Con 13 selecciones invitadas, el primer Mundial de futbol comenzó hace ocho décadas, el 13 de julio de 1930, con una doble programación a las 3 p. m.: Francia vs México y Estados Unidos vs Bélgica.
Galos y aztecas abrieron la competencia en la modesta cancha de Pocitos, del Club Peñarol; y estadounidenses y belgas en el Parque Central, del Nacional.
En el hotel de Montevideo, el técnico español del Tri , Juan Luqué de Serrallonga, los llamó a una reunión y, en una vitrola, les puso el himno nacional azteca.
“Muchachos, les quiero suplicar que se olviden de todo: novias, hermanos, padres, madres y que solo les quede grabado en sus mentes la palabra ‘México’...”.
Los galos jugaron con 10 hombres desde los 10 minutos del primer tiempo, al lesionarse el arquero Alexis Thepot, quien al chocar con Nicho Mejía, fue sustituido por el volante Augustín Chantrel porque, en ese tiempo, no estaban permitidas las sustituciones.
Luego, Francia impuso su movilidad y rapidez para dominar las acciones. Desde los 19 minutos llevaba una ventaja con el gol obtenido por Laurent, el primero de los 2.063 tantos que se suman hasta hoy.
Y al final, Marcel Langiller (40’) y André Maschinot (43’) subieron el marcador, mas bajaron la guardia y Juan Carreño descontó al 70’.
Al 87’, Maschinot cerró el abultado marcador, los franceses vencieron 4-1 y se retiraron de la cancha cantando La Marsellesa.
El Field (Campo) Pocitos vivió una tarde fría y la asistencia llegó a 1.000 personas. Este escenario ya no existe, pero fue una de las 40 sedes más influyentes de la historia, según escritores europeos.
Cerca de Pocitos, el Parque Central albergó el otro juego inaugural. Con heterogénea formación, EE. UU. apabulló 3-0 a los belgas, con dos goles de Bart McGhee (41’ y 45’) y uno de Bert Patenaude (88’).
Ninguna de las figuras se percató de que iniciaban la historia más apasionante, los Mundiales de futbol, que en pocas semanas atrapará, sin duda, el planeta-futbol.