Rodolfo Madriz no fue impulsado por un abuelo ganador de medallas ni por un padre que lo guiara en la técnica para derribar bolos.
Él se decantó por el boliche cuando ni siquiera lo había practicado y hoy tiene más medallas que años, más triunfos que derrotas.
Madriz, vecino de Cartago, es una de las promesas del boliche costarricense pues con 18 años pelea campeonatos mayores con buenos resultados y mientras llega a esas grandes ligas suma preseas en torneos juveniles, como las siete que se adjudicó recientemente en el Campeonato Centroamericano y México de Boliche Juvenil.
Tres oros, dos platas y dos bronces en una semana hablan bien de su prometedora carrera.
“Yo empecé en el boliche porque un día lo vi en televisión y me gustó, en mi familia nadie había jugado boliche. Mi papá me llevó al Metrobowl y tiempo después mi abuelito me llevó a la escuela del Boliche Dent”, recordó ayer Madriz.
Al principio tiraba sin curva y feo, pero poco a poco aprendió la técnica para tirar y para saber cuántos pasos dar antes de lanzar, así inició su carrera. Y tras estos seis años ya sabe lo que es ganar medallas en centroamericanos, panamericanos y torneos continentales. Y cada día quiere más.
Luego de la exitosa labor que realizó junto al equipo costarricense en Hermosillo, México, la semana anterior, con esas siete preseas, planea pelear medallas en el Centroamericano y del Caribe Mayor y en el Campeonato Mundial Juvenil de Bangkok, Tailandia, en el 2012.
Por proyectos como ese es que hoy divide su tiempo entre bolos e Ingeniería en Computadores.