“Es una alegría inmensa; es vivir un sueño. Todo deportista quiere ser campeón del mundo”.
Así describe Franklin Rivas su experiencia tras haber obtenido el título, la semana anterior, en el Mundial de Kickboxing en Orlando, Estados Unidos.
Este josefino de padres guanacastecos derrotó al estadounidense James Wilson en un fuerte combate que tuvo que llegar a un round de desempate. En este periodo, el tico logró hacer a Wilson una cuenta de protección que inclinó la balanza a su favor.
Sin embargo, el título tuvo una etapa previa que lo hizo sudar de más para poder bajar nueve kilos con el fin de participar en la categoría correspondiente (55 kgs.)
Durante cuatro meses entrenó dos veces al día, con sesiones que comprendieron duro trabajo físico y una estricta dieta por cumplir.
Cuando más cerca estaba el campeonato, se sintió agotado a nivel físico y mental. El apoyo de sus amigos, novia y familiares lo impulsaron a continuar adelante.
De igual forma, no solo la parte de la preparación fue dura. Obtener los recursos para viajar se hizo una labor complicada.
Sus compañeros y alumnos de la academia MMA recaudaron dinero que ayudó con del hospedaje mientras que su padre cubrió el costo de los tiquetes aéreos.
“Al ganar pensé en todos los amigos que me ayudaron a llegar allá. Siempre fui con la intención de ganar. Era lo único que había en mi mente”, recordó Rivas.
Persistencia. Rivas tuvo interés en el kickboxing desde que estuvo en el Liceo Vargas Calvo, en Montes de Oca. La academia MMA se ubica diagonal al liceo, por lo que los sonidos de los golpes provenientes del edificio lo atrajeron.
También practicó karate, sin embargo, por los logros obtenidos prefiere decantarse por el kickboxing, en el cual es cinta marrón.
El campeonato mundial coronó un esfuerzo que implicó alejarse de sus seres queridos por bastante tiempo. Pero Rivas reconoce que en cada momento de triunfo eso queda en el olvido.
“A veces hace falta pasar tiempo con ellos. Le reclaman a uno que ya es mucho tiempo de entrenamiento, pero es algo que valoro en cada competencia”, reconoció Rivas.
El ahora campeón admite que seguirá entrenando y luchando hasta que “el cuerpo resista”.
Por último, Rivas reconoce que en Costa Rica falta de fogueo y consistencia en los luchadores.