Wimbledon, AFP. La leyenda estadounidense Serena Williams quedó este martes un poco más cerca del sueño de lograr una octava victoria en Wimbledon al derrotar a su compatriota Alison Riske, por un pase a semifinales, aunque no sin esfuerzo.
Durante dos horas combatió Williams, 11ª cabeza de serie, para vencer una muy dura resistencia e imponerse por 6-4, 4-6 y 6-3 a Riske, que en octavos había eliminado a la número uno del mundo, Ashleigh Barty.
Siete veces campeona del Grand Slam inglés, Serena alcanza así su 12ª semifinal en Wimbledon y se sitúa a dos partidos de sumar su 24º título en uno de los cuatro grandes torneos de la temporada, igualando el récord de la histórica australiana Margaret Court.
La estadounidense, de 37 años, ha sufrido graves problemas en una rodilla este año que le impidieron jugar buena parte de la temporada y, pese a que su estado físico ha ido mejorando, no es la misma de antes, según otras jugadoras.
“Ahora que me siento bien puedo de hecho concentrarme en entrenar y en la técnica y en practicar, algo que literalmente no había podido hacer demasiado”, aseguró tras el partido del martes.
Mantenerse “concentrada”
Durante las pausas se la vio consultando papeles de su bolsa.
Es una forma de "mantenerme concentrada", explicó. "He estado consultando mis notas durante décadas. A veces, cuando las necesito o siento que necesito algo extra, simplemente recuerdo cosas que escribí antes del partido e intento concentrarme en ellas".
En el encuentro contra Riske, 55ª jugadora del mundo, Williams tuvo que sacar todo lo que tenía. Su adversaria le rompió dos veces el servicio en el primer set, pero aunque las piernas y la precisión le fallaron al principio, Serena le pagó con la misma moneda y acabó llevándoselo.
Pese a su potencia de golpe y sus demoledores saques, a los que sumó un resto implacable, Serena perdió el segundo set acabando por un juego en blanco.
Parecía el principio del fin para la experimentada tenista, que acusaba la fatiga y sufrió una rotura de servicio nada más empezar la tercera manga. Pero Williams combatió, mantuvo la sangre fría y logró poner nerviosa a su contrincante, que cometió costosos errores, como una falta doble que en el penúltimo juego que sentenció el partido en su contra.
“Creo que mi experiencia ha contado, ella ha jugado duro y no tenía nada que perder”, consideró Williams, que el jueves se enfrentará a la checa Barbora Strycova por un lugar en la final.