¿Cómo evitaría la Federación que en la Comisión Técnica se interpongan los intereses particulares de los clubes sobre la Selección? La consulta, hecha al federativo Juan Luis Artavia, es la pregunta del millón de dólares.
“Yo pensé en eso, pero consideramos que por esta situación en la que estamos, que es muy incómoda, pues apostamos al profesionalismo”, contestó, en referencia a la Comisión integrada por Jafet Soto, Robert Garbanzo y Ángel Catalina para asesorar al técnico Suárez.
Al señor Catalina no se le conoce, porque viene llegando. Ergo, es ajeno al medio, a los jugadores, y, entonces, padece los mismos males que Suárez, amén de no ser entrenador.
Al español lo han metido en un zapato. Christian Bolaños, jugador estrella del equipo que gerencia Catalina y cuyo presidente es parte del Comité Ejecutivo de la Fedefutbol, ha dicho que la Selección es manoseada y manejada como una pulpería.
Además del palo que le dio Bolaños a su presidente y que ahora es extensible al gerente (si no pasa nada positivo con la Sele), hay que sumarle la posición del entrenador del Saprissa. Mauricio Wrigth había sugerido que no le convocaran a los jugadores que no utilice Suárez en vista de la necesidad que tiene el conjunto morado de hacer frente a los partidos de Concacaf. ¿En dónde quedaron la unidad y los intereses de la Selección?
Por su parte, Jafet y Garbanzo son una mancuerna. Socios en Grama Deportiva S.A., junto con el hijo del presidente de Guadalupe, Antonio Abasolo. “La Nación” publicó en el pasado que Corporación Belén Siglo XXI, dueño de la franquicia con la que juegan los guadalupanos, cedió por intermedio de Garbanzo el premio del Mundial a Orlando Moreira.
Tanto el vicepresidente de Fuerza Herediana, hoy además dirigente de la Fedefutbol, como Jafet, fueron sancionados por el pago de las acciones de Fuerza Griega, entidad que sufrió la pérdida de varios partidos, al no poder explicar la fuente de sus ingresos. Una suspensión original de un año terminó en multas millonarias para los dos.
Herediano tiene jugadores e intereses en diversos equipos, en “convenios” extraños con implicaciones muy fuertes. Tantas, como para que un “equipo satélite” haya rechazado una mejor oferta económica de una empresa televisiva con la que Fuerza Herediana tiene un conflicto legal.
Jafet, por demás, no es el hombre para convocar a un pacto de unidad en torno a la Selección. El que llamó conquistador a otro gerente, fue cuestionado por jugadores de Saprissa por supuestamente intimidar al árbitro, en un partido donde, incluso, el seleccionado David Guzmán denunció haber sido objeto de empujones. Amén de las múltiples polémicas a granel con técnicos, periodistas, futbolistas y dirigentes de todo el país.