Que la brecha económica no te apague los sueños. Ese es el lema del joven Keylor Abarca, quien hace tres meses se estrenó en el triatlón, un deporte que nunca imaginó que podría practicar.
Esa frase guía sus sueños. La tiene escrita en el estado de WhatsApp, la compartió en Facebook en un post en el que contó su historia y también la recuerda cada vez que sea necesario.
Abarca es vecino de Artola, en Sardinal de Carrillo, Guanacaste. Dice que su pueblo no se encuentra en el mapa. Ahí le ha tocado entender la palabra pobreza.
La vivió desde niño. Recuerda que hubo días en los que solo había plátano en la casa, pero su mamá se encargaba de que no pasara hambre.
Su papá estuvo ausente desde los 6 años y asegura que eso lo hizo una persona rencorosa, un adolescente rebelde y en malos pasos, los mismos que lo llevaron a probar la marihuana.
Fue precisamente después de una sobredosis de esa droga que terminó conociendo el atletismo. Le dolió ver el sufrimiento de su mamá y decidió hacer un cambio, apenas con 13 años.
Días después se topó con un documental del triatlonista Leonardo Chacón y pensó: 'si él puede, ¿por qué yo no?'.
Empezó a correr con zapatos tipo 'burro' y así compitió en una prueba en playas de El Coco. Recuerda que terminó con sangre en la uñas, pero así estuvo corriendo unos siete meses.
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Cambió a tenis, pero sin ser adecuadas y después un vecino de Tilarán le regaló las suyas cuando lo vio entrenando en la pista de ese cantón guanacasteco.
Estaba esquivando las limitaciones en el atletismo, pero en su mente estaba en triatlón. Ese era el sueño, pero lo costoso de este deporte lo ponía como un imposible.
Durante cuatro años bajó planes de entrenamiento de Internet y luego conoció al entrenador Marvin Masís, quien le regaló varios programas.
Keylor se ha topado con personas que le permitieron seguir en este camino. Uno de ellos es Claudio Rojas, presidente del Comité Municipal de Triatlón de Carrillo (Comutrica).
Esa organización nació hace apenas tres meses, cuando el Concejo Municipal de Carrillo dio el visto bueno de un proyecto que logra el objetivo de Keylor: que la brecha económica no impida sueños.
Rojas es un deportista aficionado, al igual que Alonso Rojas. Ambos hicieron el Ironman 70.3 de El Coco y ahí les nació la idea de crear el comité con una visión inclusiva.
Conocieron a Keylor mientras corrían con una “zancada impresionante”. Lo contactaron para invitarlo al equipo e incluso les ayudó dándoles tips en atletismo.
Fue de esa forma que el joven de Sardinal empezó a acercarse al triatlón y el imposible iba cambiando de perspectiva.
Rojas y colaboradores de la zona le regalaron una bicicleta nueva que le permite practicar el deporte y también le sirve para trasladarse de su pueblo a playas de El Coco, donde entrena el equipo.
Keylor es solo un ejemplo del espíritu que mueve a esta organización. El 2 de diciembre anterior llevaron por primera vez una delegación de cuatro personas a un evento oficial, en el triatlón de Quepos.
Entre ellos estaba Abarca: "Nunca me imaginé que podía hacer triatlón. Para mí fue difícil creer que podía llegar a tener todo esto".
El deporte le ayudó a desprenderse de la droga, un mal al que Comutrica también quiere combatir.
"Tenemos muchas ganas de ayudar a otras personas y formar un frente contra la drogradicción y creemos firmemente que una estructura como estas puede potencias a muchas personas para que ni siquiera consideren la droga como una opción", añadió Rojas.
Por ahora luchan con uñas y dientes en el plano económico, apelan por ayuda de la comunidad, comercio y deportistas que quieran donar ropa en buen estado.
Por ejemplo, el equipo de triatlón The Crew les dio licras y medias con las que uno de los atletas pudo competir en Quepos.
Sin embargo, Rojas también cree necesario el empuje gubernamental, porque entre sus planes está crear infraestructura para que la zona de Carrillo además de recibir eventos de triatlón, sea un centro de entrenamiento para desarrollarlo.