De Guararí, Los Cuadros y territorio ngöbe al Mundial Femenino en Francia: estas son sus historias

Yiyalin Rodríguez, la joven indígena que se hizo viral en Facebook cuando se anunció que asistirá al mundial a participar en un encuentro con otras chicas de todos los continentes, no irá sola a Francia: otras cinco ticas compartirán la experiencia.

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Todo se detiene cuando llega el momento de entrenar. Su largo cabello se recoge con una cola, sus sandalias se cambian por tacos y su vestido largo y colorido es sustituido por una camisa y pantaloneta. Los grandes llanos de La Casona, comunidad perteneciente al territorio indígena Ngöbe Buglé, en el cantón de Coto Brus, se vuelven pequeños para la energía y entusiasmo de una joven futbolista. Lo único que necesita es pasión y un balón, con ello, Yiyalin no requiere de mucho más.

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Cuando Yiyalin Rodríguez, una joven indígena perteneciente al territorio Ngöbe Buglé, viaja más de 300 kilómetros hasta San José, los sitios en los que se siente más cómoda son los parques. En ellos encuentra un poco de la naturaleza con la que ha crecido y que adora.

En junio viajará a Lyon, Francia; esta vez estará más de 9.100 kilómetros lejos de casa. Yiyalin fue invitada a participar en un encuentro de mujeres líderes (o lideresas, como prefieren llamarse ellas) quienes participarán en un documental que se transmitirá durante la inauguración del Mundial Femenino: ella y otras mujeres provenientes de todos los continentes hablarán de los retos que han enfrentado al jugar fútbol, deporte que aún muchos consideran “solo para hombres”.

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Yiyalin está ilusionada con viajar en avión por primera vez, por conocer Francia y sus rincones más emblemáticos; sin embargo, su afán no es llegar y tomar fotos de ella posando en cada rincón para publicar en redes sociales, como se acostumbra en la actualidad. Eso sí, reconoce lo lindo de la experiencia, pero para ella lo esencial es poder ofrecer su mensaje de cómo las mujeres pueden empoderarse mediante el deporte, y además, participar en el partido más largo de fútbol 3, auspiciado por FIFA, que se realizará en el marco del Mundial Femenino que inicia el 7 de junio. El fútbol 3 es una modalidad de tres tiempos: en el primero las chicas se sientan a definir cómo quieren jugar y qué valores quieren llevar a la cancha. En el segundo tiempo se juega el partido, en el tercero tiempo se evalúa cómo estuvo el juego y si se cumplieron con las reglas que se habían propuesto. Es un fútbol de juego limpio.

Yiyalin es parte de Liga Fem y de la Copa Indígena, proyectos sociales para muchachas impulsados por Seprojoven, una organización no gubernamental (ONG) costarricense enfocada en promover los derechos de las mujeres y empoderar a las niñas y jóvenes a través del fútbol 3, el balompié tradicional y la recreación. Gracias a su destacada labor en su comunidad, Yiyalin fue elegida para representar a Costa Rica en uno de los festivales que se realizarán durante los días de la fiesta deportiva en Francia.

Según Alonso Chaves, trabajador social de Seprojoven, las actividades son organizadas por Equal Playing Field y convocaron a 3.500 mujeres de todo el mundo.

De Seprojoven extendieron la invitación a Yiyalin y a otras dos chicas de su mismo territorio, una no podía y otra rechazó la oferta.

“Quiero ir a aprovechar esta oportunidad y abrirme camino. Estoy agradecida. Soy una persona tímida para hablar, pero dije que yo me atrevía a ir a Francia. Cuando me dijeron que sí iba, me sorprendí. Esto jamás me pasó por la cabeza. Ahora estoy jugando y estoy convencida de que esto es lo que quiero”.

