Ayer a las 11 de la mañana, la cancha estadio del Club Cariari estaba llena hasta la bandera.
Tres de las cuatro graderías estaban sembradas con padres y madres, además de varios ticos de cepa, con ganas de conocer –de larguito eso sí– a Andre Agassi y Pete Sampras.
En medio del alboroto que crean los famosos en Tiquicia, habían 60 niños, listos para convertirse en el alma de la fiesta.
Uno a uno los menores fueron pasando a la cancha a bolear con Agassi y Sampras los varones, y con Anna Kournikova y Ashley Harkleroad las damitas.
Estos afortunados menores cumplieron el sueño de muchos de sus progenitores, que sentados en las gradas veían a sus hijos darse el taco de devolver los slice y los reveses de las estrellas.
La actividad formó parte de la agenda que acompaña al Andre Agassi Farewell Tour.
Agassi y compañía aprovecharon la oportunidad de darle una alegría y un empujón anímico a los más pequeños.
Esta iniciativa es parte del plan de la Asociación Costarricense de Tenis para masificar un deporte mal comprendido.
“Nuestra idea es quitarle a la gente la idea de que el tenis es de élites, por eso tenemos este programa que ha introducido la práctica del deporte en 35 escuela públicas del Área Metropolitana”, explicó el presidente de la asociación, Carlos Bravo.
Entre todos los niños que compartieron con las luminarias destacan Emily Porras, Daniela Alfaro, Carlos Álvarez, Ariel Arias, y Jason Lazo, pequeños que empezaron a practicar el deporte este año, en su respectivos centro educativos públicos.
Ellos fueron los ganadores de esta especial mañana.