Ciudad Quesada, San Carlos.
Con los rasgos propios del bribrí costarricense en algunas de sus jugadoras, el equipo de baloncesto femenino de Talamanca compite por primera vez en los Juegos Deportivos Nacionales.
De sangre luchadora y voluntad de hierro, estas féminas, todas indígenas orgullosas, destacan en las justas de la Zona Norte por su incipiente pero buen baloncesto.
Pero llegar a la máxima fiesta del deporte juvenil costarricense no ha sido fácil, ya que el poco apoyo hacia estas muchachas las ha obligado a surgir por sus propios medios.
"Nosotros venimos a demostrar que también tenemos valor, mucha gente no se da cuenta que somos parte de Limón, somos el Caribe, y aunque usted no lo crea, tenemos vender patí, platintá y rice and beans para poder comprar esas tenis que ustedes ven", dijo Carlos Zumbado, entrenador de las talamanqueñas.
"El 90 % de estas muchachas son del Colegio Técnico Profesional de Talamanca, son agricultoras, ellas "chapean", siembran, arreglan cercas, además de estudiar... para entrenar solo tenemos media hora al mediodía y una hora en la tarde porque sino las deja el bus que las lleva a sus casas, esta ropa (uniforme) fue comprada por nosotros, así que acá queremos despertar en Costa Rica el amor hacia nosotros viendo que queremos salir adelante", añadió el estratega.
Pese a que suman dos derrotas en sus dos primeros partidos, ante Cañas y Heredia, las bribrí solo piensan en hacer un buen trabajo y aprender para próximas ediciones.
Así lo expresó Mauren Paez, cuyas facciones suaves y piel canela traen a la memoria al más puro indígena costarricense.
"Es muy lindo estar acá porque aunque tenemos pocos años (dos) de estar en esto, siento que hemos subido el nivel, nosotras venimos a ganar, pero de los errores uno aprende", dijo minutos después del juego frente a las heredianas.
Hija de Damián Paez y Teresa Morales, él dedicado a la tierra y ella ama de casa, Mauren acepta que estar en los Juegos es otro mundo, nada de lo que antes había vivido.
"Es una experiencia muy bonita... no es que no nos importa perder, porque entrenamos muy duro, pero vamos poco a poco, creciendo".
Sin perder el norte de un proceso que apenas empieza, Talamanca levanta la mano en el baloncesto para que el país la tome en cuenta.