Conforme el número de carreras pedestres crece en el país, también aumenta la cantidad de personas que corren de ‘colados’ (no pagan inscripción).
Según datos ofrecidos por organizadores de carreras, el número de atletas que no pagan llega hasta el 50 % del total que sí cumple con la matrícula.
Ejemplo claro de ello es que en una competencia como La Candelaria, una de las más concurridas en el país, además de los 5.000 que corrieron el pasado febrero “en regla”, otros 2.500 lo hicieron sin pagar el derecho.
Lo mismo sucedió en la Sol y Arena del año anterior, que reportó 5.600 corredores inscritos y otros 2.400 que se colaron.
Pero, ¿por qué sucede esto?
De acuerdo con Walter Quesada, escazuceño que gusta de correr, los precios de las inscripciones son muy elevados.
“Me gusta correr siempre, pero no puedo pagar, es muy caro”, indicó Quesada poco antes de competir en la Clásica Palmarín del 24 de enero pasado.
Mas, de acuerdo con Diego Obando, de la empresa Más Deporte, los precios no son altos, “ya que por lo general el promedio es ¢10.000 para una competencia que ofrece camiseta, medalla, seguro, hidratación y frutas, entre otros”, comentó el organizador.
“La gente no toma en cuenta que una carrera como la de Gatorade tiene un costo de producción de unos $275.000 (¢148 millones), mientras que la inscripción es de ¢20.000, lo cual está bien para la calidad del producto que se está ofreciendo”, añadió Obando.
Según Rodolfo Villalobos, de Grupo Publicitario, el precio no es alto si se toma en cuenta que en las maratones a nivel mundial, como la de Nueva York, la inscripción es de $350 (¢188.000).
“Acá el participante recibe lo mismo que en Nueva York, así que no veo cara una inscripción de ¢10.000, que es la media que se cobra. El problema, según lo veo, es que el tico está acostumbrado a que todo se lo regalen”, añadió.
Otro que no ve altas las tarifas es Víctor López, de Global Sport X Group, quien apunta que colarse es una mala práctica.
“Es un problema (los colados) que genera pérdidas a los organizadores, los que se colan toman agua, hidratante, frutas y hasta las medallas que son para los que sí se inscriben”, señaló López.
Tanto Obando como Villalobos concuerdan con López, pues la enorme cantidad de colados hace que deban comprar más alimentos y otros productos.
“Al final quien termina pagando por el problema de los ‘colados’ es quien sí cubre su inscripción, ya que los productos y logística de más que debemos comprar por los que no pagan, terminan incrementando la tarifa de la carrera”, explicó Rodolfo Villalobos.