Evidentemente, la representación de Yiyalin en las actividades que se realizarán en paralelo con el Mundial Femenino, asombran porque no es cómún ver a una mujer joven e indígena jugando fútbol y sobresaliendo. Ella no niega que en su comunidad existen necesidades y que las oportunidades no llegan con tanta frecuencia, sin embargo, cree que la diferencia está en trabajar con determinación por lo que se quiere.

“La verdad si uno se lo propone, uno lo puede lograr. Con esfuerzo se abren caminos. Por ser de allá es un poco difícil, pero también hay que buscar maneras para salir adelante”, asevera con un tono más firme.

El deporte la ha fortalecido, la ha nutrido de ganas de golear a las limitaciones y de querer ayudar a otras muchachas de su comunidad.

“Me emociona mucho jugar fútbol porque a nivel mundial es el deporte más visto. Es algo muy bonito hacerlo. Es bonito vivirlo y transmitir ese liderazgo a otras mujeres para que vayan viendo que todo se puede. El deporte ayuda bastante. Nos da un cambio de ideas. Como ejemplo yo veo que esto nos saca de muchas cosas, de algún problema, si uno se enfoca en el fútbol más quiere uno meterse en el deporte. Veo en mi comunidad que muchas mujeres se pierden, o quedan embarazadas a temprana edad. Esa problemática se ve mucho. Es bueno que las mujeres que entran a jugar fútbol se enfoquen en eso, eso les va a ayudar a pensar y a no caer en vicios que a veces hay”, agrega.

Su cabello es negro y abundante. Sus ojos delineados por negras pestañas no necesitan maquillaje. Su voz es sigilosa y de su boca salen solo las líneas que considera necesarias. Tiene 22 años y ella cose la mayoría de sus vestidos típicos. Es una chica sencilla que ha aprendido a encontrar la felicidad en los valores inculcados por sus padres, dos indígenas panameños que emigraron hace muchísimos años a Costa Rica. Como toda joven, hace uso de la tecnología. Su celular lo compró gracias a que a veces le encargan que confecciones prendas, principalmente vestidos, o en su comunidad la contratan como niñera. Cuando no entrena ni realiza trabajos esporádicos, ayuda en su casa en temas de agricultura; cuenta que además de lo que compran en pulperías, en su comunidad se alimentan de lo que cada familia cosecha, ella desde niña aprendió a sembrar arroz, frijoles y yuca.

Las redes sociales le son familiares: usa Facebook y WhatsApp, pero jamás se había sentido tan abrumada por la cantidad de interacciones, como las de hace algunos días, cuando publicaron una foto suya en la que aparecía vistiendo su ropa tradicional, sosteniendo un balón y contando que iría a representar a Costa Rica en la Copa del Mundo Femenina. Las reacciones de los usuarios fueron tan multitudinarias que le provocaron varios sentimientos.

“Nunca había visto eso. Me daba como vergüenza. No estoy acostumbrada a esas cosas. Me daba risa de mí misma; luego vi comentarios positivos de otras mujeres que estaban alegres de que yo fuera a participar al mundial. Uno se motiva porque es algo bueno”, dice con timidez.

Empoderamiento a través del deporte

Con lamento y hasta un asomo de enojo, Yiyalin cuenta que en su comarca hay “hombres que no dejan a sus parejas o hijas jugar fútbol”, es por ello que ella ve la práctica del deporte como una posibilidad para que más chicas se empoderen y se vaya mitigando la brecha de género.

“Allá en la comunidad se ha visto que los hombres no permiten que las mujeres jueguen. No les dan ese derecho. A veces también los padres a las hijas. No les dan permiso para ir a jugar bola. Estando en la cancha no nos ven capaces, piensan que no lo podemos hacer tan bien como ellos. Yo no pedí permiso, solo lo empecé a hacer. A mi mamá le di confianza de que lo que estaba haciendo estaba bien. La confianza a los padres es lo primero para poder lograr lo que queremos”, cuenta Yiyalin, quien es la penúltima de nueve hermanos.

