Los grandes estrellas del Mundial fueron el gol y el juego ofensivo que ensayaron la mayoría de las 32 selecciones que asistieron a Brasil.
El anfitrión fue “el hogar espiritual del fútbol” y a partir de ahí los equipos impulsaron una solvente filosofía ganadora, que les permitió anotar en la portería adversaria.
En el último documento de la Copa, que se editó la semana pasada en Zúrich, Suiza, titulado Informe Técnico y Estadísticas de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 , se certificó que la fiesta deportiva se caracterizó por un estilo de fútbol ofensivo de “alta calidad”.
Fue redactado por 13 expertos del Grupo Estudio Técnico del organismo, quienes recalcaron que la tendencia fue jugar al ataque y hacer todo lo posible por ganar y no saltar al campo simplemente a “no perder”. Adelantar las líneas para lograr anotar tuvo más peso que jugar para defender la portería.
Todo ello condujo a que el Mundial fuera un torneo pródigo en goles, 171 en total que, según la FIFA, equivale a “un impresionante” promedio de 2,67 goles por juego. Lo anterior igualó el récord establecido durante la Copa de Francia 1998.
El hecho de que cuando aún quedaban 12 juegos por disputar ya se hubieran marcado el mismo número de goles de Sudáfrica 2010 (145), “refleja claramente el éxito rotundo del torneo”, afirmó el francés Jérome Valcke, secretario de la FIFA.
Goleadores de raza. El impacto de las figuras en el ataque fue característico en Brasil, pues en opinión de la FIFA un seleccionado fue triunfador por la calidad de los delanteros y su protagonismo en el juego.
Citó al brasileño Neymar, el argentino Lionel Messi, al colombiano James Rodríguez (goleador del 2014, con seis dianas), a los alemanes Thomas Müller y Miroslav Klose (el rey de las Copas, con 16), el holandés Robin Van Persie, el chileno Alexis Sánchez, al galo Karim Benzemá y al nigeriano Ahmed Musa.
Los atacantes anotaron el 55% de los tantos, cifra y porcentaje que no se logró alcanzar en los últimos Mundiales. A la vez, quedó en evidencia lo esencial de la condición física en los seleccionados, por cuanto la mayoría de los 64 juegos se decidió en los últimos 30 minutos.
Se anotaron 106 goles de 171 en los últimos 15 o 30 minutos de los partidos; 82 cayeron en los últimos 30 minutos (33 del minuto 61 al 75, y 41 entre el 76 y el 90) y en los tiempos extras (ocho), cuando ya el estado físico comenzaba a mermar en muchas selecciones.
El reporte de la FIFA –disponible en fifa.com– reseñó que fue “exitosa” la utilización de la tecnología del gol y el uso del aerosol evanescente. En este último punto, los expertos dijeron que “ayudó a evitar posibles discusiones, interrupciones o incorrecciones”, en la ejecución de las faltas de tiro libre.