Seúl, Corea del Sur. Corea del Sur y Costa Rica se enfrentarán el próximo martes en el Estadio Mundialista de Seúl, ubicado en una zona que hace dos décadas estaba ocupada por 72 millones de toneladas de basura.
Este recinto, donde se inauguró el Mundial del 2002, es parte de un complejo de parques construido sobre lo que hasta 1993 fue el mayor relleno sanitario del país.
El gobierno local decidió restaurarlo previo al Mundial y lo dividió en cinco parques. El más conocido es el Parque Haneul (Parque del Cielo), uno de los miradores más visitados de la ciudad.
El diseño del estadio simula el de un típico cometa coreano, con paneles que protegen del sol, pero permiten una iluminación que sea óptima durante el día para los 66.806 espectadores que puede recibir.
Su forma es octagonal para representar la esperanza y la paz que busca la sociedad surcoreana pese a los conflictos que vive con el vecino del norte y la tensión que tuvo en siglos pasados con Japón.
La energía que se utiliza para este escenario también viene de la basura, ya que se utiliza un combustible reciclado del gas metano que surge de los desechos subterráneos del Parque Haneul.
Pero el estadio no solo es un campo de juego. Bajo las graderías hay toda clase de actividades económicas que le dan ingresos para mantenerse: un cine, un museo, un supermercado, un centro comercial y hasta un sauna coreano, conocido como jimjibang . Todos esos atractivos estarán en funcionamiento mientras la Tricolor disputa el amistoso (5 a. m., hora tica).
Puede que hasta una pareja coreana se case a la misma hora en el centro de bodas que funciona bajo el ala este.
Hasta Costa Rica tiene un espacio en este coliseo, ya que en el museo se pueden leer los nombres de cada uno de los jugadores que participaron en Corea y Japón 2002.
La selección coreana suele usar este estadio durante sus eliminatorias; no obstante, también es la casa del Seul F.C de la Primera División (la K-League), pero el mayor uso que se le da es en conciertos o espectáculos artísticos.
Para el martes se espera que la temperatura sea 14 °C a la hora del juego, una condición muy típica del otoño en Corea.
Los coreanos observan al reducto como símbolo de su mayor logro futbolístico ya que allí disputaron tres juegos en el Mundial 2002, incluidas las semifinales. Fue su máximo logro en esta competición.