Patrick Pemberton falló en su salida, la pelota rebotó en todo el mundo, Blas Pérez no pudo pegarle nunca y tímidamente, producto de la carambola, el balón llegó a la línea de gol; sin embargo, nunca ingresó. Rónald Matarrita tirado en el césped punteó la redonda, pegó en Pérez y salió del campo, pero Wálter López señaló gol.
¡Increíble! Matarrita corrió a la banda gritando: ¡No entró, no entró! Pemberton señalaba con su dedo dónde había quedado la esférica y Bryan Ruiz intentaba explicarle al árbitro guatemalteco que su señalamiento no era el correcto.
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Esta diana adquirió más valor cuando en el 88' Román Torres se vistió de héroe, corrió de cancha a cancha, le ganó la espalda a Kenner Gutiérrez y con un derechazo venció a Pemberton.
Así la locura se desató en el Rommel Fernández.
El capitán canalero aceleró como si estuviera compitiendo en los 100 metros planos y en el cierre impuso su corpulencia física para ganarle al erizo.
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Las pelotas se perdieron, la afición comenzó a invadir el terreno de juego, la banca panameña no paraba de saltar y Hernán Darío el Bolillo Gómez se tocaba el corazón en medio de las lágrimas, parecía que estaba al borde del infarto.
Al final un gol fantasma dejó a Costa Rica con 16 unidades, las mismas que hizo en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010; en esta última no logró el boleto. Pero también clasificó a los vecinos del sureste a su primera Copa del Mundo.
La Nacional jugó sin preocupaciones, ya el trabajo estaba hecho; no obstante, mostró elegancia y respeto por el fútbol.
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En el minuto 36 Bryan Ruiz probó su pase a profundidad, puso a Johan Venegas cara a cara con Jaime Penedo y el futbolista del Minnesota United definió con frialdad por encima del portero. La celebración de Venegas hizo que el silencio invadiera las graderías.
La Tricolor administró el cotejo, la pelota pasó por Bryan, también por Celso, circuló en la defensa. Costa Rica supo pasear a una Panamá nerviosa y temerosa que se jugaba un Mundial en cada jugada y no se atrevía a buscar el marcador, al menos en el primer tiempo, pese a que en ocasiones estuvo fuera de la Copa del Mundo por diferentes combinaciones de resultados.
De cara al proceso definitorio que le hará frente al Mundial, Rónald Matarrita demostró que peleará con Bryan Oviedo gracias a su velocidad, buen centro y cierres anticipados, mientras que Venegas ratificó su polifuncionalidad como extremo o centro delantero.
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En la última jornada de la Concacaf, Costa Rica fue testigo de un cierre de infarto, además fue víctima del arbitraje con un gol que no debió ser. A la postre no le afectó más que para sumar una derrota, gracias a que el trabajo ya estaba realizado.