LeBron James pudo cumplirle a su amigo Kobe Bryant la promesa que le hizo luego de conocer la noticia de su muerte, en una accidente aéreo, el pasado 26 de enero, al llevar este domingo a los Lakers de los Ángeles a su título de campeón de la NBA número 17.
James hizo valer aquel juramento plasmado en un sentido mensaje en Instagram, “¡Te prometo que continuaré con tu legado!”, misión que logró culminar al derrotar los angelinos 106 - 93 al Heat de Miami en el sexto juego de la serie, realizada en “la Búrbuja de Orlando”, debido a la pandemia de la covid-19.
“Significa mucho para la organización de los Lakers y el poderlo llevarlo al lugar que se merece es un sentimiento increíble. Queremos respeto para todos. Estoy en un gran nivel de exigencia y con mis compañeros estoy dispuesto a batallar siempre”, comentó James.
Por su parte, Anthony Davis aseguró: “Perder a Kobe fue una tragedia. Sabemos que está muy orgulloso de nosotros, fue un gran hermano para todos y lo hicimos (salir campeones) por él".
LeBron en su décima final consiguió su cuarto anillo de campeón, tras lograrlo en dos ocasiones con el Heat (2012 y 2013) y una con los Cavaliers de Cleveland (2016), para devolverles la gloria a los californianos, una década después de su último cetro, precisamente en 2010 cuando Bryant levantó el trofeo.
James fue reconocido el domingo con el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de las finales por cuarta vez en su carrera. LeBron promedió 29,8 puntos, 11,8 rebotes y 8,5 asistencias en los seis partidos de estas series.
“Solo queremos nuestro respeto. Rob (Pelinka, mánager) quiere su respeto, el entrenador (Frank) Vogel quiere su respeto, la organización quiere su respeto ... y yo también quiero mi maldito respeto”, dijo desafiante James con el premio en la mano.
Los Lakers con su cetro 17 empataron a su más enconado adversario como son los Celtcs Boston, quienes eran los máximos ganadores históricos con 17 también.
El partido. Una buena defensa que no dio libertades en los lanzamientos de tres puntos y limitar las penetraciones fueron los grandes aciertos de los angelinos para frenar el ataque de Miami que se vio impotente. Incluso errar los tiros libres a más de la mitad del porcentaje en la primera parte, lo cual fue un factor que pesó en la productividad de los dirigidos por Erik Spoelstra.
Ni siquiera el ingreso del esloveno Goran Dragic, quien no pudo estar presente en los cinco primeros juegos por lesión, y el aceptable partido de Ban Adebayo lograron revertir el marcador. A ello se le suma la baja productividad de Jimmy Butler, quien lució cansado y errático de cara al aro
Todo lo contrario fue para los Lakers, que tras ganar el primer cuarto por 28-20, en el segundo tuvieron a un Rajon Rondo Kentavious Caldwell-Pope como sus menores cartas de ataque tanto, con los triples de Caldwell-Pope como la habilidad para incursionar en la llave de Rondo. Al terminar la segunda mitad los Lakers ganaban por 28 puntos de diferencia con un parcial de 64-36.
Pese al esfuerzo de Butler, Tyler Herro y Adebayo por acortar la distancia, las cifras no disminuyeron y el tercer período que se cerró con un 58-87 a favor de los Lakers, quienes dirigidos por el entrenador Frank Vogel celebraron a lo grande su título la final del partido.