Andrey Amador (Movistar Team) pedaleó más de 3.349 kilómetros en las últimas tres semanas.
Esa distancia corresponde a las 21 etapas de la edición 105 del Tour de Francia que ganó Geraint Thomas (Sky), sin tomar en cuenta los entrenamientos que hizo con su equipo durante los dos días de receso.
Amador completó la ronda gala en 85 horas con 22 minutos y 51 segundos.
Cuando llegó a París tenía sentimientos encontrados, porque en parte, él sabe que muchos de sus pedalazos ayudaron a que Movistar ganara la clasificación por equipos de la Grande Boucle.
Fueron 21 etapas intensas y de mucho sacrificio para el tico de mil batallas.
Tres semanas sin parar, en las que se vio como siempre estaba ahí para socorrer a su trío de capos, el colombiano Nairo Quintana y los españoles Mikel Landa y Alejandro Valverde.
Pero aparte del trabajo esmerado, Amador también tuvo cuerda para estar en escapadas, mostrar progresión en la alta montaña y hasta hacer algunos intentos en busca de sorprender.
Su trabajo de gregario lo destacaban a diario en los medios especializados y por mucho, fue su mejor Tour de Francia.
En París, estaba tan cansado que en ese momento no cayó en cuenta de que su récord se mantiene intacto, porque el máximo referente del ciclismo centroamericano ya suma doce presencias en vueltas grandes (carreras de tres semanas) y todas las ha culminado.
Al salir de Francia y marcharse a su casa, se reencontró con su pequeña hija Gretta, con su novia Laura Segú y con sus papás, Rodolfo Amador y Raisa Bikkazakova.
Lo único que quería era estar con ellos y descansar.
Pero las vacaciones, si así se pueden llamar, fueron muy cortas.
El capo del ciclismo costarricense tan solo duró dos días lejos de la bicicleta tras lo que fue este Tour de Francia.
Tras tener lunes y martes libre, Amador volvió a entrenar el miércoles, día en el que rodó durante tres horas.
La práctica de este jueves fue un poco más fuerte, de cuatro horas, con 120 kilómetros y algunas subidas.
Para este viernes, la indicación es que pedalee entre 50 y 60 kilómetros, con lo cual quedará listo para el desafío de este sábado, cuando tome la partida en la famosa Clásica de San Sebastián.
“Me siento bien cansado, fue un Tour de muchísimo desgaste, porque no tuvimos ningún día de descanso. Se nota mucho que algunos corredores van buscando etapas al final, porque están al principio del Tour sin ningún estrés”, comentó Amador.
Para esta prueba de 228,7 kilómetros, Movistar Team llevará tres de sus hombres más combativos en la ronda gala: Amador, Mikel Landa y Marc Soler.
El tico ya tiene definido su calendario para lo que resta de la temporada y en esta ocasión no irá a la Vuelta a España.
Entre risas señala que ya está muy viejo para correr dos grandes en una misma temporada, pero lo que sí sabe es que quiere ser protagonista en las competencias que le restan en este 2018.
Después de correr la Clásica de San Sebastián, Amador actuará el 19 de agosto en la Clásica de Hamburgo, en Alemania y a la semana siguiente, el 26 de agosto dirá presente en Plouay (Francia).
Pero donde quiere tener un pico alto de su curva rendimiento es para sus últimos eventos del año.
El rutero tico correrá la Vuelta a Gran Bretaña del 2 al 9 de setiembre y a finales de ese mes tendrá un doble desafío importante, en el Mundial de ciclismo de ruta en Innsbruck, Austria.
Para el 23 de setiembre tomará la partida en la contrarreloj por equipos (CRE) de la cita planetaria; mientras que una semana después, el 30 de setiembre, vestirá el uniforme de Costa Rica en la prueba de fondo en carretera.