Los comienzos muchas veces no son fáciles; que lo diga Gustavo Matosas, técnico de la Selección Nacional.
Al charrúa le ha tocado una generación en pleno recambio, con futbolistas que ya pasaron su mejor época y otros que levantan la mano, pero les falta mucho para convencer.
El inicio de este equipo, con apenas un 42% de rendimiento en siete partidos, también ha dejado números que lo sonrojan.
El pasado 22 de marzo, en el amistoso en el Estadio Mateo Flores, la Tricolor perdió 1-0 ante Guatemala.
Costa Rica tenía 14 años sin caer ante esta selección centroamericana. La última vez fue en octubre del 2005, cuando la Sele era dirigida por el costarricense Alexándre Guimaraes.
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Se trató de un duelo hacia la eliminatoria del Mundial de Alemania 2006, que terminó en derrota de 3-1.
Después de eso, pasaron cinco partidos, con resultados de cuatro victorias y un empate.
Esa buena racha se rompió con un partido en el que la Nacional nunca pudo encontrar el camino. Controló el balón; sin embargo, eso fue insuficiente.
Con la Copa Oro como el primer torneo oficial, Gustavo Matosas logró mostrar una mejor cara contra Nicaragua. El 4-0 era necesario y parecía una dosis de confianza.
No obstante, esa selección adversaria terminó como la más débil del grupo, de acuerdo a lo visto en los siguientes juegos.
Después, contra Bermudas el equipo sufrió, pero ganó 2-1, y finalmente llegó la derrota ante Haití, 1-2.
Nunca antes Costa Rica había caído contra ese conjunto caribeño. El balance en juegos clases A era muy claro: 12 partidos con 8 victorias y 4 empates.
Lo de los haitianos fue histórico, para ellos y para los ticos también, aunque visto desde una mala óptica.
Por si fuera poco, a eso se agrega un dato curioso: la Selección no perdía un compromiso en Copa Oro cuando lo empezaba ganando desde 2007, según datos del estadígrafo Mr. Chip. Y eso también cambió contra Haití.
La última vez había sido contra Canadá, cuando Wálter Centeno abrió el marcador y después el recordado Julián de Guzmán concretó dos tantos más, para el triunfo canadiense de 2-1.
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Hasta ahora lo que desea Matosas no se ve reflejado en la cancha, con números y juego.
Solo ocho goles en siete partidos no compaginan con la idea de ser un equipo ofensivo, que genere múltiples opciones de gol. Porque Costa Rica ni genera mucho y tampoco anota lo poco que provoca.
Incluso, si se compara con el inicio de Óscar Ramírez al mando del conjunto patrio, la cantidad de anotaciones es muy similar, tan solo superada por dos tantos.
Con el Machillo la Sele concretó seis goles en los primeros siete partidos, con la diferencia de que ganó 15 puntos de 21 posibles.
Es decir, un conjunto mucho más “defensivo” produjo casi lo mismo que otro que aspira a ser mucho más peligroso.
En el último partido, el estratega lamentó no sentenciar las ocasiones que tuvieron.
“Permítame seguir apostando porque haya más minutos como los del primer tiempo, esa es la Costa Rica que yo quiero ver en todos los partidos”, explicó Matosas al tiempo que defendió lo hecho en los primeros 45 minutos.