Sobrevalorar el 2-2 ante Suiza puede apartarnos del verdadero objetivo que debe ocuparnos en este momento: establecer las causas de un fracaso que podría repetirse si no actuamos.
Suena a ironía pero el empate sirve de escarnio al técnico pues le demuestra que, con menos miedos y mayor convicción, pudo enfilar al equipo a segunda ronda sin problemas.
El juego clave era Serbia y con un planteo como el del miércoles, sin tantas precauciones defensivas, mayor posesión de pelota y hombres en el estado ideal, se pudo dar…
Pero don Óscar se entregó a su método de jugar a no perder, nos hicieron un gol a pelota parada y carecimos de la respuesta anímica y futbolística para torcer el destino del encuentro decisivo.
En Rusia pasó lo que se temía: con excepción de Keylor el resto llegó en un lamentable estado, ya fueran legionarios o figuras avaladas por el entrenador, como Venegas y Bolaños.
Y fue tan patética la producción en los dos primeros partidos que al encuentro de despedida llegamos con dos remates a marco, sin anotaciones y la interrogante de si podríamos inflar la red.
Esto fue un fracaso, sin ambages, porque pasamos de hito del último Mundial a anécdota en este, al grado de que mal influenciados por Panamá, muchos se daban por satisfechos si anotábamos un gol.
¿Acaso olvidamos tan rápido que debutamos en Italia 90 con dos victorias de repercusión planetaria ante Escocia y Suecia, y que en Brasil 2014 llegamos a cuartos de final invictos?
El problema fue de elección y la culpa le cabe a la dirigencia: no escoger un técnico de cartel que se apoyara en la base, la apuntalara con futbolistas del medio local e intentara citarse con la historia sin miedos.
Ramírez le apostó a futbolistas que no estaban para disputar un Mundial, por nivel, momento y condiciones, y deberá cargar con eso así como con la responsabilidad de no prever respuestas para corregirlo.
A la dirigencia también le corresponde su cuota. Ahora quizá no se preocupe porque, en teoría, tiene las arcas llenas, pero la gente no come vidrio y facturará este revés si no vienen respuestas a la altura del desafío
Y hablamos de aprender la lección estratégica de quién debe dirigir a la Sele, cuáles deben ser sus atestados, su método y cómo trazará el camino de aquí a Catar 2022.
También es un momento oportuno para que todos los futbolistas que no fueron tomados en cuenta demuestren que se merecen un lugar en el equipo de todos porque, si algo demostró Rusia es que viene una renovación.