Cuando a la surfista Lisbeth Vindas le preguntaron si quería hacer un medio Ironman, no lo pensó demasiado y dijo que sí, pese a que no tenía muy claro de qué se trataba.
"Me dijeron: 'en el carrera es media maratón' y entonces yo pregunté, '¿cuánto es eso?'; imagínese, ni sabía", contó entre risas la atleta nacional.
Vindas competirá el próximo 18 de junio en el Ironman 70.3 Costa Rica, el primero que se hará en el país, luego de aceptar el reto planteado por Gatorade.
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Además de incursionar en un deporte desconocido, a la oriunda de Jacó le hacen un documental para detallar el proceso que conlleva su primera experiencia en un evento de este tipo.
El triatlón, al igual que el surf, requiere algo que todos los atletas de alto rendimiento conocen, y es la seguridad de que con entrenamiento las cosas mejoran.
Eso es lo que ha comprobado Vindas en los últimos dos meses, tiempo que lleva dedicada a las prácticas de cada disciplina.
"Yo me apunté sin problemas, para mí se dio como un click cuando me hicieron la propuesta, pero en ese momento no sabía en lo que me había metido, hasta después que me puse a revisar, pero si dije que sí, solo tocaba empezar a entrenar", afirma.
Su día a día empezó a cambiar desde ese momento, porque aunque siempre se ha mantenido en el surf, venía de unos meses de poca actividad.
"La práctica del triatlón requiere mucho esfuerzo y dedicación. A veces no entiendo cómo lo logran, porque hay momentos en que el cuerpo dice 'no puedo más', pero hay que irse preparando físicamente y el cuerpo llega a resistir, pero sobre todo la mente".
Asegura que ahí es donde se ha percatado de que el surf es muy diferente en cuanto a la exigencia, sobre todo porque cuando toma su tabla y se mete entre las olas, se divierte, mientras que ahora siente "el corazón en el cuello".
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Lisbeth reconoce que cuatro meses de preparación son pocos para una competencia que incluye 1,9 kilómetros de natación, 90 km de ciclismo y 21 de atletismo, y por esa razón aprovecha cada minuto.
"Todo suma, es como ir metiendo en una alcancía. Me he tratado de enfocar al 100%, seguir paso a paso los entrenamientos y el estilo de vida que conlleva la práctica de estas disciplinas".
Pero no solo se trata de resistir más o de cambiar el chip, también de aprender.
Durante 21 años se ha dedicado al surf, enfrentarse al mar es algo a lo que está acostumbrada, por lo que sabía nadar, o al menos eso pensaba.
"Me enseñaron a nadar, la técnica, la resistencia... Andar en bici me fascina y lo que más me cuesta es correr, mantener el ritmo constante y acelerado. Había corrido, pero solo como 5 kilómetros. Todo ha sido muy nuevo para mí", señala Vindas, de 35 años.
Parte de esas novedades fue hacer su primer triatlón el pasado 26 de marzo, en la primera fecha de la Serie de Triatlón BMW, en El Coco, lugar donde también se realizará el 70.3
No sabía bien con qué se iba a topar y rápidamente se dio cuenta que le queda mucho por aprender, pero también se emocionó, sobre todo cuando se dio cuenta que ganó su categoría en sprint.
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"Guiada por la Momia Coaching (empresa de entrenamiento de Leonardo Chacón) he ido aprendiendo, pero esto requiere de mucha concentración cuando se hace el cambio de disciplina", comentó.
Hace hincapié en la concentración porque ya ha experimentado algunas situaciones que no quiere vivir el día de la carrera.
"Me han pasado 'chiles' durante la preparación, como que me voy a correr con el casco puesto, por ejemplo, y el día que competí en El Coco seguí nadando sin darme cuenta que lo estaba haciendo en otra dirección y tuve que alcanzar al resto", recordó.
A falta de 74 días para cumplir con el reto, Lisbeth está segura que encontró una motivación que le ayudará en su vida.
"Lo he disfrutado al máximo y me he dedicado en cuerpo alma corazón, en todo", concluyó.