El ciclista costarricense Andrey Amador tiene una mezcla de sentimientos, pero está con muchas ganas de que sean las 7:21 a. m. de este sábado para iniciar la contrarreloj individual (CRI) que será determinante.
Librar el día sin problemas, en una de las etapas más complicadas en lo que va del Giro le da tranquilidad; y verse en el octavo puesto de la clasificación general tras 13 etapas, lo llena de motivación.
Pero estar tan cerca de la caída que marcó el día y que también cambia el rumbo de la competencia aún lo tiene un poco acelerado.
"La caída justo fue atrás de mí, pocos puestos más atrás y claro que se escucha. Da cólera cuando pasa, pero dentro de lo que cabe, también con alivio de poder evitarla", manifestó Andrey Amador a La Nación.
Sobre la jornada, que en teoría era la más sencilla —entre comillas—, por contar con un trazado netamente llano, se convirtió en un calvario bajo la lluvia.
"Aquí vamos de nuevo, otro día que parecía que iba a ser el más tranquilo del Giro y al final fue una de las etapas que más han marcado, todo producto de caídas, tensión, lluvia, en fin... De locos", valoró el ídolo nacional.
Desde ya, Andrey cuenta las horas para la contrarreloj individual (CRI) de mañana, con 59,4 kilómetros entre Treviso y Valdobbiadene.
En la cronometrada, el tico tomará la partida este sábado al ser las 7:21 a. m. (hora de Costa Rica) y quiere "volar".
"La verdad que me siento muy bien, con demasiadas ganas de estar ya en la salida de la crono y voy a exprimirme, voy a exprimir todas mis fuerzas", afirmó Andrey Amador.
Del equipo telefónico que está en el Giro, el tico es el mejor contrarrelojero y según la progresión de Andrey en las cronos, se espera un muy buen día.
"Es la primera vez que afrontaré una distancia de estas, lo que espero es regular un poco e igual, pecar de menos la primera parte para luego comparar un poco los parciales e ir incrementando", respondió Amador ante la consulta de cómo manejará esa CRI tan larga.