencias liberalizadoras de Occidente durante su gobierno comunista.

“El Vaticano fue criticado con frecuencia por su oposición al uso de condones en la lucha contra el Sida, una posición derivada de su condena al control de la natalidad artificial. Mientras ofrecían la ayuda y la solidaridad de la iglesia a las víctimas del Sida, Juan Pablo y los cardenales del Vaticano aconsejaron que la abstinencia era la mejor manera de prevenir la propagación del virus”, reseñó CBS.

Otro de los puntos más altos de las acusaciones en contra de Juan Pablo fue su amistad íntima y defensa constante del sacerdote mexicano Marcial Maciel, a quien se le acusó directamente por el abuso de niños y por ser padre de varios hijos con mujeres durante su sacerdocio.

“Marcial Maciel, amigo de varios papas y el mayor depredador sexual en la historia reciente de la Iglesia. Presentado durante años por Juan Pablo II como apóstol de la juventud y mimado por incontables obispos y cardenales, muchos de ellos españoles”, así lo describió el diario español El País en un artículo publicado en el año 2019 en el cual asegura que el Vaticano escondió por años la pederastia de Maciel, fundador de la organización Legionarios de Cristo.

Este es uno de los ejemplos de los señalamientos a la iglesia por voltear la vista a diversas acusaciones de abuso infantil por parte de sacerdotes y obispos.

Tras la muerte de Juan Pablo II, su sucesor Benedicto XVI empezó poner en orden los libros contables de el Vaticano, pero luego de dimitir a su puesto; el que se ha encargado tratar de esclarecer muchos temas es el argentino jesuita Jorge Mario Bergoglio, primer papa latinoamericano que llegó con nuevas ideas a la silla de Pedro en el 2013.

Francisco, el papa latino, también ha mostrado posiciones muy opuestas a Juan Pablo, a quien ha dicho admirar profundamente, pero difiere de muchas de sus posiciones. En el tema de la pederastia en la iglesia Francisco ha sido tajante, tanto así que a finales del 2019 eliminó el Secreto Pontificio en las causas de abuso sexual de menores; esto pone en la obligación a las autoridades eclesiásticas de entregarle a la justicia de cada país los documentos que requieran para investigar.

Además, Francisco prohibió imponer cualquier vínculo de silencio a las víctimas, los denunciantes o testigos, según informó el medio ABC de España.

En otros temas, el papa Francisco se ha acercado también a la comunidad gay. En muchas ocasiones ha afirmado su respeto a la comunidad e incluso aseguró que "quien rechaza a los homosexuales no tiene un corazón humano”.

En lo que Francisco no ha cedido, como lo hizo Juan Pablo II es en el tema del aborto. El argentino se mantiene firme en la defensa de que el ser humano no debe decidir la vida de otro.