El surfista Jason Torres, campeón del Circuito Nacional de Surf en 2015 y 2017, vive uno de sus momentos más amargos, luego de que el pasado 21 de abril perdió su casa y demás pertenencias en un incendio en Herradura, Jacó, Garabito.
Jason y su familia no se encontraban en el momento del suceso, por lo que no sufrieron daño alguno, pero perdieron todos sus enseres, incluyendo sus tablas de surf, las medallas y trofeos ganados representando a Costa Rica en diferentes eventos internacionales.
Merari Jiménez, pareja del deportista, comentó que hace 10 años construyeron su hogar con sus ahorros. Ahí creció su hijo Jaziel, de ochos años, por lo que fue un golpe muy duro para ellos, máxime que la pandemia los había afectado mucho por la falta de empleo y la suspensión de eventos de surf, uno de los principales ingresos del deportista, campeón Panamericano juvenil en el 2006.
“Para nosotros ha sido muy difícil. Lo perdimos todo por lo que trabajamos durante tanto tiempo. Estuvimos en shock, pero muchas personas nos han tendido la mano y Dios nos ha dado fortaleza y ayudado a sanar emocionalmente para estar en paz, a pesar de lo difícil que estamos viviendo”, comentó Jiménez.
En la actualidad, Jason y su familia están recibiendo ayudas mediante el sitio de Gofundme y a través de sinpe móvil, al número 7199-8822.
Con ángeles. La compañera de Jason Torres confesó que durante unos días estuvieron viviendo con su madre en Quepos, pero en la última semana volvieron a Herradura, pues necesitan trabajar. Ella labora tres días como salonera en Jacó, mientras Jason da clases de surf por las mañanas y también aprovecha para guiar turistas por diferentes playas del pacífico.
“Dios nos ha mandado ángeles que nos ayudaron. Durante la pandemia y en la actualidad recibimos la colaboración de la Asociación Costarricense de Surfistas (ACOS) y Jacó INPAC. Además, un grupo de emprendedores, Hermosa Point, nos permite almorzar en un restaurante, si lo necesitamos. También nos han dado víveres y ropa, porque lo perdimos todo”, añadió Jiménez.
Merari manifestó que no es sencillo lo que están viviendo, pues les embarga un sentimiento de impotencia y dolor al vivir un momento tan duro, pero se han aferrado al Todo Poderoso para salir adelante.
“Aún estamos limpiando los escombros y es triste saber que perdimos grandes recuerdos, en especial los de Jason, quien siempre ha representado al país. Una de sus últimas medallas fue en los Juegos Centroamericanos de Managua, Nicaragua, en 2017, cuando ganaron los relevos y ese mismo año fue campeón nacional del Circuito por última vez”, añadió Jiménez.
Indicó que pese a todo lo más importante es que la familia está sana y unida, por lo que agradeció a todos aquellos que los han ayudado.
“Uno tiene que bajar los egos y pedirle a Dios. Por dicha mi esposo, mi hijo, así como los perritos y el gatito están bien. Sabemos que Dios no nos abandonará y vamos a salir adelante y reconstruir nuestro hogar”, reiteró Jiménez.