El tenista español Rafael Nadal y el británico Andy Murray, dos grandes favoritos, ganaron este miércoles su segundo partido en Wimbledon y ya están en dieciseisavos de final del torneo sobre hierba londinense.
Nadal, quien a los 31 años vuelve al torneo del Grand Slam sobre hierba de Londres tras su ausencia del año pasado, se deshizo sin problemas del estadounidense Donald Young, 43º del mundo, por 6-4, 6-2 y 7-5.
Ambos tenistas ya se habían medido en dos ocasiones, con dos victorias para el mallorquín, quien ahora amplía la cuenta a tres.
El europeo rompió el servicio de su rival en el primer juego del partido y nunca se vio amenazado en su camino al triunfo.
De esa manera, el ganador de 15 torneos del Grand Slam (dos en Wimbledon, en 2008 y 2010) se medirá en la siguiente ronda con el rocoso jugador ruso Karen Khachanov, de 21 años, cabeza de serie número 30.
Tras este torneo, Nadal podría recuperar el número uno mundial si gana su tercer Wimbledon, en una temporada hasta ahora muy buena.
Fue finalista en el Abierto de Australia -perdió ante Federer- y se alzó con el segundo y último Grand Slam en juego, Roland Garros, su décima corona en un torneo sobre tierra en el que siempre es favorito.
Hacía dos temporadas que no competía sobre hierba y sus últimas apariciones en Wimbledon se saldaron con eliminaciones tempranas.
Cayó en primera ronda en 2013, ante Steve Darcis (nº135 del mundo), en cuarta en 2014, ante Nick Kyrgios (144º) y en segunda en 2015, ante Dustin Brown (nº102).
De conquistar Wimbledon y Roland Garros el mismo año, Nadal igualaría el récord del sueco Bjorn Borg, que lo hizo en tres ocasiones.
Por su parte, Andy Murray, número uno mundial y dos veces ganador en Wimbledon, superó por 6-3, 6-2 y 6-2 al espectacular alemán Dustin Brown, 97º del mundo, pero verdugo de Rafa Nadal en 2015 en la misma cancha central.
Murray, número 1 del mundo, se medirá en el siguiente partido al italiano Fabio Fognini, que derrotó al checo Jiri Vesely por 7-6 (7/3), 6-4 y 6-2.
En todas sus participaciones en Wimbledon, el escocés nunca perdió en ninguna de las dos primeras rondas y en esta ocasión cumplió con la tradición.
El número uno llegó a esta edición con algunas dudas, por las molestias en la ingle que le obligaron a cancelar dos partidos de exhibición antes de Wimbledon, pero se mostró sólido ante uno de los máximos exponentes del juego de servicio y volea que quedan en el circuito.