El fútbol le mostró su profesión ideal. Pequeña soñaba con ser enfermera, pero tras practicar el deporte desde hace casi nueve años se convenció de que debía formarse en educación física, carrera que aún no sabe dónde estudiar, pues las universidades más cercanas a su comunidad no la imparten. Antes estuvo en la Universidad de Costa Rica, pero se salió porque lo que cursaba no era lo que ella quería.

Jóvenes ejemplares

En junio Yiyalin Rodríguez viajará hasta Francia con un grupo de jóvenes costarricenses provenientes de Guararí de Heredia y Los Cuadros de Guadalupe, quienes son parte de Liga Fem y participarán en un festival de fútbol 3. Ellas son Ginger Sánchez Blandón, Nicole Corea Leiton, Fiorella Olivera Rivas, Fiorella Mena Bravo y Eimy Bolaños Sánchez. Además, las acompañará la entrenadora y facilitadora de Seprojoven, Eugenia Núñez, joven que encontró en el deporte las herramientas para ser lideresa y llevar mensajes de empoderamiento a sus vecinas de Lomas del Río, Pavas, un barrio considerado vulnerable.

Fiorella Mena, Eimy Bolaños y Eugenia Núñez contaron un poco de cómo llegaron a empoderarse a través del deporte y a convertirse en lideresas y futbolistas, practicas que les permitirá viajar a Francia.

Durante su estancia, todas las chicas participarán en diferentes eventos propios del Mundial y asistirán a algunos de los partidos, dice Roy Arias, director de Seprojoven.

Hace ocho años la entrenadora Jimena Rojas le dijo a Eugenia Núñez que “creía en ella” y en su futuro en el fútbol. Esas palabras fueron tan poderosas que aquella muchacha, quien en ese momento tenía 14, se las grabó y actualmente es futbolista, entrenadora y facilitadora de Seprojoven.

Eugenia trabaja con Liga Fem en las comunidades de Guararía de Heredia, Los Cuadros de Guadalupe, y en territorios indígenas. La mayoría de niñas y adolescentes que pertenecen a este programa son de Guararí y se dividen en dos grupos: de 8 a 12 años, y de 12 a 22, ellas se reúnen varias veces por semana. Con las chicas indígenas entrenan los sábados, pero más enfocadas en la Copa indígena, un torneo que se realizará en abril.

“Llevando el fútbol a la comunidades queremos promover la igualdad de derechos. Nos dimos cuenta de que en los barrios en los que trabajamos el fútbol es atractivo, también tenemos espacio de recreación para las niñas y adolescentes.

Involucrarse en el deporte ayuda a la prevención. Soy testigo fiel de que cuando venís de un barrio vulnerable, las oportunidades que tenés no son totalmente iguales a las que los demás pueden tener. Pero si sos una chica empoderada, tenés un liderazgo fuerte, vos podés marcar la diferencia en tu comunidad y proyectás mejor tu vida, sabés a dónde querés llegar. Y si te apoyan, ese rumbo no lo vas a perder nunca”, cuenta Eugenia, vecina de Lomas del Río, Pavas.

Eugenia irá a Francia acompañando a Yiyalin Rodríguez. Antes estuvo en Alemania haciendo un voluntariado gracias a su trabajo con Seprojoven. Actualmente está estudiando educación física.

“Vivo con mis padres y tengo un hermano. Tengo una familia de bien, pero con solo venir de Lomas del Río, ya eso te hace un desequilibrio total. Gracias a mis padres soy la persona que soy. Y un día encontré a Jimena Rojas, entrenadora de Seprojoven y me dijo que creía en mí, que yo iba a llegar lejos, ese fue el impulso para proyectar hacia dónde quiero ir. Siempre me ha gustado llevar proyectos sociales a distintas comunidades. De ahí nació la ilusión de estudiar educación física, porque me pongo a pensar qué es lo que puedo hacer para empoderar a las chicas”, afirma.

