Neymar se sacudió las críticas como mejor lo sabe hacer: con el balón pegado a sus pies y con dos goles que terminaron siendo vitales para que Brasil ganara el grupo A.
Contrario a lo que le sucede a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, a Neymar le sienta mejor la camiseta de su selección que la de su club, eso está clarísimo.
Sus mejores momentos han sido con la verdeamarela, y uno de sus mejores partidos fue el de ayer ante Camerún.
El “10” brasileño se echó al hombro a Brasil contra los africanos y le marcó el camino a seguir, con dos goles y sendas jugadas de peligro y, por supuesto, de fantasía también.
Claro está que el rival de turno no asustaba, por el contrario, desde la previa era una presa fácil para el anfitrión del Mundial.
Pero saber si el partidazo de Neymar ayer se debió a las facilidades que dio el rival o si realmente el crack despertó, será algo que se devele conforme avance el Mundial.
Ya lo dirá Chile, su rival de octavos, si logra neutralizar la motivación y capacidad de Neymar, o si el astro del Barcelona ratifica que quiere ser protagonista.
El delantero brasileño debutó en este Mundial también con dos goles, pero en un partido marcado por la polémica arbitral, esa que lo perdonó tras un codazo artero contra un croata y anotando un penal que nunca existió.
Contra México no anotó, tampoco lució y por ende el mar de críticas en sus espaldas.
Pero ayer esa presión se transformó en gambetas, pases magistrales y goles que lo devolvieron al podio de figura del Mundial y de donde no se querrá bajar.