Opinión: La injusta crítica hacia Vladimir Quesada

Contrario a los comentarios que aseguran que la llegada de Quesada a la ‘Sele’ Sub-20 se debe únicamente a la presencia de Watson, me parece que el entrenador posee una serie de características que, al unirlas, lo hacen cumplir el perfil idóneo.

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Pocas elecciones me parecen tan ‘justas’ como la de Vladimir Quesada, nuevo técnico de la Sele juvenil. La meritocracia que arroja este nombramiento supera, por mucho, la de otros técnicos como Gustavo Matosas en la Mayor, o la de Douglas Sequeira en la Olímpica.

La palabra ‘justo’ siempre remite algo de subjetividad, más aún en el fútbol, en donde muchas veces se juzga (para bien y para mal) a un entrenador por su pasado como futbolista, por su discurso o su club de procedencia, en lugar de evaluar los atestados que lo llevaron a ocupar el cargo.

Contrario a los comentarios poco analíticos que aseguran que la llegada de Quesada a la Fedefútbol se debe únicamente a la presencia de Carlos Watson, el entrenador posee una serie de características que, al unirlas, lo hacen cumplir un perfil muy llamativo.

Por ejemplo, Quesada no solo tiene la licencia A para dirigir, sino que se graduó de la carrera de educación física en la Universidad Nacional, lo que le permite complementar lo táctico con lo físico, punto esencial en el desarrollo formativo de los jóvenes.

Desde que se retiró de las canchas trabaja en divisiones inferiores. No es lo mismo dirigir un equipo de Primera que ser un formador de talentos. La paciencia para corregir, manejar el carácter de jóvenes que, en la mayoría de casos, son inestables en lo emocional, y la capacidad para seleccionar los mejores prospectos no se adquiere de la noche a la mañana.

Tampoco es un detalle menor que comprenda y entienda la dinámica de Selección, luego de disputar eliminatorias mundialistas como futbolista, además de una cita mayor.

Es importante agregar la credibilidad que brindan los éxitos recientes, pues como asistente de Carlos Watson fue dos veces campeón con Saprissa y también pudo levantar la Copa como estratega del club morado, en el torneo de Clausura 2018.

Tiene casi 20 años de experiencia en el banquillo, principalmente en el área formativa, así como seis títulos de campeón nacional y cinco internacionales como jugador (todos en Saprissa), dos títulos como asistente y uno como técnico del primer equipo morado.

¿Todavía hay dudas de que está capacitado para asumir una Sub-20?

Digo, quizás era más sencillo dudar de Matosas, que asumió la Mayor luego de sumar una serie de fracasos en cinco clubes distintos, pues su último gran logro antes de llegar a Costa Rica fue en el León azteca; cuando llegó aquí tenía cuatro años de saltar de un club a otro sin mayores éxitos. Ni que decir de las referencias previas, pues lo envolvía una nebulosa de poca credibilidad en México.

O incluso de Douglas Sequeira, del que se habla muy bien en la Fedefútbol y que, según referencias, es un tipo estudioso, preparado y trabajador, pero al que se le dio la Olímpica sin que hubiese logrado mayores éxitos en el banquillo. Básicamente, Douglas recibió la oportunidad de su vida y podría aprovecharla, si clasifica a la Sele a las justas de Tokio 2020.

Es evidente que Vladimir Quesada cumple con lo necesario para asumir este desafío.