¿Hay algo más grave para la Selección Mundialista tica que perder un juego de fogueo, con un viaje fastidioso de ocho horas y el consiguiente trastorno en la planificación del técnico?
¡Eso es apenas una anécdota en relación con lo que pudo pasar!… ¡O lo que puede pasar!
Quinientos mil dólares es mucho dinero por ir a jugar un partido en el corazón de Oriente Próximo. Pero no si es a Irak, el tercer país mas peligroso, según el Índice de Paz Global de junio del 2020, elaborado por el instituto para la Economía y Paz, con sede en Sídney. Solo superado por Afganistán y Siria.
Cualquier cosa pudo pasar en un estadio repleto en Basora, la segunda ciudad en importancia de un país sacudido por las rivalidades étnicas y religiosas, gobiernos extremistas y en permanente conflicto con vecinos.
El riesgo de pactar ese juego era altísimo. Solo propio de una dirigencia a la que el calificativo más blando posible es el de negligente. Por un puñado de dólares se jugó con la paz y tranquilidad de una Selección mundialista.
Ecuador y México recién jugaron contra Irak, pero en España. Para convencer a Rodolfo Villalobos de ingresar al país asiático, los iraquíes ofrecieron pagar el campamento en Kuwait, con una suma que el señor presidente de la FEDEFUTBOL consideró irrechazable.
Ahora falta por saber qué hará la empresa promotora que negoció el partido o la Federación Iraquí con esos gastos sumados por la Tricolor en Kuwait. ¿Si se niegan a pagarlos? ¿Si los directivos iraquíes alegan incumplimiento?
No entiendo aún, seguro por tonto, cómo una compañía que negocia partidos o bien una Federación de Futbol -la de Irak- puede prometer a una delegación mundialista que las reglas migratorias del país no le serán aplicadas. Máxime cuando se trata de una nación cuyo gobierno es autoritario y al que la FIFA no permitió competir internacionalmente del 2013 al 2020, por faltar a las normas de buena gobernanza.
Menos entiendo cómo una organización que lleva tres mundiales encima, con un abogado en la Secretaría General, acepta un compromiso que no proviene del gobierno de Irak y sin las formalidades suficientes para hacerlas valer en el puesto migratorio.
Luis Fernando Suarez también tiene cosas por decir. Aunque Villalobos dijo al anunciar el partido que el seleccionador lo aprobó, cierto es que el colombiano había reiterado que los fogueos premundial le resultan un martirio. Al parecer, no se opuso a éste y al de Nigeria, organizados por la empresa que representa al técnico, en un claro conflicto de intereses.
De seguro, la molestia de los jugadores, que se enteraron en la frontera de las implicaciones de un sello iraquí sobre su pasaporte, fue lo que hizo recular a los dirigentes. ¡Insólito!