Opinión: Nuestro triste, deslucido y mediocre fútbol

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La Selección Nacional nos está dando a comer derrotas en palanganas, en barricas, en cantaradas. Dieta futbolística básica del tico: derrota. Este año hemos jugado 11 partidos. Hemos perdido todo, salvo por dos triunfos (Escocia e Irlanda del Norte) y un empate (Suiza). Rendimiento: 21%. Hemos caído en 8 encuentros, contra equipos asiáticos, africanos, americanos y europeos. La peor selección desde el año 2006, con 9 goles anotados, 20 encajados. Un desastre. Una vergüenza. Hemos exhibido nuestra mediocridad en cuatro continentes: gracias, don Óscar Ramírez y don Ronald González.

El último partido contra México nos retrata de cuerpo entero. Al tico le da miedo el triunfo, le asusta faltarle el respeto a México. Nos las arreglamos para —invirtiendo la frase tradicional— arrancar una derrota de las fauces de la victoria, y dejamos que un 2-1 a nuestro favor se transformase en un 3-2 en contra, con el travesaño y Navas preservándonos de un marcador más abultado. En la gira a Asia no fuimos capaces de anotar un solo gol. En el mundial de Rusia no perdimos los tres partidos únicamente gracias a una chiripa de penal mal ejecutado por Ruiz, que terminó empujando dentro del marco el propio portero suizo. Merced a esta carambola terminamos en el lugar 29 de 32 posiciones posibles: nuestro segundo peor mundial después de 2006, donde quedamos de penúltimos (gracias a Serbia Montenegro, que se dejó golear 6-0 por Argentina, y nos preservó del sótano absoluto de la competencia).

Matosas debe contemplar este panorama de devastación con alivio: casi cualquier cosa que haga será percibida como una mejoría. Caer más bajo es prácticamente imposible. Hemos perdido a ojos del mundo cualquiera que fuera el grado de prestigio que conquistamos en Brasil 2014. ¿Será que a un paisecito como el nuestro le basta con un buen mundial por siglo? Sí, tal parece ser el caso. El campeonato mundial de fútbol se juega desde hace ochenta y ocho años: en ese lapso Costa Rica ha sido capaz de llevar a la justa una buena selección. Así las cosas, nuestro próximo éxito relativo en mundiales acontecería en el año 2 098. Yo me preparo para verlo. Lo que es más: ya estoy sentado en mi sofá favorito, listo para disfrutar de tal efeméride.