Milagro Mena colecciona varios episodios en los que el ciclismo la deja sin palabras, como hace tres años, cuando la llamaron para decirle que hiciera maletas porque debía viajar de inmediato a Brasil, porque sería la primera costarricense en tomar la partida en la prueba de ruta de unos Juegos Olímpicos.
No había margen de nada y le tocó bajarse del avión para subirse a la bicicleta en Río 2016.
Esta vez ocurrió otro hecho inesperado por ella, aunque en realidad se trata de algo que siempre soñó: el 3 de octubre, la tica de 26 años firmó un contrato para correr la temporada 2020 con el Team Servetto Piumate Breltrami TSA de Italia, dando ese gran salto al ciclismo profesional.
La orotinense describe su fichaje como una oportunidad que no podía dejar pasar, pese a que significa un sacrificio enorme como mamá, pues se marchará a Europa y su hijo, Ian Castro, se queda en el país.
“En el caso con mi hijo cuento con el apoyo incondicional de mi mamá y de mi esposo, entonces ellos son los que me van a ayudar a cuidar a mi hijo acá, a como lo hicieron cuando estuve tres meses en Francia. Es un sacrificio bastante grande porque tiene siete años y obviamente es difícil, pero también él entiende. Teniendo cinco años pasó por esa etapa y creo que la pasamos muy bien, la supimos sobrellevar”, manifestó Milagro.
Asegura que ese apoyo familiar la tranquiliza para “vivir una nueva experiencia y al final de cuentas es de beneficio para todos, porque con esto buscamos un mejor futuro para todos”.
Hace dos años corrió con el equipo franco canadiense SAS Macogep y llamó la atención, porque logró terminar clásicas importantes.
“Mi entrenador José Castro se puso detrás de varios equipos para hablarles sobre mí. Este equipo le solicitó mi currículo y les gustó. A mediados de este año me contactaron, me preguntaron en qué fase del entrenamiento estaba porque les interesaba llevarme a correr el Giro Rosa y les respondí que en ese momento no estaba preparada para ir a correr eso, que me dolía perderme la oportunidad, pero que mejor era sincera”, contó.
A finales de setiembre habló de nuevo con el director deportivo Dario Rossino, quien le dijo que le daría la oportunidad y le envió el contrato.
“La idea es ir y estar un año allá. Igual tendríamos que ver por si tengo llamados a la Selección. Yo sé que me darían el permiso, como siempre. Es posible que esté viniendo por eso, pero también buscamos un permiso para estar todo el año, porque los ticos tenemos nada más tres meses de permiso para estar allá”, indicó.
Mena terminará la campaña actual con La Ruta de los Conquistadores, luego descansará e iniciará pretemporada, pues los planes son marcharse en febrero.
“Esto me llena de alegría, me llena de ilusión y es lo que todos los corredores siempre anhelamos, poder dar ese salto. Yo ya lo había dado una vez. El equipo quedó muy contento allá con mi desempeño, pero me decían que no tenían un presupuesto para apoyarme económicamente y en ese momento yo estaba muy bien, estable con el equipo que tenía y no podía darme el lujo de quedarme sin un salario mensual y no es que digamos que me voy y ya, no es sencillo”.
Algo que Mena destaca es que las mujeres también se abren camino en las grandes ligas del ciclismo.
“Varias hemos tenido la oportunidad de estar en equipos importantes: María José Vargas está incorporada a un equipo (Swapit Agolico Cycling Pro Team) por varios años y que a mí se me abran estas puertas creo que es muy bueno para el ciclismo femenino y que motiva cada día más a las muchachas que vienen abriéndose paso, buscando mejorar e ir haciendo cada una su historia y buscar ese sueño que es estar en el ciclismo profesional”, meditó.
Con el Team Servetto, Mena estará más enfilada al ciclismo de ruta, aunque no descarta participar en algunas ocasiones en pruebas de MTB.
“Inclusive hay eventos de ciclocross y me llama la atención de poder incursionar en eso, porque siempre he querido hacerlo y acá en el país no se da esa disciplina”, acotó.