Jenny Méndez espera no titubear cuando le pregunten por los expresidentes y la geografía de Costa Rica; confía en no flaquear cuando intente bajar los cinco minutos que la separan de la marca olímpica; no duda un instante en afirmar que correría por Costa Rica y no por su natal Colombia.
Cafetera en tierras ticas desde hace 16 años, pretende nacionalizarse este diciembre, y aunque parezca mentira, por ahora se la ha complicado más aprobar el examen de Estudios Sociales que solicita el Tribunal Suprema de Elecciones que acercarse a la marca olímpica.
Esta sudamericana, casada y con dos hijos, ha perdido dos veces la prueba de Sociales; en cambio, el domingo anterior, apenas en su primera maratón internacional, llegó a la meta en 2:45:56 horas, a solo cinco minutos de la marca para ir a Río 2016.
Fue en la Marine Corps, como se le llama a la maratón de Washington, que Méndez logró ese tiempo que ilusiona a un país que hoy la ve como una criolla más.
“Quiero nacionalizarme porque acá fue donde nací como corredora, no iría a unas olimpiadas como colombiana, lo haría solo como tica”, expresó Méndez el jueves en su casa, en Pavas.
Con un corazón tan grande como su sencillez y humildad, la atleta reconoce que fue junto a Mónica Vargas, Cristina Marín y Gabriela Traña que se hizo mejor corredora, más exigente.
“Todas han sido muy especiales, no cambio por nada el correr en este país; me he ido a hacer pretemporada a Bogotá, y en una semana me devuelvo porque no hay nada como la tranquilidad y la calidez de la gente acá”, comentó.
Mientras mostraba el libro que debe aprenderse antes de diciembre, cuando será la prueba de Sociales, Méndez reconoce que este exámen se ha convertido en un obstáculo tan difícil como cuando empezó a correr, hace solo seis años... “Son muchas fechas, nombres, próceres, ríos (risas), está bien duro, pero es algo que debo hacer para correr por Costa Rica, no queda más”.
Casada desde 17 años con Daniel Gaviria, padre de sus dos hijos, Daniel (15) y Juan Felipe (10), la fondista recuerda que correr nunca estuvo en su cabeza hasta el 2010, cuando un día ayudó a su marido en una carrera. Hasta ese momento, Méndez trabajaba como administradora.
“Luego de acompañarlo, quise salir a correr y en menos de un mes quedé en el top ten de una competencia; ahí mi marido dijo: ‘ah no, si usted se pone juiciosa en esto le puede ir muy bien’, y ahí comencé”.
Desde ese momento la historia la ha escrito con más de 100 carreras ganadas en Costa Rica, incluyendo de 10 kilómetros, medias maratones y maratones. Su nivel es tal que sus triunfos de cada fin de semana dan el mayor ingreso al hogar, ese que espera verla como costarricense olímpica.