Líder en el colegio. Fiorella Mena, de 17 años, es vecina de San Francisco de Heredia. Ella descubrió su afinidad con el fútbol hace más dos años cuando en una clase de educación física la pusieron a jugar junto a sus compañeros. Cuando terminó el proyecto su interés por continuar la hizo buscar un equipo y encontró Liga Fem de Seprojoven.

Fiorella no proviene de un barrio de alto riesgo, sin embargo, le dieron la oportunidad de incorporarse al equipo y gracias a ello, hoy es líder en su colegio técnico, en el que cursa undécimo año.

“Me siento muy emocionada porque el liderazgo que desarrollé voy a implementarlo en el festival de Francia. Este año ha sido un proceso de aprendizaje. Si hace dos años me hubieran dicho que yo sería una líder, no lo hubiera creído porque yo era supertímida”, dice.

Fiorella cuenta que el fútbol 3 la ayuda a desarrollarse de la mano con sus valores. Cree que el deporte es una “herramienta asertiva” para “empoderar mujeres”. “Esta es una gran manera. Nos permite entender que tenemos un espacio en el deporte y que hay que luchar por él. Siempre le cuento a mis compañeras sobre Liga Fem, ya dos compañeras se metieron al equipo”.

La joven deportista asegura estar “preparada, emocionada y feliz” para vivir esta gran experiencia que se desarrollará en el marco del Mundial Femenino.

“Un alto a la discriminación”. Eimy Bolaños está realizando los procesos de admisión porque quiere entrar a la universidad a estudiar Ingeniería electromecánica. En repetidas ocasiones le han dicho que “esa carrera es un ámbito difícil para las mujeres, pues hay muchos estereotipos”.

Esto no le preocupa. A través del fútbol ella y varias compañeras han comprendido sus firmes vocaciones.

“En la cancha chicas pequeñas y grandes nos cuentan que en la escuela, colegio, espacios o grupos de amigos les dicen que el fútbol no es para ellas, que no es permitido, que son marimachas. Ellas han tenido el valor de expresarlo y demostrar que sí pueden y que sí les pertenece”, afirma Eimy, quien desde hace seis años es parte de Liga Fem, equipo que le ha permitido crecer pensando en su bienestar y en el de las demás. Ella es otra de las costarricenses que viajarán a Francia a participar en dos festivales: en su caso irá al de fútbol 3 y también a uno que reunirá a muchachas líderes.

Eimy es vecina de Guararí de Heredia, llegó hace algunos años proveniente de Sarapiquí, pues su madre debía trabajar para mantenerla a ella y a sus cuatro hermanos, y en esa zona una tía abuela podría cuidar de los niños.

“Cuando llegamos fue complicado. Mientras mi mamá trabajaba, nosotros estudiábamos, pasamos de un lugar rural a uno como Guararí y todo se complicó, si no hubiera sido por el apoyo de mi familia o por entrar a hacer deporte, probablemente andaría en otras cosas. Afortunadamente ahorita Guararí es menos vulnerable, antes había desempleo e inseguridad”.

En el fútbol empezó porque un tío las motivó a ella y a su hermana gemela a recrearse. Durante su proceso como futbolista se ha llenado de ganas de “hacer cosas por su comunidad y por otras mujeres”.

“Quiero que otras chicas reciban lo que yo he recibido. Actualmente estoy en un foro de comunidades de los barrios que integran Guararí, siento que el liderazgo que he obtenido mediante el fútbol lo estoy poniendo en práctica en estos espacios. Compartir lo que he vivido gracias al deporte es una forma de empoderarme y empoderar a otras mujeres. A partir de esto pude perder la timidez”.

Gracias al fútbol 3, Eimy ha visto cómo mujeres han logrado dejar vicios y superar problemas familiares.

"En mi caso, me pasa que cuando juego fútbol soy otra persona, me siento libre, siento que soy quien realmente quien quiero ser. El fútbol ha ayudado a chicas a ser quienes quieren ser. Liberarse, tener su espacio, ser ellas”.