Kendall Waston no tiene un campo fijo en el once de la Sele. Fue el segundo defensa central más regular de la eliminatoria, anotó el gol de la clasificación y demostró toda su valía en el proceso, cuando se ganó un lugar fijo en la base del plantel.
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Importa poco todo lo que acabo de decir cuando se analiza el posible once estelar y la competencia en el centro de la zaga. Regresó Óscar Duarte, ausente de la eliminatoria por una lesión, y parece tener un espacio casi garantizado en la alineación, ante la exigencia que le rodea cada fin de semana, cuando entrena y juega con el Espanyol.
Machillo lo utilizó frente a España y ahora repite en el once contra Escocia, en un sparring de alta importancia para Óscar Ramírez, en el que utilizó su equipo estelar.
Fuerte, bueno en el juego aéreo, con salida limpia desde atrás, Duarte solo necesitaba del ritmo de juego de los partidos para recuperar el puesto que casi siempre fue suyo.
Después de un inicio complicado de eliminatoria, Giancarlo González recobró su mejor cara en la pasada Copa Oro, favorecido también por el salto al Bolonia, en donde dejó de sufrir con los problemas de descenso y se pudo concentrar en retomar su nivel.
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Pipo, que además es un hombre de confianza de Machillo, apunta a su segundo mundial al hilo, al igual que Duarte, uno de sus compañeros de zaga en Brasil 2014.
Lo de Johnny Acosta es sencillo de explicar: Conoce como nadie el libreto de Machillo y es quien trata de darle salida limpia al equipo desde atrás. Saltó al fútbol de Colombia, en parte porque sabía de la necesidad de jugar en una mejor liga previo a Rusia.
Es el zaguero más regular de la era Machillo y una carta de extrema confianza para el seleccionador.
El tema es simple. Waston compite contra tres jugadores que, por distintas razones, tienen tanto nivel como él; los supera en aspectos, pero en otros ellos le ganan.
Jugar como titular es, quizás, lo más difícil para el alto zaguero central.
A hoy me parece que tendrá que ver el debut mundialista desde el banquillo, si se mantiene la constante de que González y Duarte juegan con regularidad en sus clubes, en ligas de alto nivel, y Acosta mantiene su rendimiento en el fútbol cafetero.
Hay una carta en la que Waston supera a todos: El juego aéreo. El grado de importancia que le otorgue Machillo a este factor, a razón de las características de los rivales, puede ser un factor que le dé una ligera ventaja, aunque ciertamente González y Duarte son dos futbolistas acostumbrados a cumplir en el juego aéreo.
Por lo visto de Serbia, el fútbol en las alturas es un factor a valorar, pero también es un equipo que sale rápido al frente, lo que le exigirá a la Sele rearmar el bloque rápido.
La zaga es, indudablemente, el puntal de Costa Rica para Rusia.
Y ni siquiera estoy contando a Francisco Calvo, de gran desempeño en la eliminatoria. La competencia es mucha, al punto de que Waston, uno de los mejores jugadores de la ruta mundialista, podría ver la Copa del Mundo desde el banco de suplentes.