Después de 21 meses de que fuera aprobado el fideicomiso con que se administra el Estadio Nacional, un informe de la auditoría del Icoder, dado a conocer ayer, revela que dicho inmueble presenta pérdidas por ¢1.500 millones.
Dicho monto corresponde tanta al déficit económico que tiene el Nacional al 31 de octubre anterior, que llega a ¢36,2 millones, como a su depreciación, que a esa fecha alcanza ¢1.467 millones.
El documento lo firma Arcadio Quesada, del departamento de auditoría del Icoder, y fue dado a conocer a Alba Quesada, directora del Icoder; Eduardo Alfaro, asesor jurídico; William Corrales, presidente del Consejo Nacional de Deportes y ministro de Deportes; Marielos Rodríguez, miembro del Consejo; y Yorleny Brenes y Allan Mosquera, fiscalizadores.
Acerca de esto se intentó hablar con Corrales, pero dijo que se referiría al tema hasta que el Consejo conociera el texto. Este ente sesionará en enero próximo.
Quesada respondió, mediante su encargado de prensa, lo mismo que Corrales, y Édgar Barrantes, gerente general del Estadio, indicó que no conoce el documento.
Igual posición tuvo Juan Carlos Crespo, presidente de la Junta Administradora del Nacional.
Aparte de las millonarias pérdidas que ya arrastra el inmueble, el documento Aud-306-2013, del que este medio tiene copia, indica que “transcurridos un año y cinco meses a partir del nombramiento de la Junta Administradora –del Estadio–, no ha habido presentación, aprobación y entrega de los manuales de procedimiento y libros de actas, lo que se ha solicitado reiteradamente por el Consejo y esta auditoría”.
El informe, dirigido al Consejo de Deportes, añade que la administración del Estadio no ha cubierto aún gastos por ¢92,4 millones que asumió el Icoder en el 2012, cuando el fideicomiso con el Banco Nacional ya había entrado en función.
Esta cifra se presenta en el oficio DF-118-06-2013, del 11 de junio pasado, en el que hay un desglose de gastos e ingresos que se dieron cuando el fideicomiso había comenzado.
Con respecto a los manuales, el texto señala que “la deficiencia detectada contraviene lo establecido en la cláusula décimo novena del contrato del fideicomiso entre el Icoder y el Banco Nacional”.
Según la auditoría, el contrato establece la creación de ocho manuales, como el de Políticas de Control Interno, Contratación de Personal, el del Comité de Vigilancia, de Compras y Arrendamientos.
“La evidencia de que existen algunos controles para asegurar el cumplimiento de las condiciones establecidas en el contrato del fideicomiso, al no encontrarse aprobados y formalizados, no se puede afirmar un cumplimiento en el contrato refrendado por Contraloría”.
Pérdida contable. Pese a que está nuevo y sigue majestuoso, el Estadio Nacional, como cualquier otro bien, se deprecia, y este aspecto debe contemplarse en sus finanzas.
Pero, pese a que es un bien público y es obligación hacerlo, la administración no ha incluido en los estados financieros dicho monto.
Según un cálculo hecho por la auditoría del Icoder, tomando en cuenta lo establecido por la Dirección General de Tributación Directa, después de 21 meses la obra regalada por China se ha devaluado a razón de ¢69,8 millones por mes, lo que suma ¢1.467 millones.
El monto mensual de desvalorización sale de dividir los $83 millones (¢41,937 millones) que costó el edificio entre los 50 años (600 meses) que establece Tributación como lapso en que se deprecia.
Los ¢1.467 millones son pérdida contable y a esta se agregan ¢36,2 millones de déficit que resultan de restar a ¢140 millones de superávit antes diciembre 2012, ¢176 millones de déficit hasta octubre pasado y deudas con Icoder.