Con 34 años, hace pocos meses tuvo un hijo con Laura Chinchilla Alvarado, su esposa. Hablamos con el diputado más joven de la actual Asamblea Legislativa.
Dichosamente no, porque, a pesar de ser un solo diputado, me siento acompañado por mucha gente que respalda nuestras luchas.
Tengo más energía y creo que solo eso. Por lo demás, tengo que hacer el doble de trabajo y fundamentar el doble de bien mis argumentos para que algunos me tomen en serio.
En general, lo manejo bien porque tengo claro que dentro de poquito voy a salir de aquí; voy a volver a la llanura, a ser un soldado raso. A veces me cuesta manejar eso de estar en el supermercado y que la gente me reconzoca y no tener la privacidad que da anonimato.
No tener el tiempo suficiente para compartir con mi hijo lo que me gustaría estar con él.
(Se ríe) No. Yo creo que debemos aplicar las buenas costumbres de otros lados, pero también adaptarnos a la realidad. Creo que, en este país, hay casos en los que la corbata no solo es anacrónica sino inhumana.
La hipocresía de algunos diptuados es lo peor que hay.
Bueno, no conozco a las hijas, ¿cómo saberlo? Creo que, no sé si como suegro, pero simpatizo más con el perfil del primer vicepresidente. Prefiero al científico que al banquero.
Los jóvenes, y los estudiantes sobre todo, somos, todavía me incluyo, el presente de Costa Rica. Somos más del 40% de los votantes y los que vamos a pagar los platos rotos de los errores que se están cometiendo con este país.
Es difícil. Las condiciones no están dadas, hay mucha discriminación. La clave es que los jóvenes aprendamos que, si no participamos en política, les va a quedar un país hecho leña. Es igual que ser ambientalista ahora: es un asunto de supervivencia. O los jóvenes participamos en política o nos lleva la trampa.
Sí, me quita tiempo. A veces son más de 100 mensajes al día. Con lo que no lo logro es con el Twitter,porque, como es en tiempo real, no logro darle seguimiento.
Sin duda. En Costa Rica, la izquierda social, o gente que quiere un cambio desde la izquierda, es mucho más fuerte que la izquierda política.
Lo que he tratado de hacer es llenar los mejores zapatos de Jose María Villalta. Porque Merino es un excelente diputado, uno de los mejores que ha habido. Aprendo mucho de sus enseñanzas, pero no trato de imitar a nadie.
Yo tampoco sé cómo hago. Esto de ser diputado de un partido que solo tiene un legislador a nivel nacional es mucho más complicado. Yo veo compañeros que solo atienden tres cantones, mientras yo debo atender a todo el país.
No. Nada más respiro profundo, cuento hasta 10 y trato de relajarme.